Prohibido viajar con 'testosterona montañera' y 'fiebre de cumbre'

A las 23:55 parte el vuelo 705 de LAN Airlines destino Santiago de Chile. El asturiano Miguel Rodríguez, Jose Ángel Herreros, valenciano; Eusebio Beamonte, de Madrid y el francés Daniel Raucoules son los integrantes de la expedición guiada por Fernando Garrido que les espera en Mendoza. El aterrizaje en Santiago está previsto a las 9:30 hora local. A las 12:35 embarcaran hacia Mendoza, llegada a las 13:30 ¡Buen viaje!

José Ángel, de 41 años, es ingeniero industrial y empleado público en la administración local. El año pasado un accidente de bici le obligó a estar tres meses de baja y anular la salida ya cerrada al Aconcagua. ¡Esta es la buena! Ha sufrido ya un seis mil himalayo.

Daniel vuela desde Orleáns. Trabaja en teledetección y tratamiento de imágenes satelitales en el BRGM, el equivalente al Instituto Geológico y Minero de España. Con 44 años dirige un pequeño club de escalada en roca en la ciudad de Juana de Arco, la Doncella de Voltaire y de Schiller. Más de un seis mil en la mochila.

Técnico especialista en mantenimiento en Asturiana de Zinc, Miguel tiene en los Picos de Europa su segunda casa. Sus otros vicios también son sanos: bici y natación. Ha sufrido también un seismil.

Eusebio es ingeniero de caminos. Apasionado de las travesías polares y de la soledad de las alturas vírgenes. En esta ocasión no encontrará esa soledad, pero la magia del Cerro y el carisma de Fernando Garrido son imanes muy potentes para un profesor de Resistencia de Materiales. Miguel y Eusebio rebasan la raya de la cincuentena. Por eso de las afinidades electivas de Goethe, los que pasamos esa raya sobradamente preferimos la insinuación.

La montaña manda

Acumulan suficiente experiencia. Todos han superado los seis mil metros. Va a ser su primera incursión en un sietemil. Además de las especiales características climáticas de esta parte de los Andes. En la otra gran cordillera, en el Himalaya, se encuentra vegetación a gran altitud, hay más humedad, castiga menos. El Cerro es rudo, árido, gélido, no posee zonas amables. Marcará su ritmo de vida durante los próximos días. Siempre será el que tenga la última palabra. Es algo que ellos saben: la montaña manda.

Nos dice Fernando que en estas grandes expediciones a las que cuesta tanto esfuerzo poder ir, existe un peligro de exceso de motivación. Lo llaman 'fiebre de cumbre'. Puede llevar a apurar demasiado, especialmente en el ataque a la cima. El guía asume su responsabilidad y toma las decisiones.

El 25 de enero, una vez inicien la aproximación al campo base de Plaza Argentina, las comunicaciones con España, con El Confidencial, se limitarán a conexiones vía teléfono satélite. Si todo va bien Fernando nos llamará en torno a las 10 de la noche, hora peninsular, y la grabación de audio estará disponible diariamente.

Tres días de aproximación para la ley del mínimo esfuerzo

Una ruta sin dificultades que discurre paralela al rio Vacas y en su tramo final a su afluente el Relinchos. La marcha hasta Plaza Argentina se inicia la mañana del 25 de enero. Desde Penitentes, donde se ha disfrutado de la última noche con comodidades, se trasladarán por la RN-7 a Punta de Vacas, 2.400 metros y puerta de entrada al Parque Aconcagua. En cinco horas se llega al campamento intermedio de Pampa de Leñas. Nos situamos en la cota de los 3.000 metros.

Para entender la importancia de esta marcha de aproximación en el proceso de aclimatación es conveniente recordar que los picos Aneto y Mulhacén, los más elevados de la península ibérica, no alcanzan los 3.500 metros. La caminata debe ser especialmente tranquila. En ocasiones 'la testosterona montañera' juega malas pasadas. En alta montaña se debe tener siempre presente que energía mal empleada es energía derrochada.

En la mañana del 26 continuarán subiendo por el valle, aproximadamente siete horas hasta el campamento intermedio de Casa de Piedra, a 3.240m. La amplitud del escenario donde se adentran apabulla. Una impresión muy parecida a la sentida cuando asistimos, algunos, al estreno de La Conquista del Oeste, rodada en Cinerama, en el Real Cinema del Madrid de los sesenta. Es probable que el viento decida darles la bienvenida, este Eolo argentino es muy obsequioso. Entonces la etapa será de todo menos cómoda.

El lunes 27 cruzarán en mula el río Vacas. Seguirán la Quebrada del Relincho hasta alcanzar pasado el mediodía Plaza Argentina, el campo base a 4.190 metros. Si el escenario del río Vacas apabullaba, el primer fotograma del impresionante Glaciar de los Polacos anuncia momentos de aflicción.

Los 'Falsos Polacos'

Una jornada de descanso en el campo base. Desde el 29 de enero hasta el intento de cumbre, el 7 de febrero es la fecha tope, se habituarán a la ruta de los 'Falsos Polacos'. Se denomina así ya que evita el Glaciar y en su tramo final se une a la ruta normal del Valle de Horcones. Portearán material y establecerán los tres campos de altura. A 5.000 metros el campo 1. En el Collado Ameghino el campo 2, a 5.500. Para asegurar una buena aclimatación harán varias subidas y bajadas entre los campamentos. Método conocido como 'dientes de sierra'.

Cuando el grupo esté aclimatado y la meteorología lo permita, se subirá al campo 3, Berlín o Plaza Cólera, a unos 6.000m. Intentarán tener varios días de margen para atacar la cima. Cuando comiencen a andar hacia donde acaba la montaña no habrá amanecido. Antes de llegar a la parte más dura de la ascensión, los últimos 300 metros de la famosa Canaleta, atravesarán el Portezuelo de los Vientos, de nombre totalmente explícito. La Canaleta no tiene dificultades técnicas. Cierto, pero no deja de ser una mentira piadosa: es un pedregal con mucha inclinación a 6.600 metros. Das un paso adelante y él te desplaza dos. El agotamiento, la extenuación a esa altitud se puede describir pero el lector nunca podrá imaginar ni sentir esa lucha.

Con la cumbre en la mochila, dormirán en el campo 3 ¡y de regreso a casa!... Al menos, este es el plan. Otra cosa es lo que diga el Aconcagua.

*El material gráfico de esta Crónica procede de distintas fuentes. En diciembre de 2009 un grupo de socios de la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara fue al Aconcagua. Su propósito era ascender superando el Glaciar de Los Polacos. Una vía dura y exigente. Este cronista formaba parte de ella. No pudo ser. Queda pendiente. Mucho del material gráfico que documenta esta expedición procede de aquella. Lo filmaron Luis Pantoja y Mariano Frutos.