"Hice un largo camino": Tiger Woods, el rey que se cayó de la cima, sueña con volver a triunfar

Tiger Woods está de vuelta. El golfista norteamericano por fin ha regresado al circuito después de casi un año sin poder competir. Una cirugía de tobillo le ha dejado sin jugar durante buena parte de la temporada y, después de mucho tiempo, ha podido competir y recuperar las sensaciones perdidas en los últimos meses. Ha sido en el Hero World Challenge donde, a pesar de quedar antepenúltimo, se sintió feliz por volver a la senda de la competición.

La carrera de Tiger Woods no ha sido sencilla. Comenzó de manera meteórica, cuando con solo 21 años sorprendía a todo el mundo después de ganar el Masters de Augusta, convirtiéndose en el más joven de toda la historia en levantar un major. Parecía un deportista imparable, sin rival en el circuito y capaz de dominar el mundo del golf durante varias décadas. Pero, en lo más alto de su carrera, todo cambió en 2009, con un escándalo que dio la vuelta al mundo.

Era noviembre y Tiger sufría un accidente de coche. Parecía un golpe que podía revestir graves consecuencias, algo que se desmintió a las pocas horas. ¿Qué había pasado entonces? Muy sencillo: el impacto con su vehículo se había producido después de una discusión sentimental tras descubrirse que el deportista mantenía varias relaciones extramatrimoniales. El escándalo fue mayúsculo e, incluso, llevó a que Woods anunciara su retirada indefinida por todo lo sucedido.

Sería a mediados de 2010 cuando regresó a la competición, pero su nivel poco o tenía que ver con el anterior al escándalo. De hecho, durante años, Woods no conseguiría ningún éxito, lo que en 2013 le llevó a parar de nuevo: su maltrecha espalda debía de pasar por quirófano, algo que tuvo que repetir en varias ocasiones debido a los problemas que arrastraba. Sería en 2019 cuando volvería... para hacerlo por la puerta grande, ganando de nuevo el Masters de Augusta.

Aquella victoria, que parecía su despegue de nuevo hacia el éxito, fue flor de un día y el norteamericano nunca llegó al nivel previo al escándalo, donde dos factores determinantes se mezclaron claramente: la estabilidad emocional y las lesiones. Los problemas físicos, de diferente índole, se seguían acumulando y se vio obligado a ser intervenido en un par de ocasiones más. La última, a primeros de 2023 por culpa de un problema crónico en uno de sus tobillos.

Ahora, a punto de acabar el año y en el puesto 898 del PGA, Tiger Woods ha vuelto a la competición y quiere que sea la definitiva. Lo ha hecho en el Hero World Challenge, donde acabó decimoctavo, pero en un torneo donde lo importante era recuperar sensaciones. Su intención es volver a sentir las rutinas que ha perdido en estos meses de ausencia y, por qué no, ir recuperando el nivel que le llevó a ser uno de los mejores jugadores del circuito. Ya lo hizo una vez y busca repetirlo.

"He hecho un largo camino. Pasé de estar un poco oxidado, a jugar cuatro días. Simplemente, el aspecto físico de poder jugar y competir de nuevo, me llena de felicidad. Fue agradable salir con los muchachos, divertirnos y competir. Ojalá hubiera jugado un poco más limpio, pero siempre hay una próxima vez", explicaba Tiger a la NBC. Su intención es empezar el próximo año en plenitud de facultades en busca de algún título más. Y, por qué no, recordar a aquel golfista que un día llegó a ser.