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El 'all black' que juega con España: viene dos meses al año y luego vuelve a Nueva Zelanda
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EL OBJETIVO ES JUGAR EL MUNDIAL DE RUGBY

El 'all black' que juega con España: viene dos meses al año y luego vuelve a Nueva Zelanda

Es jugador de rugby en el Haverlock North, en Nueva Zelanda, pero ha venido a nuestro país durante dos meses para intentar llevar a España al Mundial dejando en casa a su mujer y su negocio

Foto: Snee golpea el oval durante un partido. (EFE)
Snee golpea el oval durante un partido. (EFE)

A la selección española de rugby no se le exige nada. No se le pide que vaya al Mundial de Japón del próximo año, se le pide que lo intente con todas sus fuerzas, que no son pocas, pero tampoco le sobran recursos para ello. Lo decía Alfonso Feijóo, presidente de la Federación, y lo secundaba Santiago Santos, seleccionador nacional, hace un año por estas alturas: lo más importante era el 2018, el Seis Naciones B que realmente da plaza en la Copa del Mundo.

Para España nunca ha sido sencillo formar una convocatoria, tampoco una alineación. Santos ha trabajado durante estos últimos años con una base muy variada que en ocasiones poco tenía que ver pasados unos meses. No son pocos los que han probado suerte en el rugby francés, lo que supone un nivel sensiblemente superior al nuestro, no solo en calidad, sino en organización. Los franceses nacionalizados y otros nacidos en España juegan en diferentes categorías del país vecino y los clubes, como mínimo semiprofesionales, varias veces les han prohibido acudir a la llamada del seleccionador.

Foto: Jaime Nava, capitán de España, en el partido ante Tonga. (EFE)

Los jugadores que se veían obligados en algunas ocasiones por sus compromisos de club, esta vez estaban sí o sí en las convocatorias. Hasta un 'all black' se ha apuntado para intentar conseguir ese primer puesto (o segundo, que da acceso a una repesca) para llevar a España al lejano oriente. Daniel Snee no es un internacional neozelandés, es un internacional español. Lleva jugando en el XV del León los últimos cinco años, pero las anteriores convocatorias -26 caps- no han sido tan especiales como esta última para el apertura centro.

placeholder Daniel Snee celebrando un tercer tiempo.
Daniel Snee celebrando un tercer tiempo.

Jugar en Krasnodar, Rusia, en invierno no suena muy alentador, pero es el primer escollo que tienen que superar los Leones para soñar con clasificarse para Japón. Hasta allí ha viajado Snee con el resto del combinado español y con la ilusión de jugar el Mundial. Tanto es así que ha dejado todo en su país durante dos meses para acompañar al equipo para intentar lograr el objetivo de, como mínimo, ser segundos y alcanzar la repesca. Esto último tendría un premio doble para Snee, ya que de superar ese durísimo escollo que es el repechaje, España caería en el grupo de Nueva Zelanda, con la consiguiente emoción que supone para Snee jugar contra el mejor equipo de mundo, el equipo de su nación.

Snee, que cumplirá 34 años en abril, llegó a España de la mano del Getxo Rugby Taldea en 2010 como parte de la iniciativa de la entidad vizcaína para impulsar su proyecto. Vino por iniciativa de Bryce Bevin, director deportivo y entrenador del equipo gualdinegro y exseleccionador español también neozelandés. Lo trajo junto a sus compatriotas James Eade y Brad Linklater​. Pero en 2015 le llegó una oportunidad de montar un negocio familiar relacionado con la hostelería en su país y Snee tuvo que marcharse. Por entonces en el Quesos Entrepinares Valladolid, Snee tomó una "decisión muy dura", como dice él mismo, pero siguió relacionado con el rugby.

Cuando su vida profesional se lo permite, es jugador de rugby en el Haverlock North, club de la ciudad homónima situada a 300 kilómetros al norte de la capital Wellington. Y ha intentado siempre estar presente en las convocatorias españolas, sobre todo en esta última. Para ello, ha contratado a otra persona para que le cubra en su ausencia en su empresa y ha dejado allí a su mujer, embarazada, y a su hijo para concentrarse con España. Todo por estos cinco partidos que marcarán el futuro del rugby patrio.

A la selección española de rugby no se le exige nada. No se le pide que vaya al Mundial de Japón del próximo año, se le pide que lo intente con todas sus fuerzas, que no son pocas, pero tampoco le sobran recursos para ello. Lo decía Alfonso Feijóo, presidente de la Federación, y lo secundaba Santiago Santos, seleccionador nacional, hace un año por estas alturas: lo más importante era el 2018, el Seis Naciones B que realmente da plaza en la Copa del Mundo.