"En solo un año, soy un tenista diferente": por qué Carlos Alcaraz voló en su debut en Roma

Carlos Alcaraz ya está en tercera ronda del Masters 1.000 de Roma, después de derrotar a su compatriota Albert Ramos Viñolas (6-4 y 6-1) en un partido en el que el murciano fue de menos a más para seguir confirmando el buen momento que atraviesa. Tras recuperar virtualmente el número uno del mundo, posición en la que llegará a Roland Garros, confirmó en su debut el Foro Itálico por qué es el jugador más en forma del momento en tierra batida, con un partido casi perfecto.

El joven tenista de 20 años viene de ganar en Barcelona y Madrid, para confirmar en Roma que no está de paseo. Quiere seguir afinando su preparación de cara al segundo Grand Slam de la temporada y, por qué no, tratar de hacerlo con un nuevo título para sus vitrinas. Y es que el jugador murciano se ha confirmado, ante la ausencia de Rafa Nadal y la falta de ritmo de Novak Djokovic, como el gran dominador mundial de la arcilla en este 2023.

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El propio Alcaraz daba la clave, tras el partido, de cómo se había producido su victoria yendo de menos a más: "He crecido mucho en tan solo un año. Ahora tengo más experiencia, he jugado grandes encuentros y he madurado más. Diría que en solo un año soy un jugador totalmente diferente. Leo los partidos mejor que nunca", confesaba. O, dicho de otra manera, ahora es capaz de interpretar y saber qué necesita en pista en cada momento para luchar por la victoria.

Sin embargo, Ramos fue capaz de sorprender a Alcaraz en el primer juego del partido. El murciano, sin ni tan siquiera haberse metido en el partido, se veía abajo a las primeras de cambio, después de que el jugador catalán comenzara como un ciclón y le golpeara primero. En un segundo juego larguísimo, con opciones para ambos jugadores para llevarse la victoria, sería de nuevo el número 72 del mundo el que confirmaría la rotura con el saque, para tomar una importante ventaja en el partido.

Acababa de comenzar el debut de Alcaraz en Roma y se veía con una importante desventaja abajo, no tanto en el marcador como en el juego. Mientras Ramos brillaba por la pista, el murciano era incapaz de cogerle el pulso al partido, con numerosos errores no forzados y, sobre todo, sin la precisión que le caracteriza en pista. La costó mucho al reciente ganador de Madrid y Barcelona hacerse con su primer juego, en el tercero, pero, a partir de ahí, comenzó a volar... y ya nadie le pudo parar.

De hecho, solo necesitó el siguiente saque de Ramos para recuperar la ventaja perdida e igualar el partido, pero el catalán estaba jugando a un nivel muy alto. Tanto que Alcaraz no encontraba la manera de desarmarle, por lo que esperaba su oportunidad agarrándose a su saque. Y, como los grandes jugadores, no dudó en aprovechar la primera que tuvo al resto: sería en el décimo juego, en su primera bola de set, en la que consumaría su primer parcial del partido (6-4).

A partir de ahí, coser y cantar

Perder el primer parcial fue muy doloroso para Ramos, que empezó a mostrar en la segunda manga muestras de debilidad que, hasta el momento, no había tenido. Comenzó a fallar de manera más habitual, estuvo menos acertado con el servicio y, sobre todo, se le vio con una fatiga física que crecía con el paso de los minutos, donde Alcaraz iba subiendo el ritmo y complicando la labor del catalán, que no podía frenar el vendaval que tenía enfrente.

Así, Alcaraz comenzó ganando la manga para, en la primera oportunidad, firmar un break y confirmarlo con su saque. El 3 a 0 inicial fue el golpe de gracia para Ramos que, aunque trató de seguir peleando, ya no pudo escaparse de la presión asfixiante del murciano. Alcaraz siguió volando en pista para sentenciar al catalán y ganar el primer partido de su historia en Roma (6-1), un torneo que nunca había disputado... y confirmar que no hay nadie con tan buen juego en la arcilla.