Las cinco claves para entender el Mundial o qué lecturas nos ha dejado el fútbol en Qatar

Dos partidos. Eso es lo que queda para que acabe el Mundial de Qatar. Después de casi un mes de competición, tan solo quedan 180 minutos en los que se decidirán los hitos importantes del torneo: en primer lugar, si Marruecos o Croacia consiguen la tercera posición; por último, si Francia o Argentina consiguen el título de campeones. Pero, para llegar hasta el punto definitivo del campeonato, hemos vivido 62 partidos antes que nos han dejado muchos momentos para el recuerdo.

Un Mundial siempre es especial, pues el espectador puede disfrutar de las grandes estrellas del fútbol en un torneo corto y en el que cualquier fallo te manda para casa a las primeras de cambio. Este tipo de competiciones siempre sirven para sacar lecturas que se convierten en axiomas futbolísticos que, si se perpetúan a lo largo de los años, se terminan por convertir en verdades deportivas a las que agarrarnos. Así, estas son las cinco claves que nos deja el Mundial de Qatar.

1 - El fútbol se ha igualado para bien

Históricamente, el fútbol tenía dos velocidades: por un lado, Europa y América; por otro, el resto. Los combinados del Viejo Continente y, especialmente, los sudamericanos eran los grandes candidatos al título antes del comienzo del torneo. De hecho, solo equipos de ambos continentes pueden presumir de haber sido campeones, 12 veces los europeos y 10 los americanos. Pero este año se ha visto que ese otro fútbol ha cambiado para bien: los mejores ejemplos, las semifinales de Marruecos —que eliminó a Bélgica, España y Portugal— o Japón —que derrotó a España y Alemania—. El nivel se ha igualado y es una buena noticia.

2 - Los buenos siguen siendo muy buenos

Antes del Mundial, siempre surge la duda de qué jugador será el mejor del torneo y, por supuesto, quién será el que más impresione. Siempre aparecen caras menos controladas por el gran público, como pueden ser los casos de Sofyan Amrabat, Domenic Livakovic o Enzo Fernández, entre otros. Pero, en este caso, la reflexión es muy sencilla: los buenos nunca fallan. El espectacular Mundial que han hecho jugadores como Neymar, Leo Messi o Kylian Mbappé confirma por qué todo el mundo quiere tenerlos en sus equipos y por qué se mueven cantidades millonarias para ficharlos. Son los mejores y es una verdad indiscutible.

3 - El VAR sigue dejando serias dudas

Al comienzo del torneo, mucho se habló de que el fuera de juego había llegado a su fin, pues la detección semiautomática de las situaciones antirreglamentarias por parte del VAR facilitaba la labor del colegiado. Pero, a punto de acabar el torneo, el videoarbitraje sigue dejando las mismas dudas de siempre, algo que se ha podido ver especialmente en las semifinales con dos penaltis: ni la acción de Julián Álvarez con Livakovic ni la de Theo Hernández con Sofiane Boufal fueron revisadas cuando, claramente, la imagen decía algo diferente a lo que el colegiado pitó. El VAR llegaba para mejorar el fútbol..., pero su mano no se termina de notar.

4 - Los penaltis son la salsa del torneo

Como cada campeonato de estas características, cuando llegan las eliminatorias, los aficionados esperan con deseo que lleguen las tandas de penaltis y, a ser posible, que no sean las de su equipo. Cada competición deja momentos para el recuerdo desde los once metros, como pudo ser la exhibición de Croacia frente a Japón, la decepción de España contra Marruecos o la emocionante definición del Países Bajos-Argentina. Las tandas de penaltis son una de las suertes más atractivas de este tipo de torneos y en Qatar no ha sido menos... Y quién no nos dice que en los últimos dos partidos que quedan aún veamos alguna.

5 - Los octavos son los nuevos cuartos de España

España es, sin ningún género de dudas, uno de los grandes fracasos del Mundial. La Selección está muy lejos del nivel que se le supone y, desde que fuimos campeones del mundo, la tristeza se ha apoderado de nuestro fútbol. En 2014 caímos en fase de grupos; en 2018, ante Rusia, en penaltis; y, en 2022, de nuevo, desde los once metros. Pero lo peor es que, en los últimos tres Mundiales, solo hemos ganado tres partidos —Australia, Irán y Costa Rica— y da la sensación de que la barrera de los octavos se ha convertido en el nuevo límite de nuestros tradicionales cuartos. O que, a lo mejor, creemos que tenemos mejor equipo de lo que hay en realidad.