El paso obligado por el Cementerio de los Andinistas: no ya muerte, sino souvenir

Primera comunicación de Fernando Garrido desde Mendoza: han llegado todos bien, se van a cenar al bufé 'Caro Pepe' y el cambio en el mercado negro es muy favorable. Hace dos díasel peso argentino había registrado su peor derrumbe en más de una década, desplomándose también en el mercado negro. Una alegría para el cuerpo antes de realizar las últimas gestiones y viajarhacia Penitentes,previa parada y comida en la localidad de Uspallata.

A poco más de dos horas de Mendoza y a menos de treinta minutos de la frontera con Chile, en el kilómetro 1.212 de la Ruta Nacional 7, que nace en Buenos Aires y que en el Túnel del Cristo Redentor continúa como la Ruta CH-60 chilena, se encuentra una pequeña estación de esquí: Los Penitentes. Parada obligada para cualquiera de las rutas normales hacia el Aconcagua. Desde aquí nuestros expedicionarios inician la primera de las tres jornadas de aproximación, por el Valle del río Vacas, al campo base de Plaza Argentina. Se hospedan en el Refugio Aconcagua, el más montañero de todo Penitentes. Harán noche y se despedirán, hasta dentro de quince días, de una cama confortable, del agua corriente ¡y caliente! y de esas tazas blancas y grandes, en las que uno se sienta en los excusados y que impiden el paso de los malos olores. ¡Cuánto las van a añorar!

Baqueanos y caballistas

Siguiendo la Ruta Nacional 7 en dirección a la frontera chilena, a unos cinco kilómetros de Penitentes, se llega a Los Puquios. Aquí tienen su base empresas que facilitan mulas para transportar equipos y suministros hasta el campo base.Unos consumados baqueanos y caballistas se encargan del trajín. Son los arrieros. Malviven en infraviviendas como la que se refleja en la fotografía.

En el inicio del siglo XIX y con apenas 8.000 habitantes, la ciudad de Mendoza era un gran puerto seco donde el comercio con mulas generaba un movimiento anual de 10.000 cargas. Aquí operaba el arriero transandino atravesando la cordillera de los Andes. El viaje se realizaba con una formación muy específica: "El peón que hacía la punta del arreo llevaba la yegua madrina, de tiro, a un paso lento y sostenido, a la que seguían las mulas y caballos de reserva, luego las cargueras, con un arriero que acomodaba las cargas flojas que pudieran desprenderse de las ataduras. Después venían los vacunos".

Eran tiempos en los que "fuera de los baqueanos, no había quien hubiera conocido aquellos parajes". Las empresas de arrieros se dedicaron al transporte terrestre con recuas conectando los mercados del Atlántico y el Pacífico. Tuvieron una gran importancia económica como sistema de transporte que resultó esencial para las comunidades que no disponían de transporte fluvial ni marítimo.

Los pocos que mantienen el oficio, han cambiado las bombachas de gaucho por recios pantalones y su mirada, libre, resulta impenetrable para los que estamos de paso. En esa mirada está la nostalgia de los recuerdos, como sombra en la sombra por esos cerros. “Qué vida triste es la del arriero: venga frío, venga viento, venga nieve”.

El Cementerio de los Andinistas

Frente a Los Puquios, cruzando la RN-7 se encuentra el Cementerio de los Andinistas. A finales del siglo XIX se estableció en ese predio un Campo Santo para dar sepultura a los trabajadores fallecidos en la construcción del Ferrocarril Trasandino. La primera red ferroviaria que atravesó la cordillera uniendo las ciudades de Mendoza y Los Andes, en Chile. Ese es su origen. Entre los 127 andinistas enterrados hasta el año 2009, atendiendo a la relación hecha por Alfredo Magnani y Rudy Parra, está Adriana Bance la primera mujer en hacer cumbre -7 de marzo de 1940- que moriría cuatro años después en la trágica expedición que tuvo como guía a su marido Juan Link, y que Tibor Sekelj relata en el libro 'Tempestad sobre el Aconcagua'.

Una española fue la segunda mujer del mundo en hacer cumbre. También la primera montañera en subir el Cerro Plata, de 6.050 metros. Murió en 1947, con 22 años, de agotamiento en el descenso. Al igual que Adriana Bance está enterrada en el Cementerio de los Andinistas. Maria Canals Frau es una perfecta desconocida en nuestro país. Su apodo, 'Mausy', da nombre a un pico de 4.569 metros situado en el Cordón del Plata. En febrero de 1947 y según se relata en el libro del 95 Aniversario del Club Mendoza de Regatas, “los socios Pepe Colli y su prometida María Canals habían hecho la promesa de contraer matrimonio luego de cumplir con el objetivo de hacer cumbre. Pepe y María lograron llegar a la meta ya al límite de sus fuerzas. En el descenso sintieron fatiga y bajaron como pudieron, debiendo incluso arrastrarse en la zona del Gran Acarreo. Exhausta, Mausy murió en los brazos de su prometido”. Nelly Noller, primera argentina en lograr la cumbre del Cerro, la llamó “la novia blanca del Aconcagua”.

Junto a ella, otros seis españoles yacen en un cementerio tan abandonado y deteriorado que, en el año 2009, la Cámara de Diputados de la provincia de Mendoza debatió una proposición para donar el predio a la Municipalidad de Las Heras, con el propósito de “ponerlo en valor e incorporarlo a los circuitos turísticos”.

“Cementerio de los Andinistas, lugar difuso, perdido
no ya cementerio, museode la muerte heroica
y fría
no ya muerte, souvenir”.