Ricky Rubio no fue suficiente: EEUU elimina a España en los cuartos de Tokio (81-95)
Un partido legendario del base (38 puntos) no sirve para frenar el poderío de los americanos, superiores al final. Pau y Marc Gasol confirman su retirada de la Selección
No habrá medalla en el cuello de Pau Gasol. La mayor crueldad de este adiós a los Juegos Olímpicos de Tokio es que España supo competir, pero no encontrar esa versión alegre que tantos éxitos regaló al espectador. Estados Unidos rompió el partido en el último cuarto, castigando a base de triples abiertos a una defensa del equipo de Sergio Scariolo incapaz de parar la sangría de puntos. No era la USA imbatible de otras competiciones, pero la cita de esta equipo con las medallas es inevitable. Demasiado Kevin Durant, que por fin explotó en el torneo demostrando el jugador NBA que es. El alero de los Nets se marchó del Saitama Arena con 28 puntos y cuatro asistencias. 81-95 reflejó el marcador final con la Selección dejándose ir en los minutos finales. Ricky Rubio se erigió como una leyenda del baloncesto español gracias a sus 38 puntos con un 65% de acierto en tiros. Casi la mitad de la anotación del equipo llevó su firma y, a juzgar por lo visto en la pista, se quedó corto. Es la mayor anotación de un jugador ante Estados Unidos en la historia de los Juegos, así como de toda su carrera.
El ciclo se acabó. El final de un grupo legendario que dio las mayores alegrías para el baloncesto español masculino de la historia. Dos títulos mundiales, tres europeos, dos platas olímpicas... 13 medallas en grandes campeonatos. Cualquier agradecimiento se queda corto. Hoy Pau Gasol vivió su último partido con España, y quizás el último de su carrera. No tuvo la importancia de los días de gloria —solo seis minutos en pista—, pero no empaña una trayectoria estratosférica que le sitúa en el olimpo de la FIBA. También confirmó su despedida tras el partido Marc Gasol: "Nos bajamos de esta atracción tan bonita a la que nos subimos hace 15 años". Toca decir adiós a nuestra historia. La más brillante.
Y Kevin Durant rompió el partido
Kevin Durant, que llegaba al encuentro contra España promediando 14,3 puntos por partido, aniquiló las esperanzas españolas, asumiendo su sitio como la estrella de USA. No es una sorpresa. A su mejor nivel, no existe un jugador en el planeta (con permiso de Luka Doncic) con su mezcla de talento, recursos ofensivos y verticalidad. Todo ello midiendo 2,08 y moviéndose con el estilo de un bailarín cada vez que el balón pasa por sus manos. Había dejado destellos de la clase de atleta que era durante el partido, pero el tercer cuarto fue una herida abierta casi imposible de parar para España. Tres triples casi consecutivos, tiros en suspensión desde cualquier punto de la zona… Todo con una facilidad que hundió por momentos a la Selección —llegaron a ponerse 15 arriba—. USA castigó las esquinas con triples abiertos a los que la defensa zonal española no llegaba a puntear.
Demasiado solo Ricky Rubio en ataque. El éxito deportivo que se consiguió en China en el Mundial del 2019 se cimentó en el base y en la fortaleza en poste bajo de Marc Gasol, quien no ha encontrado su juego en Japón después de un año complicado en Los Angeles Lakers. Pero Rubio aferró a España al partido. Ricky contra el mundo. Y Ricky rozó la gesta. Un triple de Sergio Rodríguez permitió al equipo de Scariolo marcharse al último cuarto solo seis abajo en el marcador. Y era para celebrarlo.
Mismo guion para el inicio del último y definitivo cuarto. Solo Ricky Rubio impedía una ventaja holgada de Estados Unidos, que en ningún momento vio peligrar su victoria cuando se acercó el final. Que la derrota no empañe la gesta histórica del base nacido en El Masnou. Se pensará Ricky su futuro en ‘La Familia’, pero los jóvenes que tendrán que asumir galones en los próximos años le necesitarán como el gran líder para la transición.
