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La falta de diversión y el miedo dejan a Jorge Lorenzo en fuera de juego
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ASSEN, UNA DE SUS PEORES CARRERAS

La falta de diversión y el miedo dejan a Jorge Lorenzo en fuera de juego

Assen fue una de sus peores carreras. Así lo confesó Lorenzo que aseguró haber tenido miedo. El de Yamaha no termina de volver a meterse en el Mundial

Foto: Jorge Lorenzo en su box (Yamaha).
Jorge Lorenzo en su box (Yamaha).

Llegó a Holanda reconociendo que Assen era su pista favorita y se despidió de los Países Bajos con un tweet sincero y autocrítico al máximo: Sin excusas. Una de mis peores carreras en MotoGP. Lo siento por el equipo y por los seguidores. ¡Gracias por apoyarme!”. Jorge Lorenzo ocupaba la novena posición en la parrilla de salida y cruzó la línea de meta en decimotercer lugar. La grave caída que sufrió el año pasado volvió a su mente como un viejo fantasma para perturbar su concentración; la clavícula rota, el viaje de ida y vuelta a Barcelona, la intervención, el valor (o locura para algunos) de subirse a la moto para no faltar a la carrera porque el título estaba en juego… Los recuerdos le jugaron una mala pasada y reconoció “no tener el suficiente valor como los otros pilotos para ir rápido”. Sea como sea, Jorge Lorenzo amaga aunque no termina de estar en este Mundial que le sigue esperando.

No está siendo la temporada del piloto mallorquín. En los test previos al inicio del campeonato, el de Yamaha elevó su voz contra los neumáticos Bridgestone. Sus críticas cuestionando la seguridad de los compuestos se escucharon mientras la marca del diapasón trabajaba sin descanso para que la M1 no perdiese agarre lateral en su paso por curva. Las cosas no mejoraron cuando se escuchó el pistoletazo de salida en Qatar. En aquel momento, toda la parrilla ya sabía que el campeón, Marc Márquez, era el rival a batir porque a su talento natural se sumaba la mejor moto. Consciente de ello, Lorenzo intentó escaparse desde el primer momento… y acabó por los suelos. Empezaba la ‘dictadura Márquez’ y su propio calvario. En Austin salió con el semáforo en rojo, falló en lo que mejor sabe hacer. Un golpe duro para sus aspiraciones en el campeonato y para su mente.

En aquel momento, Jorge Lorenzo se propuso convertirse en el ave fénix de la parrilla de MotoGP. En Argentina aseguró que el título estaba descartado, peor conociendo al de Yamaha todos sabían que lo había dicho con la boca pequeña. Subió al podio de Termas de Río Hondo en tercer lugar, una posición que celebró como una victoria pues a eso sabía. En Jerez fue cuarto y en Francia, sexto. Iba sumando puntos poco a poco, esperando el fallo de sus rivales directos, asistiendo como testigo de lujo al dominio de Márquez y al renacer de Valentino Rossi, algo que, de alguna manera, jugaba en su contra. El Mundial llegó al territorio del italiano y mientras los aficionados se frotaban las manos pensando en un enfrentamiento entre ‘Il Dottore’ y Marc… Lorenzo se coló en la fiesta para poner en serios apuros al líder. Brindaron una batalla preciosa entre el Jorge de siempre y el invencible Márquez.

Parecía que Italia había sido el punto de inflexión del mallorquín, pero en Montmeló volvió a quedarse fuera del podio (cuarto) después de desinflarse durante la carrera. Holanda recogió el testigo de Cataluña y el final del capítulo vivido en Assen ya es de sobra conocido: la peor carrera de Jorge Lorenzo en palabras del propio piloto. Su peor puesto desde que, hace siete años, dio el salto a la máxima categoría del Mundial. El piloto de Yamaha dio el primer paso reconociendo que la culpa iba sobre sus hombros: “La moto estaba trabajando muy bien en seco y en mojado. Mi confianza no era grande; no quería tener una caída como el año pasado. No tuve el suficiente valor como los otros pilotos para ir rápido. No tenía las cosas claras en mi mente. Me gustaría disculparme con mi equipo, los ingenieros y mis fans porque todos hicieron su mejor esfuerzo”.

