Iker emite dudas emocionales y deportivas

Iker Casillas no es el mismo. No es nuevo. Lleva año y medio en constante lucha contra elementos que no controla y que le llevan a no transmitir esa energía positiva, esa seguridad y esa confianza en lo que hacía, que siempre había sido su marca de empresa y que ahora parece que estar alejada de su día a día. Su fútbol se ha resentido y esas dudas generadas a raíz de su enfrentamiento abierto y sin ocultismo con Mourinho, se han trasladado al terreno de juego. Incluso esa flor que decían tener parece que se ha marchitado. La suerte le da la espalda.

Del Bosque ha intentado cuidar al portero. Lo hizo cuando mantuvo la titularidad en la Copa de las Confederaciones del pasado año después de cinco meses sin jugar y la reforzó cuando Ancelotti le apartó del once inicial en Liga, pero Casillas no ha conseguido recuperar esa alegría que siempre acompañaba cada acción, cada partido del capitán del Real Madrid y la Selección. Desde el mes de diciembre de 2012 nada es igual y por momentos parece que la situación le supera. La mirada perdida de su último partido de Liga en el Bernabéu ante el Espanyol o las lágrimas de la segunda parte de la prórroga de Lisboa ante el Atlético, muestran un Casillas vulnerable emocionalmente, algo que en su larga carrera como jugador del Real Madrid no había sucedido en la vida.

El fallo de Lisboa en el gol de Godín y su dudosa actuación en el partido ante Holanda, ponen en duda su futuro deportivo. Pendiente de resolver su situación en el equipo blanco, ahora las dudas se ciernen también sobre la Selección. Pocos cuestionaban su titularidad en la Roja. Ahora la historia ha cambiado. Del Bosque va a seguir manteniendo en la portería al capitán. No es de señalar a los jugadores, pero el que antes parecía un gigante inabordable para los rivales, ahora ha pasado a ser uno más. De imprescindible a cuestionado. Buffon es suplente con Italia y el fútbol sigue. Ley de vida. Dicen que por culpa de un tobillo.

Cada gesto del portero es analizado al detalle y así dieciocho meses. Parte de la afición madridista cuestionaba su simple presencia, cuando en el resto de España se temía. Curioso. Acusado y perseguido hasta la saciedad, tanta tensión le está pasando factura. Su guerra con Mourinho le ha terminado pasando factura y las señales que muestra Casillas es que esa batalla la ha perdido o al menos le está pasando factura. “Ahora entiendo a Mourinho cuando sentaba a Casillas. No está bien”, declaraba Maradona al término del partido ante Holanda, cuestionando lo hecho por el capitán y su rendimiento en el primer partido del Mundial.

Sus compañeros siguen arropándole. En la Selección ejerce de líder, algo que en el Real Madrid no es así. Con la campeona del mundo sí que luce galones y nadie dudaba de su titularidad. Ahora, tampoco.Otra cosa es lo que suceda una vez que termine el Mundial. En su cabeza no figuraba dejar la Selección. