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La revolución de Wimbledon o el último partido eterno de la historia del tenis
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El debate del 'tie break' se vuelve a reabrir

La revolución de Wimbledon o el último partido eterno de la historia del tenis

La semifinal en exceso de seis horas entre Anderson e Isner en Wimbledon el pasado viernes ha hecho que puedan desaparecer para siempre los quintos sets excesivamente largos

Foto: Anderson celebra su victoria sobre Isner. (Reuters)
Anderson celebra su victoria sobre Isner. (Reuters)

El partido entre Kevin Anderson y John Isner fue la semifinal más larga de la historia de Wimbledon. El partido duró 6 horas y 36 minutos y tuvo un último set con 50 juegos (26-24). Duró tanto tiempo que Rafael Nadal y Novak Djokovic no pudieron terminar su semifinal el mismo día. Esto enfadó al público, que había pagado ni más ni menos que 170 libras (190 euros) para ver las dos semifinales. Como consecuencia, ya se está considerando una solución para prevenir que esto se repita: un desempate en el quinto set. Las normas de Wimbledon no son fáciles de cambiar, pero el tenis moderno amenaza con iniciar una pequeña revolución en sus bases.

En los otros cuatro sets, si hay empate a seis juegos, se juega un 'tie break'. Sin embargo, salvo el US Open, en los torneos de Grand Slam se sigue jugando en la quinta manga hasta que alguien tenga una ventaja de dos juegos. Esto puede llevar a partidos interminables como el de 2010 entre John Isner y Nicolas Mahut, con un quinto set que terminó 70-68. El partido, el más largo de la historia del tenis, terminó en el tercer día tras 11 horas y cinco minutos de juego.

placeholder El partido entre Nadal y Djokovic se retrasó enormemente por la falta de un tiebreak en el quinto set. (EFE)
El partido entre Nadal y Djokovic se retrasó enormemente por la falta de un tiebreak en el quinto set. (EFE)

Quejas por el formato actual

Tras el partido entre Anderson e Isner, los dos jugadores se quejaron del formato y pidieron un 'tie break' en el quinto set. Isner opinó que un 'tie break' en caso de empate a doce juegos en el último set sería “una opción sensata”, mientras que Anderson pidió una solución para proteger la salud de los tenistas. “Después de tanto tiempo sobre la pista, uno no se siente muy bien”, dijo el sudafricano. El extenista John McEnroe también está a favor del 'tie break' para “no afectar el rendimiento” en futuros partidos. En la final, Anderson acusó el cansancio del partido anterior y sucumbió en tres sets. Desde 2000 ha habido 28 partidos en Wimbledon con más de 20 juegos en el último set y solo una vez un jugador ha podido ganar al menos dos partidos más antes de caer eliminado.

No es solamente un tema físico sino también logístico. La primera semifinal hizo que se retrasara mucho el Djokovic-Nadal. Ese partido no pudo terminar el mismo día porque el acuerdo con los vecinos sólo permite jugar hasta las 11 de la noche. A su vez, eso provocó que la final femenina se retrasara un par de horas el día siguiente. Una situación nada ideal ni para las televisiones, ni para el público ni para los jugadores. Los jugadores esperan horas para jugar, el público paga por una entrada para ver un partido que no puede ver y la televisión no puede programar nada después en su parrilla porque el deporte no tiene límite de tiempo. En 2016, la Copa Davis introdujo el 'tie break' en el último set para prevenir esta situación.

El 'tie break' fue creado por James Van Alen y usado por primera vez en el US Open de 1970. El estadounidense estaba frustrado por los partidos interminables y tras ver un encuentro de dobles en 1954 que terminó 6-3, 9-7, 12-14, 6-8 y 10-8, decidió ponerse manos a la obra. Entonces hacía falta ganar cinco puntos para llevarse el 'tie break' sin necesidad de ganar por al menos dos puntos, pero en 1979 se modificó contra la voluntad de Van Alen y desde entonces se usa el sistema actual.

Foto: Marrero y Verdasco, investigados por un posible amaño de partidos en Wimbledon. (EFE)

El pnto de inflexión

El Anderson-Isner puede ser un punto de inflexión en el tenis masculino. El jefe ejecutivo de Wimbledon, Richard Lewis, comentó que lo más probable es que acaben introduciendo un desempate en el quinto set porque este tipo de partidos pueden darse más amenudo atendiendo la deriva del tenis con tenistas sacadores (y altos) a los cuales resulta muy complejo romper el servicio. Y esta medida no sólo se aplicaría en Wimbledon. El director del Open de Australia, Craig Tiley, quiere saber qué piensan los jugadores sobre este tema. No ha habido ninguna declaración de los organizadores de Roland Garros, pero la tierra batida hace que se rompa el saque con más facilidad. Es decir, la posibilidad de que se pueda dar esta situación en Roland Garros es menor.

Habrá que esperar varios meses para ver qué se decide, aunque parece que las quejas de los jugadores no van a caer en saco roto. Tiene toda la pinta de que hemos visto el final de los partidos interminables y que en el futuro parece que el sistema de Van Alen para restringir la duración de los partidos será aún más popular.

El partido entre Kevin Anderson y John Isner fue la semifinal más larga de la historia de Wimbledon. El partido duró 6 horas y 36 minutos y tuvo un último set con 50 juegos (26-24). Duró tanto tiempo que Rafael Nadal y Novak Djokovic no pudieron terminar su semifinal el mismo día. Esto enfadó al público, que había pagado ni más ni menos que 170 libras (190 euros) para ver las dos semifinales. Como consecuencia, ya se está considerando una solución para prevenir que esto se repita: un desempate en el quinto set. Las normas de Wimbledon no son fáciles de cambiar, pero el tenis moderno amenaza con iniciar una pequeña revolución en sus bases.

Rafa Nadal
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