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Guardiola, el gran culpable del fracaso de Italia si no va al Mundial de Rusia
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la derrota 1-0 obliga a remontar para ir a rusia

Guardiola, el gran culpable del fracaso de Italia si no va al Mundial de Rusia

Dice Chiellini que la revolución del técnico del City ha hecho peores a sus centrales y que por eso el país ha bajado un peldaño. Ventura pide al árbitro que les ayude y Pirlo critica el juego del equipo

Foto: Buffon y Chiellini, en el partido contra Suecia. (Reuters)
Buffon y Chiellini, en el partido contra Suecia. (Reuters)

Chiellini le da vueltas al drama de Italia como los filósofos divagan sobre la metafísica. No tiene nada que ver con la economía, la política o la sociedad, es solo fútbol. Aunque quizá la expresión, en ese país, sea una paradoja similar a decir que lo que hay que hacer para seguir viviendo es "solo respirar". Por primera vez desde 1958 la posibilidad de que el equipo transalpino quede fuera del Mundial es real. Perdió la 'azzurra' 1-0 en casa de Suecia y ahora necesita remontar en San Siro para acudir a la gran cita. Tiemblan las piernas y el debate, con toda la teatralidad que el país puede dar, se calienta a la temperatura del infierno.

Volvamos a Chiellini, que tiene una teoría. El problema de Italia, en su opinión, tiene nombres y apellidos: Pep Guardiola. Efectivamente, el entrenador del City parece ser el causante de que la 'azzurra', de golpe y porrazo, no juegue a nada. "El 'guardiolismo' arruinó a una generación de defensas", explicaba él, que el oficio de zaguero se lo sabe bien. El conflicto no es para los defensas en general sino, particularmente, para sus compatriotas. "Ahora todos miran hacia arriba, en los cruces ya no hay defensores italianos, de esos que intimidan al rival, se está perdiendo nuestra tradición", contaba estos días como quien se lamenta de la extinción de una especie o de la desaparición de la vida rural.

Foto: Morata, en uno de sus fallos del partido. (Reuters)
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Italia es Italia, no España

Y es que el central es de los que creen que en el fútbol hay un componente genético, que Italia tiene que jugar como Italia, Alemania como Alemania e Inglaterra a nada en absoluto. "Nunca tendremos el ‘tiki-taka’ de España. El año pasado fui criticado cuando dije que la Juve nunca ganaría 6-0 como el Real. Para volver a la élite mundial Italia necesita ‘bomber’ (delantero centro) como los que teníamos hace 20 años, pero también la aparición de algún defensor de verdad sería de agradecer", comentaba el central, escéptico de la modernidad.

En resumen, que hay mucho equipo por el mundo intentando no maltratar al balón y que él, sospecha. Demasiada finura. Hay algo de verdad en sus palabras de todos modos, Italia ha ganado cuatro mundiales, no está para recibir lecciones sino para darlas. Y, es cierto, cuando ganó lo hizo normalmente con un fútbol fabril, esforzado. Italiano por definición.

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Soccer Football - 2018 World Cup Qualifications - Europe - Sweden vs Italy - Friends Arena, Stockholm, Sweden - November 10, 2017 Sweden’s Jakob Johansson celebrates scoring their first goal with team mates REUTERS Kai Pfaffenbach TPX IMAGES OF THE DAY

El talento desaparecido

Claro que igual Chiellini no lo recuerda, pero en esos equipos también había siempre futbolistas deslumbrantes. En 2006, el último ejemplo, Pirlo y Totti. Pero antes hubo un Del Piero, un Baggio, un Antognoni, un Rossi, un Rivera. Ahora esa jerarquía tendría que corresponder a Verratti, pero el centrocampista del PSG se estrelló en Suecia y, por el momento, solo ha conseguido ser uno de los centros de la crítica en los kioskos italianos.

Esperando "ventajas" arbitrales

A la altura de Gian Piero Ventura, seleccionador y primera víctima segura si se certifica la desdicha. Su discurso tras la metedura de pata de Solna fue una acumulación más o menos coherente de excusas que abarcaba desde una hipotética injusticia divina contra un equipo que jugó mejor a, por descontado, el árbitro. "Ahora espero que en Milán, nos concedan las ventajas que les dan dado a ellos. En estas instancias se necesita mucha más atención". Ojo al detalle, que también es de una manifiesta italianidad, no pide que el árbitro sea justo o que no se equivoque, quiere que le compensen lo que, en su cabeza, fueron las afrentas de Suecia.

Se habla en Italia de fútbol, pero a la manera genuina de los transalpinos, evitando en lo posible hablar del fútbol como tal. La primera palabra que salta a la vista en el discurso es "corazón". "Es importante, pero no basta con eso; la atención es necesaria, pero no suficiente; la determinación también es importante, pero no basta con eso, las tres cosas juntas sí garantizan la victoria", intenta explicar Ventura, sin utilizar un solo término futbolístico pero sí tres conceptos redundantes que tienen que ver más con el espíritu que otra cosa.

placeholder Ventura e Immobile. (Reuters)
Ventura e Immobile. (Reuters)

La mirada crítica de Pirlo

También hay referencias constantes a San Siro, donde se disputará el encuentro decisivo. El ambiente, el empuje de la grada... los pilares básicos de todo discurso racial previo a una remontada. No hay eliminatoria en la que haya que dar la vuelta a un marcador en la que no haya unos cuantos diciendo que el primero corre de la cuenta del aficionado que pagará un dineral para desfogarse a gritos en la grada.

Y ahí entra en juego Andrea Pirlo que, recientemente retirado, ve el circo desde la grada, arquea las cejas y, como José Ortega y Gasset, se dice "no era esto". Él, que fue un jugador de enorme talento, dice que el aliento del público no sobra pero que nunca vio a una tribuna marcar un gol.

Él, en este ambiente de discurso bélico, intenta explicar las carencias de su selección desde el fútbol: "Italia parecía un equipo miedoso que jugaba para el empate. En Europa, eso no es suficiente. Jugar en una competición europea no es lo mismo que jugar en Italia, donde ganas partidos por la mínima. En estos juegos hay que dar el 100% y es en estos partidos en los que vemos quienes son los verdaderos jugadores".

Este partido enrarecido puede ser el mayor drama italiano en décadas. Lo cierto es que tampoco necesitan tanto, pues Italia, que tiene jerarquía, tiene suficiente con ganar a Suecia, una selección que, a tenor de lo visto en la clasificación, tampoco es para tanto. Claro que si a los suecos les da por marcar un gol ya tendrá la 'azzurra' que meter tres, lo cual no es especialmente sencillo con la plantilla que tiene en sus manos Ventura. El país pide a Insigne, que juega al fútbol y marca goles. Sorprendentemente el seleccionador se lo dejó fuera en el último partido. ¿Será suficiente?

Chiellini le da vueltas al drama de Italia como los filósofos divagan sobre la metafísica. No tiene nada que ver con la economía, la política o la sociedad, es solo fútbol. Aunque quizá la expresión, en ese país, sea una paradoja similar a decir que lo que hay que hacer para seguir viviendo es "solo respirar". Por primera vez desde 1958 la posibilidad de que el equipo transalpino quede fuera del Mundial es real. Perdió la 'azzurra' 1-0 en casa de Suecia y ahora necesita remontar en San Siro para acudir a la gran cita. Tiemblan las piernas y el debate, con toda la teatralidad que el país puede dar, se calienta a la temperatura del infierno.

Selección de fútbol de Italia Pep Guardiola