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Con el título casi hecho, Márquez se lanza al agua y disfruta más que nunca
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LE VALDRÍA CON SER SEGUNDO EL RESTO DE CITAS

Con el título casi hecho, Márquez se lanza al agua y disfruta más que nunca

En Assen, llegó la octava y la celebró nadando antes de subirse a una plataforma de televisión. Con ser segundo el resto de citas le valdría para ser campeón

Foto: Marc Márquez cruza la línea de meta de Assen mientras nada sobre su Honda (Repsol Media).
Marc Márquez cruza la línea de meta de Assen mientras nada sobre su Honda (Repsol Media).

Verle como el primer piloto que cruza la línea de meta se ha convertido en una rutina, costumbre que no es fácil lograr. Tampoco es novedad comentar en domingos alternos, en esta ocasión ha sido el sábado, que Marc Márquez ha ganado la carrera de MotoGP. Mientras las casas de apuestas se desesperan ante el dominio del piloto de Repsol Honda, él sigue a lo suyo. Aunque Lorenzo, Rossi o Pedrosa le planten cara, su superioridad es inalcanzable. Consigue dominar todos aquellos factores que juegan en su contra: en Argentina fue un circuito nuevo, en Assen la intermitente lluvia que complicó la carrera. Nada ni nadie se interpone entre Marc Márquez y la victoria. Él, por su parte, no piensa en un título que de tener su nombre grabado, no tendría que ser modificado allá por el mes de noviembre porque lo tiene prácticamente hecho. Con la carga de presión aliviada, disfruta y se divierte como nunca.

“La celebración ha sido improvisada. Me he subido a la cámara a ver qué pasaba”. Marc Márquez no es conocido por celebrar sus victorias de forma especial o distinta. Si así fuera, su imaginación estaría a prueba constantemente teniendo en cuenta los ocho triunfos que luce en su casillero. La única tradición que sigue llega después de cada carrera, cuando el trasiego del circuito se ha reducido. Es entonces cuando Marc se hace una foto junto a todo su equipo en el box levantando un dedo por cada victoria conseguida; si sigue por el mismo camino que hasta ahora, a partir de Brno (República Checa) tendrá que modificar la escena. En Assen las cosas cambiaron.

Marc se mueve por el Mundial como pez en el agua y así vio la bandera de cuadros. Enfiló la meta nadando sobre su Honda antes de levantarse al pasar por el lugar del muro reservado para su equipo. Esta vez no estaba en casa así que no paró la moto en la vuelta de honor junto al graderío ocupado por sus fieles. Lo hizo junto a una torre en la que estaba ubicada una de las cámaras que formaban parte del dispositivo de retransmisión de la carrera. Subió la escalera, levantó la trampilla y saludó al mundo entero desde aquella plataforma ante el asombro del cámara. A principios de la temporada, en una entrevista con El Confidencial, reconocía que defender el título era para él una situación nueva. “Seguramente será bonito”, no le faltaba razón. Si alguna vez tuvo presión por saber que ahora en el Mundial era todos contra él, no dio evidencias de ello. Y si queda algo de ella, se la ha sacudido para disfrutar y divertirse más que nunca.

Saboreó la victoria como nunca porque, tal y como confesaba después de la carrera, había sido “un día complicado porque en esta carrera podía haber perdido muchos puntos. Afortunadamente al final hemos ampliado nuestra ventaja en la general del campeonato”. Y es que aunque no lo pareciera, el actual campeón de MotoGP estaba “nervioso antes de la carrera. Preparado no se está nunca para una así. Casi me caigo a la mitad. Quería pensar en el Campeonato pero me sentía bien y he decidido tirar”. El resultado, una vez más, fue inmejorable y por ello Márquez estaba “muy satisfecho por cómo ha ido y de la manera que hemos gestionado la situación ‘flag to flag’. Ha sido nuestra primera experiencia en una carrera como ésta, con condiciones de seco y de mojado, e incluso he tenido un susto después del cambio de moto. Estamos muy contentos con esta victoria y con los 25 puntos que hemos sumado en un circuito que habíamos marcado en el calendario como uno de los complicados”.

Días atrás, Marca hacía las cuentas sobre el título de MotoGP y arroja un dato escalofriante si tenemos en cuenta que el Mundial ni siquiera ha llegado a su ecuador: si Márquez fuera segundo en lo que resta de campeonato y Rossi, su más inmediato perseguidor, ganase todas las citas… el título seguiría siendo para Marc porque recortaría 55 puntos y la distancia entre ellos era de 58 antes del último gran premio. El líder se ha cansado de avisar que un día no ganará y tendrá que luchar por conseguir el máximo número de puntos pensando en el campeonato, pero lo cierto es que hasta ahora sólo ha sabido vencer y hace un año que Rossi no se sube a lo más alto del podio; parece complejo que se cumplan ambas condiciones. El último triunfo de Valentino llegó el año pasado en Assen y en dichas cábalas no entraba, evidentemente, la victoria holandesa del piloto de Cervera. Ahora la diferencia de puntos con el italiano asciende a 72 puntos… los mismos en los que se ha situado Pedrosa después de su tercer puesto de este sábado.

Como ya viene siendo habitual, las victorias de Marc Márquez no se quedan en el Mundial sino que traspasan la frontera para hacerse un hueco en la historia del motociclismo. Ocho triunfos consecutivos, colocan el nombre del piloto de Repsol Honda junto al de dos ilustres de las dos ruedas. El primero es Mike Hailwood que en 1964 y 1965 ya consiguió la hazaña de ganar ocho carreras consecutivas en la máxima categoría. Al piloto británico se unió, en 1971, el mítico Giacomo Agostini. Una vez situado a su altura, a Marc sólo le quedan por delante las diez victorias que Doohan firmó en 1997. De lo que no pudo presumir el australiano es de ser el primer piloto de la historia que junto a su hermano se lleva el triunfo en dos circuitos seguidos: Àlex y Marc se han subido a lo más alto tanto en Montmeló como en Assen. En Cervera, el talento es cosa de familia.

Verle como el primer piloto que cruza la línea de meta se ha convertido en una rutina, costumbre que no es fácil lograr. Tampoco es novedad comentar en domingos alternos, en esta ocasión ha sido el sábado, que Marc Márquez ha ganado la carrera de MotoGP. Mientras las casas de apuestas se desesperan ante el dominio del piloto de Repsol Honda, él sigue a lo suyo. Aunque Lorenzo, Rossi o Pedrosa le planten cara, su superioridad es inalcanzable. Consigue dominar todos aquellos factores que juegan en su contra: en Argentina fue un circuito nuevo, en Assen la intermitente lluvia que complicó la carrera. Nada ni nadie se interpone entre Marc Márquez y la victoria. Él, por su parte, no piensa en un título que de tener su nombre grabado, no tendría que ser modificado allá por el mes de noviembre porque lo tiene prácticamente hecho. Con la carga de presión aliviada, disfruta y se divierte como nunca.

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