Del Bosque lo tiene claro, Casillas y diez más ante Chile

Vicente del Bosque quiere recuperar la mejor versión de Casillas. Los gestos se repiten en ese sentido. El seleccionador sabe que el capitán del grupo es muy importante, quizás más de lo que lo que el aficionado pueda llegar a creer. Desde que Rizzoli pitara el final del repaso holandés, el técnico ha querido arropar al portero. Del Bosque sabía que las críticas iban a llegar, que las dudas iniciales iban a ser consideradas asunto de estado. El tiempo le ha dado la razón y por eso tiene claro que para el partido de Chile el equipo titular estará formado por Casillas y diez más.

El seleccionador no quiere señalar a nadie, pero sí que tiene claro que debe proteger a algunos jugadores y el primero de ellos es a Casillas. Lo hizo nada más terminar el partido, lo repitió al día siguiente en esa rueda de prensa en la que transmitió tranquilidad y confianza y remató a pie de campo con una conversación de quince minutos antes del entrenamiento, con luces, taquígrafos y Xavi como testigos. No hay duda posible. El capitán estará entre los tres palos y con el brazalete puesto ante Chile. Reina lo ha pedido públicamente y ha ratificado lo que dijo en El Confidencial. “Es nuestro capitán y debe seguir siendo titular”. Además, De Gea se ha lesionado y estará fuera de combate las dos próximas semanas.

Casillas se ha ganado el grupo en las últimas horas. Su sincera charla en el vestuario, asumiendo errores e intentando levantar el ánimo de todo el mundo, cautivó a todos. El sepulcral silencio que acompañó las palabras del portero fue de respeto total y absoluto. Todos están intentando ayudar al portero. Sus compañeros de vestuario, los primeros, mejor dicho, los segundos. El seleccionador tomó la delantera. Sabe que necesita ese ángel que ha acompañado al portero en toda su carrera y que parecía había regresado tras la parada a Sneijder del minuto siete del partido, pero el tiempo dejó en nada esa aparición.

Todo apunta a que el seleccionador introducirá algún cambio. Se lo pide el cuerpo y lo exige el cinco a uno del arranque mundialista. Jamás ha sido técnico de grandes revoluciones, especialmente en la derrota. Pedro y Cesc se postulan como titulares.

El equipo necesita un par de toques en forma de velocidad y desequilibrio, algo que pueden dar la velocidad de Pedro y ese talento que encierra el nuevo jugador del Chelsea. La tercera vía es la que representa Juan Mata. El jugador del United fue utilizado por Del Bosque en la fase decisiva de la Confederaciones y demuestra en los entrenamientos que está un escalón por encima y con fútbol suficiente como para hacerse con un puesto en el once titular. El técnico medita qué hacer.

El paso por la sala de Prensa de Xabi Alonso y Cesc dejó pinceladas de algo que se atisba en el horizonte, pero que hasta el momento parece innegociable, que no es otra cosa que mostrarse más atrevido, más vertical. La renuncia al estilo clásico de la España del toque llevó a la selección de Del Bosque a desordenarse y a terminar con un manotazo holandés en toda la cara, no parece negociable. Los jugadores quieren dar un paso adelante. Saben que necesitan atacar, ser más ofensivos o, por lo menos, no tan especulativos cuando se plantan delante de la portería contraria.

Por primera vez España se enfrenta a una situación que recuerda a equipos del pasado, a esos que debían tirar de heroica. La Roja necesita ganar y golear. De lo primero se sabe que esta Selección tiene capacidad suficiente como para resolver situaciones apuradas. La pasada Copa del Mundo y el nefasto inicio ante Suiza es el mejor ejemplo de esa capacidad para vivir bajo presión y revertir situaciones límites.

El problema aparece cuando se habla de golear, de conseguir un marcador abultado. El punto de partida, obligado, es ganar a Chile, pero el siguiente es el de ganar de manera holgada, algo que la campeona del mundo no está muy acostumbrada. En el pasado Mundial sólo Honduras y la citada Chile recibieron dos goles de los jugadores españoles.

A excepción de los partidos de la pasada Confederaciones ante Nigeria (tres goles) y Tahití (nueve goles) a la actual España le cuesta marcar goles en partidos oficiales. Hay que remontarse a un encuentro ante Bielorrusia del pasado octubre de 2012 cuando la campeona del mundo acertó a marcar cuatro goles. Y es que a los de Del Bosque les cuesta marcar. Ayer Cesc pidió ser más verticales, olvidarse un tanto del toque y preciosismo buscando ser más efectivos. Xabi Alonso fue menos rotundo a la hora de hablar de un cambio en la filosofía, pero sí que habló de esa necesidad de ser más vertical a la hora de pisar el terreno de juego del rival. Habrá movimiento de jugadores, pero esta España no puede jugar de otra manera que con el toque por bandera. No hay otra y como dijo Xavi Hernández, irrenunciable.