Nadal sigue ganando en el Mutua Madrid Open, pero sin demostrar su mejor juego

Rafa Nadal es el número uno del mundo. Su liderazgo no admite por el momento, discusión alguna. La ambición y sus ganas de vencer le llevan a solventar partidos en los que está lejos de su mejor nivel. Ante Tomas Berdych volvió a demostrar que todavía no ha encontrado ese ritmo que perdió tras la traidora lesión de Melbourne y que no termina de aparecer por ningún lado. Jugando a medio gas, con un tenis sin la profundidad necesaria, el mejor de la ATP alcanzó la semifinal del Mutua Madrid Open tras ganar a Berdych por 6-3 y 6-2.

El balear gana porque es muy bueno y porque tiene un convencimiento que ningún otro ser de este planeta logra aglutinar en toda su vida. Disfruta ganando y jugando al tenis, y eso le convierte en prácticamente imbatible. Y es que Nadal tiene arrestos suficientes como para llevarse un primer set ante Berdych con primeros saques a poco más de 150 kilómetros por hora o intercambio de goles que se quedan a media pista. Nadie más es capaz de hacerlo.

Durante el citado set hubo un momento de duda en la central de la Caja Mágica. Berdych mandaba por 3-2 y tenía 0-30 a su favor. Nadal sudaba, nada nuevo por cierto, pero los aficionados lo hacían con más intensidad y no por el calor reinante en Madrid y si por la posiblidad de que el balear se despidiera del torneo. Un golpe ganador, passing cruzado, sirvió para el número uno cerrara el puño y gritara su característico 'vamos'. Y bien que fue, porque a partir de ese momento, Berdcyh sumó tres juegos en todo el partido por diez del español.

Nadal tiene que recuperar un punto de velocidad, de confianza en alguno de sus golpes. El servicio se le queda corto en exceso en ocasiones y eso puede pasarle factura. Ante Berdych, tenía todo a favor como el calor, la pista y una fiel afición que no llenó la pista Manolo Santana.

El zurdo jugador está necesitado de triunfos y plantarse en las semifinales del Mutua sin ceder set alguno -perdiendo tan solo once juegos-, que deben de servirle para ir recuperando ese punto de forma que le cuesta alcanzar. La mejor noticia es que sigue vivo y dejando pinceladas de que su mejor nivel, ese que le ha convertido en imbatible en la última década, aparece en el horizonte.