La Argentina de Messi se encomienda al ‘hombre tranquilo’ para alcanzar la final

“El perfil bajo forma parte de mi esencia”, reconoció hace tiempo en una entrevista que publicó Clarín. Apura sus últimos días como seleccionador de Argentina. Su continuidad más allá de este Mundial está prácticamente descartada, pero el técnico quiere esperar hasta el domingo, día de la gran final, y para ello toca ganar a Holanda en semifinales. Alejandro Sabella es un tipo peculiar, que maneja los marcados egos de sus jugadores con pausa. A su manera… Levantar el tono de voz no va con él, al igual que no pega codazos paraser protagonista en los medios de comunicación. Un tipo tranquiloque ha impregnado su carácter sencillo en el equipo que lidera Messi.

Siempre dice que a la hora de afrontar retos hay que caminar con tranquilidad, sin sobresaltos. Todo a golpe de ilusión, pero en todo momento con humildad. Siempre pide a los suyos que olviden los éxitos pasados porque son efímeros y para afrontar nuevos retos hay que tener la mente limpia y no pensar que el nuevo desafío se alcanzará con facilidadpor haber superado otro previamente.

La Asociación de Fútbol Argentino (AFA) apretó a Simeone para tomar el testigo de Sabella, pero optó por defender el título de Liga y seguir haciendo soñar al mundo rojiblanco. El Tata Martino siempre apareció como segunda opción, pues el actual Director Técnico de la albiceleste cree que llegó el momento de la despedida. La ‘humildad’, la ‘generosidad’ y el ‘sentido de pertenencia’ son los tres pilares en los que se sustenta su ideario. Futbolístico y personal. Con estos conceptos evoca a Belgrano y Kennedy, pues su pasión por la política es de sobra conocida

Mediocampista que tuvo una larga trayectoria -empezó en River, acabó en el Irapuato de México y pasó por el fútbol inglés-, su experiencia en los banquillos como primer espada es más bien exigua. Fue asistente de Daniel Pasarella desde 1994 a 2007. En 2009 da el paso y decide ejercer de primer entrenador en Estudiantes de la Plata -época triunfal, con una Libertadores y un campeonato local- , agarrando la albiceleste en 2011. Ese perfil bajo que le caracteriza provocó que tardara en tomar el mando de un grupo. Ahora todo apunta a que dará un paso a un costado y dejará la selección.

“La humildad ante todo. El rico te da lo que le sobra. El pobre, hasta lo que no tiene. Esa es la diferencia”, comentó hace tiempo un tipo al que le apasiona la política. Lee mucho y se considera progresista. Cuando ganó la Libertadores, en su discurso a la afición rindió homenaje a Perón y Raúl Alfonsín, al decir que “siento en mis oídos la más maravillosa música que es la voz de la gente de Estudiantes. La casa está en orden”. Tuvo que disculparse horas después por si alguien se sintió ofendido.

Ese éxito tan inmediato como máximo responsable le llevó a la selección. Tiene querencia por los futbolistas con buen manejo de balón, pero por encima de todo es pragmático y por ello, posiblemente, se esté planteando apuntalar su defensa con un jugador más ante Holanda, según apuntan medios argentinos.

Es raro que su gesto se descomponga cuando le toca responder una pregunta complicada o cuando su equipo ha fracasado. Para el seleccionador argentino la sencillez es fundamental tanto en el fútbol como en la vida cotidiana. En una rueda de prensa dejó claro cuál es la base fundamental de su ideario al rescatar la siguiente frase de Gandhi: “el día que perdamos la humildad estaremos poniendo un ladrillo para la creación del edificio de nuestro fracaso”.

Los medios de comunicación argentinos se han percatado desde hace tiempo que muchos jugadores emplean las mismas palabras cuando toca dar la cara ante los medios. La palabra ‘unidad’ es utilizada de manera permanente por muchos integrantes del plantel. “Que se mantenga el mismo grupo es importante porque es una señal del rendimiento y de esta manera estamos más unidos que nunca”, dijo Leo Messi para confirmar que todos marchan por la tranquila línea que marca Sabella.

Esa tranquilidad la traslada a su profesión desde su vida cotidiana. Padre de cuatro hijos fruto de dos matrimonios, la familia es fundamental para Sabella. Cuando desconecta del frenesí diario que marca el fútbol, se refugia en su domicilio para ver fundamentalmente series de televisión y películas, especialmente de trama política o histórica. Las románticas las deja para cuando está acompañado de su esposa.

Intenta ser el hombre más sencillo del planeta, cosa que no consigue cuanto de supersticiones se trata. En este apartado sí es un número uno y se hace notar. Dicen que cuando ganó el título de liga con Estudiantes, llevó la misma indumentaria todos los partidos. Nunca ha escondido que ciertos rituales forman parte de su personalidad. Y cuando falla algo, los entierra y apuesta por otros. “Siempre sigo ciertos rituales desde que hice mi debut como entrenador en primera. No tiene una explicación coherente”, llegó a reconocer el hombre que quiere seguir haciendo soñar a Argentina.