España, obligada a ganar a Suecia en su casa por 3 goles para estar en Río

España jugará este domingo una final. En juego no habrá ninguna medalla, sino la clasificación para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. La selección se enfrentará a Suecia (16:30 horas, Teledeporte) en su casa, con la obligación de ganar por 3 o más goles de diferencia, resultado que le daría la clasificación. Si no lo hace, sus opciones de clasificación son mínimas y dependerían de un mal resultado de Eslovenia contra Irán en el partido que cierra el torneo preolímpico.

La situación es muy parecida a la del Mundial 2011, también jugado en Suecia. Entonces, España se jugó la medalla de bronce contra el equipo anfitrión también en el Malmö Arena, escenario en el que se está celebrando el Preolímpico. El partido de hace cinco años acabó con victoria española por 23-24, un resultado que no le valdría este domingo para clasificarse para los Juegos.

Eslovenia es la selección que mejor lo tiene. Jugará en la última jornada sabiendo el resultado del España-Suecia y por tanto la diferencia de goles necesaria para clasificarse. En ese escenario, españoles y suecos se la jugarán en un partido a vida o muerte. Tras dos jornadas, Suecia tiene una diferencia de +16, mientras que España tiene +11. Si gana por 3 o más goles, la selección española se colocará con +14 y dejará a la sueca con +13.

España recupera sensaciones

Contra Irán, la selección española masculina de balonmano se regaló una goleada y se impuso a Irán por 37-23, un contundente marcador que le sirve para recuperar sensaciones tras la derrota de la primera jornada contra Eslovenia. España tardó más de 15 minutos en asentarse sobre la pista. Especialmente en defensa, donde volvió a dejar, al menos de inicio, la misma sensación de debilidad que ante Eslovenia, pese a que los jugadores de Irán carecen de la calidad individual de los balcánicos. Una circunstancia que no impidió al lateral Afshin Sadeghi y, sobre todo, a Pouya Norouzinezhad superar con cierta facilidad la defensa del conjunto español, incapaz de cerrar su zona central. Mediada la primera parte, el marcador reflejaba un preocupante 8-8 que obligó a reaccionar de inmediato a Manolo Cadenas, que cambió de arriba a abajo el entramado defensivo con la presencia de Cristian Ugalde en el puesto de avanzado y la entrada en pista de Eduardo Gurbindo y el portero Gonzalo Pérez de Vargas.

Los cambios permitieron al equipo española sacar a relucir su juego de contraataque. Con Ugalde, máximo goleador del partido con 9 tantos, como punta de lanza, la selección fue doblegando poco a poco la resistencia del conjunto iraní, que acabó por claudicar definitivamente (18-12) al llegar al descanso. En la segunda mitad, la renta no dejó de aumentar hasta estabilizarse en los 13/14 goles en los últimos 10 minutos. España tuvo varios ataques para aumentarla, y llegó a ponerse 16 arriba, pero en los últimos minutos recibió un par de goles de Irán que dejaron el marcador final en 37-23.