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Las lágrimas de Del Potro por una victoria que no esperaba
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ganó en madrid cuatro años después

Las lágrimas de Del Potro por una victoria que no esperaba

El argentino, que regresó en febrero tras nueve meses de lesión, superó en primera ronda a Thiem, uno de los mejores jugadores del momento en tierra, y no pudo contener las lágrimas

Foto: Del Potro celebra un punto en su partido contra Thiem (Susana Vera/Reuters)
Del Potro celebra un punto en su partido contra Thiem (Susana Vera/Reuters)

Al mismo tiempo que Rafa Nadal terminaba su calentamiento para debutar en casa ante un público entregado y deseoso de verlo triunfar en Madrid, Juan Martín del Potro se tapaba la cara con la toalla para que no le vieran llorar. Eran lágrimas de alegría por haber ganado a Dominic Thiem y clasificarse para la segunda ronda del Mutua Madrid Open, su primera victoria en el torneo en cuatro años y la más importante desde que regresara en febrero a las pistas tras nueve meses de baja por una lesión de muñeca, la enésima en una carrera estropeada por los problemas físicos.

"Lloro por alegría y no por tener que abandonar o tener molestias en mi muñeca", reconoció Del Potro. "Ya ganar un partido es una gran sorpresa, un gran mérito para mí. Así lo siento y así lo vivo". El tenista argentino, llamado a competir en todos los grandes torneos contra Djokovic, Federer, Murray y Nadal, transita ahora por las profundidades de la clasificación de la ATP. Es el número 274, pero comenzó el año más allá del puesto 1000. Si está en Madrid, donde no competía desde 2012, es por la regla del ránking protegido.

[Del Potro inicia una nueva carrera]

Con ese panorama, lo último que esperaba era plantarse en un Masters 1000 y ganar a "uno de los mejores jugadores del mundo en tierra", como definó Nadal a Thiem hace unos días. El austriaco ganó al español en Buenos Aires (Argentina) y acabó levantando el trofeo, lo mismo que hizo unas semanas después en Acapulco (México). Thiem es el número 11 del ránking ATP, el número 7 en la carrera a la Copa de Maestros. "Está jugando muy bien en tierra, por eso estaba sorprendido por mi nivel", dijo Del Potro, que no ganaba a un jugador con ránking tan alto desde la Copa de Maestros de 2013.

"Me emocioné mucho, no esperaba este triunfo, es la realidad. Pero tampoco significa más de lo que es. Me marca que con mucho trabajo y sacrificio en un futuro puedo volver a estar con este grupo de jugadores en estos torneos", continuó Del Potro. ¿La última vez que lloró de alegría? "Con Boca Juniors hace mucho", confesó entre risas.

Semana a semana

El de Tandil, ganador del US Open en 2009, está volviendo, pero ni él mismo sabe si acabará quedándose. La muñeca, esa que lleva seis años torturándole, le sigue dando problemas. "En mis entrenamientos, la prioridad la tienen la mano y la muñeca. Todavía pierdo mucho tiempo haciendo ejercicios con mi mano", explica. Por esa razón aún no se siente con confianza para contratar a un entrenador.

Suena duro escucharlo de boca de un jugador, pero Del Potro no sabe si va a poder jugar la semana que viene, por lo que no puede planear un calendario a medio plazo. Haber disputado dos torneos seguidos, Múnich y Madrid, ya es un logro. "Yo solamente estoy pendiente de cómo voy a estar la semana que viene, a ver si puedo jugar", responde cuando le preguntan por la posibilidad de disputar los Juegos Olímpicos. El ránking protegido le pemitiría estar en Río, pero aún queda muy lejos. De momento, su prioridad es su próximo partido, contra el estadounidense Jack Sock.

Al mismo tiempo que Rafa Nadal terminaba su calentamiento para debutar en casa ante un público entregado y deseoso de verlo triunfar en Madrid, Juan Martín del Potro se tapaba la cara con la toalla para que no le vieran llorar. Eran lágrimas de alegría por haber ganado a Dominic Thiem y clasificarse para la segunda ronda del Mutua Madrid Open, su primera victoria en el torneo en cuatro años y la más importante desde que regresara en febrero a las pistas tras nueve meses de baja por una lesión de muñeca, la enésima en una carrera estropeada por los problemas físicos.

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