Wawrinka fue presa del pánico para ganar a un rival herido como Rafa Nadal

Miedo a ganar al herido. StanislasWawrinka tuvo pánico a vencer a un tocado Rafa Nadal, que durante todo el partido apenas pudo sacar y moverse como él está acostumbrado a hacer. El suizo sabía que su rival no estaba en condiciones físicas para competir, pero el miedo a maltratar a un jugador lastimado le llevó a pasear por el alambre y dar vida a un tenista que es inmortal, tal y como Nadal ha demostrado en multitud de ocasiones.

La sombra de Nadal arrastrándose por la pista perseguía a Wawrinka. Incluso, durante un instante del segundo set, parecía que el balear se iba hacia la red como entregando la toalla, el guante o la raqueta. No podía, pero en ese momento vio la cara de pánico que durante gran parte del partido mostró el primer tenista suizo, algo que no sucedía en la última década dominada por Roger Federer.

En el mundo del tenis es hasta habitual ver hazañas impensables, de esas del herido que se agarra a la pista y a la raqueta y termina por ganar al jugador que, en pleno uso de sus facultades, se termina descentrándose ante un rival herido y se marcha del partido con la derrota y cabizbajo ante su incapacidad de ganar a un rival tocado.

Cuando Wawrinka vio que enfrente tenía a medio Nadal, el otro se quedó en el vestuario cuando fue infiltrado, un muro apareció al otro lado de la red del campo del suizo. El miedo a ganar al número del mundo y encima lesionado, pesó como una losa al tenista que dos rondas antes había sido capaz de derrotar a Djokovic y que nunca antes había sido capaz de ganar al número uno del mundo.

Wawrinka se sintió traicionado por momentos. La ausencia de la pista de Nadal inició ese desquiciamiento que le llevó a perder el tercer set y a dudar de su victoria. El pánico le impedía reaccionar. Discutió con el árbitro, miró mal al balear, mando callar a su entrenador y miraba al público en busca de un consuelo que no encontraba por ningún lado.

Su reacción no llegó hasta el cuarto set. Tras perder su saque, el suizo se dio cuenta de lo que estaba haciendo, que no era otra cosa que entregar el partido a un rival herido. Se olvidó de la condición física de Nadal y decidió tirar del tenis que le había llevado a la final. "Pensaba que no podía ganar a estos tíos", declaró un Wawrinka que nunca ha sido un tenista sólido en lo moral.

"Llegó el momento en el que no quería ganar puntos y sí que los perdiera Nadal. Dudé de poder llevarme el torneo porque no podía ganar los puntos. Era incapaz", señaló dejando patente ese síndrome que suele sufrir el jugador que se ve superior a su rival por culpa de una lesión. El cambio de estrategia, de manera jugar suele hundir... al tenista sano. Wawrinka supo reaccionar a tiempo.