Chacho y Willy, dos gigantes de la segunda unidad
Los mejores minutos de la primera mitad española llegaron con la segunda unidad en pista. Willy Hernangómez mostró su mejor versión con la camiseta olímpica, comiéndose el juego interior americano como no consiguió hacer Marc Gasol. Acompañado de Víctor Claver, excelso en labores defensivas, y de Abalde, el pívot cortocircuitó el ataque americano. ¡Seis tapones sumó España en los primeros 20 minutos! Doblando incluso en rebotes (21-11 en el minuto seis del segundo cuarto).
Si había una cierta dependencia del poderío anotador de Ricky Rubio cuando estaba en pista, su sustituto asumió galones. Por fin llegó la gran versión de Sergio Rodríguez en su regreso a la Selección, por fin el Chacho volvió a ser el Chacho. Su acierto desde tres dejó las mejores ventajas para España, que estuvo durante varios minutos con +7. Pero USA es USA. Desconectados, fuera del partido por momentos, apenas dos minutos en los que los españoles bajaron brazos en defensa fueron aprovechados para recortar distancias e igualar el partido a 43 al descanso. La aparición desde el banquillo de Jason Tatum, un salvavidas para Popovich en este torneo olímpico, determinante para el arreón. El punto a corregir eran las pérdidas, tres para USA y ocho para España. Demasiada diferencia. Además de las tres faltas de Rudy Fernández.
Ricky Rubio se quedó sin aliados
Había atmósfera de partido grande y la tensión no era solo para España. Tanto la Selección nacional como el equipo de Estados Unidos sufrieron los nervios iniciales. Tal y como sucedió contra Eslovenia —especialmente en el definitivo último cuarto— hubo cierta precipitación de los pupilos de Scariolo a la hora de jugarse triples tempranos con la posesión recién iniciada. El ritmo lo estaba imponiendo el conjunto dirigido por Gregg Popovich y no era una buena noticia para nuestros intereses. Ahí apareció, una vez más, Ricky Rubio, no solo el timón de la Selección, el líder absoluto de todos los aspectos del juego. 13 puntos anotó el base de los Cleveland Cavaliers en sus primeros ocho minutos en pista.
Rubio dio una exhibición a nivel ofensivo de entrada a canasta. El catalán es un especialista en penetración desde su debut en la ACB con 14 años, pero a día de hoy su arsenal es mucho más extenso. Desde su facilidad para hacerse hueco debajo del aro a ser una amenaza constante desde la línea de tres. Al menos en los Juegos Olímpicos de Tokio, a nadie se le ocurre flotar a Ricky en el tiro exterior. La dependencia de los puntos del base supuso un problema en los primeros minutos, solo Rudy Fernández acompañó —sin demasiado acierto— las responsabilidades en ataque. Le costó a Marc Gasol imponer diferencias pese a emparejarse con Adebayo, la línea con más carencias del planteamiento de Estados Unidos.
El partido fue duro en ambos lados de la cancha. Solo se veían manos cada vez que el balón se acercaba a canasta con los árbitros permisivos a la hora de pitar faltas. Dejó una jugada de fantasía Durant. El alero de los Brooklyn Nets protagonizó un mate que resonó incluso en el Saitama Arena con escaso público. España se marchó por delante en el marcador al final del primer cuarto 21-19, a pesar de no sentirse cómoda en el ritmo de juego impuesto por EEUU. Fue cuestión de tiempo que el rodillo americano se activara.
No habrá medalla en el cuello de Pau Gasol. La mayor crueldad de este adiós a los Juegos Olímpicos de Tokio es que España supo competir, pero no encontrar esa versión alegre que tantos éxitos regaló al espectador. Estados Unidos rompió el partido en el último cuarto, castigando a base de triples abiertos a una defensa del equipo de Sergio Scariolo incapaz de parar la sangría de puntos. No era la USA imbatible de otras competiciones, pero la cita de esta equipo con las medallas es inevitable. Demasiado Kevin Durant, que por fin explotó en el torneo demostrando el jugador NBA que es. El alero de los Nets se marchó del Saitama Arena con 28 puntos y cuatro asistencias. 81-95 reflejó el marcador final con la Selección dejándose ir en los minutos finales. Ricky Rubio se erigió como una leyenda del baloncesto español gracias a sus 38 puntos con un 65% de acierto en tiros. Casi la mitad de la anotación del equipo llevó su firma y, a juzgar por lo visto en la pista, se quedó corto. Es la mayor anotación de un jugador ante Estados Unidos en la historia de los Juegos, así como de toda su carrera.
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