El deportista a seguir | El niño que sufría por ser bajito y ya es la sorpresa del Mutua Madrid Open

El tenis es uno de esos deportes en los que las sorpresas están a la orden del día. El hecho de que un deportista sea capaz, con su propia calidad y estilo de juego, de desarmar a un rival en pista provoca que sea más sencillo que jugadores con menos nombre sean capaces de poner en aprietos a los grandes. Y no es inusual que se terminen por llevar muchos partidos. Y de ahí a encadenar una racha de triunfos que te pongan en el panorama internacional no hay mucho margen.

Todas las temporadas aparecen nuevos jugadores que muestran unas increíbles condiciones para triunfar en el tenis. El último y más llamativo ejemplo es, sin ninguna duda, el de Carlos Alcaraz, que en cuestión de temporada y media ha sido capaz de alcanzar el número uno del mundo en dos ocasiones y convertirse en uno de los mejores jugadores del circuito. Pero no es el único: Sinner, Rublev, Auger-Aliassime, Musetti o Rune son otros ejemplos de jóvenes entre los mejores.

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Rubén Rodríguez

Uno de los principales protagonistas negativos de la semana ha sido Casper Ruud, que era uno de los favoritos para ganar el Mutua Madrid Open, pero cayó a las primeras de cambio contra un jugador que empieza a llamar a las puertas de los mejores del mundo. El danés se vio superado por un vendaval en pista, con un final de partido épico, que le deja fuera del Masters 1.000 de la capital española y permite al protagonista de esta semana lograr su gran momento de gloria.

Y es que Matteo Arnaldi es, sin ninguna duda, uno de los jóvenes tenistas que más y mejores condiciones tiene para triunfar en un futuro no muy lejano. Es cierto que Italia vive uno de los mejores momentos de su historia, con una gran camada de jugadores. No en vano, puede presumir de tener a cinco tenistas entre los mejores cien del mundo y un importante grupo de jóvenes jugadores que vienen apartando desde atrás para triunfar en el tenis en los próximos años.

Arnaldi es, con todo merecimiento, uno de esos jugadores que tiene grandes cualidades para brillar y ya está en tercera ronda de Madrid, donde se medirá a Jaume Munar. El italiano no había ganado un solo partido profesional hasta hace unos días, cuando precisamente ganó al español en Barcelona y, solo una semana después, se ha metido desde la qualy a tercera ronda de Madrid, eliminando por el camino a Ruud, el cuarto del mundo y dos veces finalista de un Grand Slam.

Pero Arnaldi no siempre lo tuvo fácil y, a pesar de ser un enamorado del tenis, cuando tenía 13 años estuvo a punto de dejarlo. A pesar de ser un jugador muy técnico y con buen control de la bola, al ser físicamente bajito y sin demasiado cuerpo, le hacía sufrir en pista sobremanera contra tenistas pegadores lo que, incluso, le llegó a pensar en la posibilidad de no seguir. Fue su abuelo quien le convenció de trabajar más fuerte y esperar la oportunidad que le brindaría el destino.

"Los otros chicos eran mucho más grandes que yo y tuve que luchar. No estaba tan desarrollado físicamente como los demás y era un tipo pequeño en la cancha, apenas tenía fuerza. Fue duro verme en aquella situación, así que intenté cambiar. Trabajé los estiramientos, me hice flexible y trabajé más duro que el resto estando más tiempo en pista. Pensé que ese esfuerzo ayudaría a compensar mi desventaja física, hasta que que crecí", explicaba en una entrevista en Behind the Racquet.

Ahora, con 1,85 metros de altura, no tiene nada que desmerecer por físico al resto y el hecho de que haya cuidado tanto su tenis, le hace tener muchas variantes para triunfar. Con tres Challenger a sus espaldas y en el puesto 105 de la ATP, ya sabe que saldrá de Madrid entre los cien mejores tenistas del mundo, pero no quiere que su sueño pare. Es su momento y no está dispuesto a desaprovechar la oportunidad que se ha labrado a base de trabajo en el Mutua Madrid Open.