El problema está sobre la mesa y Jorge Lorenzo no ha dudado a la hora de enfrentarse a él. Durante la pretemporada, se vio obligado a pasar por quirófano por lo que no pudo preparar su físico como a él le habría gustado. Por ello, entre las citas de Austin y de Argentina, se aisló junto a su padre y su preparador físico en Cancún. Allí se machacó y, desde entonces, no ha bajado el ritmo. Tras alcanzar el nivel que buscaba, el objetivo era recuperar la agilidad perdida mientras potenciaba su fortaleza. Tal y como informaba Marca, este ha sido el objetivo puesto por Marc Rovira y Claudio Scribano, su fisioterapeuta, pasando menos por el gimnasio, variando sus ejercicios e introduciendo la práctica de otros deportes. Al plano físico hay que añadir el mental: según El Mundo, ha estado viendo a una psicóloga aunque tras dos visitas, ha dejado las sesiones.

Los resultados no tardaron en llegar. El propio piloto confesaba que se encontraba mejor aunque aún no estaba al cien por cien. Se ha visto al Jorge Lorenzo de siempre, pero el paso de las carreras deja la sensación de haber sido un amago. El de Yamaha está ahí, es capaz de ir rápido, de volver a exhibir su pilotaje con ‘martillo’ y ‘mantequilla’, ha demostrado que es capaz de complicarle la vida a Marc Márquez… pero no termina de creérselo. El piloto que un día consiguió derribar todos los muros, incluyendo el que Valentino Rossi mandó construir en el box, para ganar dos títulos en la máxima categoría devolviendo a España a la primera fila vaga entre las sombras de este Mundial provocadas por la grandeza del líder. En su momento, el italiano comentó a Diario AS que su compañero “sufría mucho porque sólo tiene un objetivo en la cabeza: luchar con Marc y no lo está consiguiendo”.

Muchos apuntan al actual campeón como una de las razones, otros a que Jorge Lorenzo ya no se divierte sobre la moto. Mientras Márquez lo considera clave para ir rápido y ganar, el mallorquín afirmaba que “personalmente no me he divertido nunca en moto desde que comencé con tres años como te diviertes cuando vas al cine con los amigos porque tienes una concentración, una presión y vas a 200 pulsaciones”. A la ausencia de diversión hay que añadir el miedo que en la última cita del Mundial le impidió ir al mismo ritmo que sus compañeros, una sensación que parece natural si tenemos en cuenta que pilotos como Jorge Lorenzo se la juegan a más de 300 kilómetros por hora. “Sin miedo todos estaríamos muertos”, comentaba en una entrevista con este medio. En la misma reconocía que les estaba costando adaptarse al mismo tiempo que se mostraba seguro de que su momento iba a llegar. El Mundial le espera, confía en el regreso del Jorge Lorenzo de siempre. Ahora es él el que debe creerlo por su bien y por el del Mundial.

Llegó a Holanda reconociendo que Assen era su pista favorita y se despidió de los Países Bajos con un tweet sincero y autocrítico al máximo: Sin excusas. Una de mis peores carreras en MotoGP. Lo siento por el equipo y por los seguidores. ¡Gracias por apoyarme!”. Jorge Lorenzo ocupaba la novena posición en la parrilla de salida y cruzó la línea de meta en decimotercer lugar. La grave caída que sufrió el año pasado volvió a su mente como un viejo fantasma para perturbar su concentración; la clavícula rota, el viaje de ida y vuelta a Barcelona, la intervención, el valor (o locura para algunos) de subirse a la moto para no faltar a la carrera porque el título estaba en juego… Los recuerdos le jugaron una mala pasada y reconoció “no tener el suficiente valor como los otros pilotos para ir rápido”. Sea como sea, Jorge Lorenzo amaga aunque no termina de estar en este Mundial que le sigue esperando.

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