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Cuenten con Mireia Belmonte para Tokio: "Hay que querer más y no conformarse"
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"Va a nadar más rápido", dijo su entrenador

Cuenten con Mireia Belmonte para Tokio: "Hay que querer más y no conformarse"

"Las medallas vienen sin pensarlas mucho, cuando más te obsesionas es cuando más te alejas. Tienes que disfrutar del camino", dijo Belmonte, que ya piensa en el Mundial del año que viene

Foto: Mireia Belmonte en la rueda de prensa de este sábado en Río (Elvira Urquijo A./EFE)
Mireia Belmonte en la rueda de prensa de este sábado en Río (Elvira Urquijo A./EFE)

Dice Mireia Belmonte que no ha visto mucho de la final del 200 mariposa en la que ganó el oro olímpico, que ya la verá junto a su familia. Pero entre lo poco que sí ha revisado hay una fotografía en la que se le ve a ella y a la australiana Madeleine Groves, segunda clasificada, completamente estiradas intentado tocar por última vez la pared. "Creo que esa foto es la que describe los últimos cuatro años", dijo la nadadora. "Hemos estado buscando la perfección y los detalles, y al final eso es lo que me hizo ganar el oro". "Parece que la australiana va a tocar primera, pero no se puede extender más, y a ella todavía le queda la extensión final. El alto nivel es esto, buscar el milímetro", añadió su entrenador, Fred Vergnoux.

El oro está en los detalles, pero, ¿cómo se trabajan esos detalles? Durante los dos últimos años, Belmonte se sometió a un plan de entrenamiento durísimo que le ayudó a perfeccionar su técnica, a mejorar su fuerza y a controlar su mente. Comenzó haciendo concentraciones en altura en Sierra Nevada y acabó viviendo allí casi medio año. Todo con una idea en la cabeza: llegar a la final del pasado miércoles mejor preparada que cualquiera de sus rivales. Y lo consiguió. "En estos dos últimos años, Mireia ha hecho cambios radicales a nivel de nutrición, de la preparación física, a nivel de fuerza. Vamos a seguir buscando por dónde se puede mejorar", aseguró Vergnoux.

En su primera rueda de prensa tras terminar su participación en los Juegos Olímpico de Río, la primera pregunta que se le formuló a Belmonte fue sobre la dificultad de encontrar un nuevo reto cuando ya se ha alcanzado el sueño de toda una carrera. La respuesta de la catalana fue un ejemplo de ambición: "He conseguido mi sueño, que era la medalla de oro, pero tengo retos por delante, como el Mundial del año que viene en Hungría. Aún me queda ser campeona del mundo en piscina de 50. Ese es el objetivo por el que voy a trabajar el año que viene. Por suerte tenemos nuevo retos y somos muy insaciables. Siempre hay que querer más y no conformarse con lo que se tiene".

"Es la hostia, nunca para", dijo Vergnoux, que le puso un 9 a su actuación en los Juegos, en los que ha ganado dos medallas. "Si ponemos un 10 es como que acaba y es el fin de algo. Y como el buen vino francés, Mireia con el tiempo sigue mejorando. Pienso que va a nadar más rápido en el futuro", vaticinó el francés, que trazará el plan para los próximos años después de las vacaciones. "Son ciclos, este se acaba y empieza otro. Vamos a tener que coger un papel en blanco y empezar a poner números, frases y objetivos, y a partir de eso vamos a construir el futuro". Ese futuro pasa por continuar entrenando en altura — "es un mundo que todavía tenemos que explorar", dijo Vergnoux— y con la misma filosofía de trabajo que le ha dado dos medallas en Río.

"Las medallas vienen sin pensar mucho en ellas, cuanto más te obsesionas es cuando más te alejas. Tienes que disfrutar del camino", dijo Belmonte. La fórmula que la ha llevado al oro olímpico no parece que esté agotada. "Tengo muchas ideas. Estos días he hablado con Mireia de ir a pasar tiempo en Japón, y va a empezar a aprender japonés", dijo el francés mientras Belmonte le miraba atentamente. Hasta el próximo Mundial será un período de transición, explicó; a partir de ahí se abrirá un ciclo de tres años coronado con Tokio 2020, cita a la que Belmonte llegará con 29 años. ¿Demasiados? Si algo ha demostrado la piscina de Río es que la edad ha quedado en un segundo plano.

Dice Mireia Belmonte que no ha visto mucho de la final del 200 mariposa en la que ganó el oro olímpico, que ya la verá junto a su familia. Pero entre lo poco que sí ha revisado hay una fotografía en la que se le ve a ella y a la australiana Madeleine Groves, segunda clasificada, completamente estiradas intentado tocar por última vez la pared. "Creo que esa foto es la que describe los últimos cuatro años", dijo la nadadora. "Hemos estado buscando la perfección y los detalles, y al final eso es lo que me hizo ganar el oro". "Parece que la australiana va a tocar primera, pero no se puede extender más, y a ella todavía le queda la extensión final. El alto nivel es esto, buscar el milímetro", añadió su entrenador, Fred Vergnoux.

Fred Vergnoux
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