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"¡Se me acabó el Dakar, viejo!", la milagrosa aparición para Alberto Ontiveros
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"ESTO ES EL DAKAR" Y EL ESPÍRITU DE LA AVENTURA

"¡Se me acabó el Dakar, viejo!", la milagrosa aparición para Alberto Ontiveros

"Esto es el Dakar", señaló el piloto argentino Puchi Ontiveros cuando llegó a un punto de control desconsolado porque el motor de su moto no dio para más. Dos horas después, su suerte cambió

Foto: Pablo Luis Bustamante (d) junto a Puchi Ontiveros.
Pablo Luis Bustamante (d) junto a Puchi Ontiveros.

“Llega un piloto argentino en moto remolcado por otro compatriota. Se baja de la moto y se despide de él (Sebastián Urquía), que ha estado jugándosela por arrastrarle durante 12 kilómetros, con un emocionante abrazo. Me acerco a él. Está a punto de soltar una lágrima y me dice: “Esto es el Dakar””. El relato es del español Darío Rodríguez, asistente del Dakar que este jueves vivió una escena que representa el espíritu de esta aventura, para lo malo y lo bueno. El piloto es Alberto 'Puchi' Ontiveros y se le paró el motor hacia la mitad de la quinta etapa. “No sabía ni qué decirle”.

“Eres joven, Alberto. Te quedan muchos Dakares”, espetó el español al desconsolado argentino. Le ofreció agua y una hamburguesa que Darío acababa de comprar en un puesto ambulante. Alberto aceptó el presente de buena gana, aunque su moral continuaba arrastrándose en aquel punto de control donde se encontraban: “No sé si echarme a llorar”.

Coge el teléfono y llama a su mujer. Después a su padre, que está en su equipo:

- “¿Nadie te puede remolcar hasta Uyuni?

- “¡Pero si me quedan más de 200 kilómetros! ¿Quién me va a remolcar eso? ¡Se me acabó el Dakar, viejo!”.

La conversación terminó con ese amargo grito entre la rabia y la resignación. La noche anterior su moto, el dorsal número 72, había reposado en el parque cerrado sin poder realizar ninguna intervención mecánica, pero ese jueves las asistencias y mecánicos ya podían meter manos a los vehículos. Pero les separaban 200 kilómetros. Demasiados.

Abrazos de varios pilotos a Alberto

Son muchos pilotos los que se paran a preguntar al ver la moto, sobre todo los argentinos. Él se levanta y exclama: “¡Motor!”. Varios le abrazaron para dar esta especie de pésame dakariano. Por aquel entonces, mientras el afligido argentino seguía con el rostro desencajado, Darío le daba el punto del GPS exacto para que sus asistencias vinieran a por él.

- “¿Qué pasó?, preguntó un quad Can Am argentino con tracción a las cuatro ruedas que pasaba en ese momento.

- “Motor, compadre”.

- “Venga. Engancha que te llevo”, señaló Pablo Luis Bustamante.

- “¡Pero son 200 kilómetros!”. (Ya una altura superior a los 4.000 metros).

- “Vamos Alberto, que no te voy a dejar así… Los argentinos ayudamos a argentinos”.

Raudo, Alberto se puso el casco y ató al quad con la mugrienta y débil cuerda con la que vino. Se caía a pedazos y ahí intervino Darío, apuntando hacia una cuerda más rígida y consistente que había por allí. “Le conocía de apenas un par de horas, pero le di un abrazo fuerte, como si fuera mi hermano”, indica el sanitario español. Y con una irradiante sonrisa se marchó el piloto más emocionado de este jueves. Darío, por el walkie, iba escuchando las exclamaciones de los responsables de los puntos de control por los que esta pareja iba pasando: “¡Quiatri remolcando a la moto 72!”. Y así llegaron a Uyuni. Como dijo Alberto nada más llegar al lado de Darío: “Esto es el Dakar”.

Este viernes, Alberto Ontiveros pudo disputar la etapa reina del Dakar -en la que en cochesSainz dio un zarpazo a Loeb- y continúa en la prueba. Al igual que su 'héroe' particular, Pablo Luis Bustamante, quien sufrió problemas y debió acudir también a ayuda externa -de un local- para conun alambre unir su goma a la llanta en la rueda delantera. También en motos, este viernes Joan Barreda ha debido ser remolcado por su compañero de equipo Paolo Ceci para terminar la etapa, aunque para el español, que aspiraba a la victoria final, en cierta manera sí que se ha terminado el Dakar.

Clasificacióndel Dakar tras la 6ª etapa

PD: Mensaje que retuiteó Puchi Ontiveros un mes antes de esta aventura:

“Llega un piloto argentino en moto remolcado por otro compatriota. Se baja de la moto y se despide de él (Sebastián Urquía), que ha estado jugándosela por arrastrarle durante 12 kilómetros, con un emocionante abrazo. Me acerco a él. Está a punto de soltar una lágrima y me dice: “Esto es el Dakar””. El relato es del español Darío Rodríguez, asistente del Dakar que este jueves vivió una escena que representa el espíritu de esta aventura, para lo malo y lo bueno. El piloto es Alberto 'Puchi' Ontiveros y se le paró el motor hacia la mitad de la quinta etapa. “No sabía ni qué decirle”.

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