Una lesión de Nishikori salva a un Nadal que no termina de encontrar su mejor juego

Otro hubiera desertado de la Caja Mágica y habría empezado a pensar en Roma, pero Rafa Nadal es diferente y se agarró a la pista pese a que Kei Nishikori le estaba barriendo de la pista. Esa insistencia llevó al límite al japonés hasta terminar por explotar físicamente. Su tenis ya no era el mismo del primer set ni de los primeros juegos del segundo, pero sin los problemas físicos, Nadal habría tenido muy complicado levantar el cuarto Mutua Madrid Open, derrotando a Nishikori por 2-6, 6-4, 3-0 y abandono por lesión.

El propio Toni Nadal, tío y entrenador de nuestro campeón,no tuvo problemas en reconocer que "no merecimos la victoria y sí Nishikori, porque ha jugado mejor durante todo el tiempo. Es una victoria injusta y hemos tenido mucha suerte", añadiendo queel rendimiento del japonésen la primera manga hizo que "Rafa estuviera muy nervioso". "Se ha tensado y Nishikori sepusoa un nivel muy bueno", dijo a pie de pista.

Nadal vivió una situación semejante en la final del Open de Australia. Final de Gran Slam y lesión en la espalda en el calentamiento. No entregó la cuchara y llegó a ganar un set a Wawrinka, pero su esfuerzo resultó baldío. Ante Nishikori, la historia fue al revés, y el balear se benefició de una lesión del rival, que apareció en el momento en el queel japonés tenía contra las cuerdas a Nadal. A partir de ese momento, y una vez que entregó el segundo set, el japonés sufría en cada golpe hasta abandonar con 3-0 en su contra.

"Es una situación difícil para todos. Sé como se siente cuando uno pierde una final por una lesión cuando todo va de cara. Le felicito porque ha hecho un gran torneo", comentó al término del partido sobre la misma pista central de la Caja Mágica. "Creo que voy jugando mejor de lo que lo venía haciendo y eso es lo más importante".

El inicio de partido fue muy semejante al del viernes anteBerdych, con un Nadalerrante, frío, excesivamente fallóny sin encontrar el ritmo necesario para imponerse a un Nishikori que no sabía lo que era perder desde que hace dos semanas inició su temporada en tierra batida en Barcelona. Uno dudaba,el otro se dedicaba a limpiar las líneas, pasando por encima de su rival.

Si ante el checo en cuartos de finalapareció esa jugada que cambió el ritmo del primer set y sirvió para que Nadal diera la vuelta al desarrollo del set, en esta ocasiónla Caja Mágica no escuchó el ya famoso 'vamos'que grita el balear cuando necesita ese ánimo que no le llega de la mano de su juego y sí de ese espíritu que en ocasiones parece invencible, algo que no sucedió ante el poder oriental de Nishikori.

Saques blandos y sin profundidad, repetidos fallos no forzados y hasta falta de velocidad. Ante este panorama, el japonés no tuvo otra cosa que hacer que ir sumando juegos hasta completar la media docena hasta con facilidad. Ver para creer, pero en ese momento Nishikori asumía el papel de invencible, con golpes profundos y ganadores, ante los que nada podía hacer el balear. La consecuencia, un contundente y claro 2-6 a favor del jugador que apenas tenía diez seguidores en la central de la Caja Mágica.

Nadal intentó meter una marcha más en el segundo set, perosus golpes seguían careciendo de esa profundidadque permiten al juego del número uno en alejarse de lo terrenal. Tanto que el japonésinició el set rompiendo el servicio del español, que miraba al tendido buscando esa inspiración que no llegaba por ningún lado. Bolas cortas del balear, puntos ganadores de Nishikori. Y así hasta el 3-4 favorable al japonés, momento en el quelos dolores de espalda y las dudas aparecieronpor el vencedor del Godó.

El problema llega cuando el que está enfrente se llama Rafa, o Rafael como dice su tío, y se apellida Nadal. Con fortuna, pero así es el tenis, el mejor jugador de la ATP logró romper el saque del japonés. De estar perdido, a recobrar vida. 'Break' a favor y primer gesto ambicioso de Nadal, que asustó y sacó del partido a Nishikori. Del 3-4, a perder el segundo set como el que no quiere la cosa.

A partir de ese momento, Nishikori se marchó de la pista. Las molestias en la espalda, mezcladas con problemas en los isqiuios, le obligaron a entregar la final de su primer Master 1000 a Nadal. Quizás si hubiera sido otro el rival, el japonés se habría llevado el partido en dos mangas, pero enfrente estaba el balear, que en ningún momento se entregó pese a estar jugando un tenis horrible. Aguantó y se llevó el premio con el abandono del jugador asiático.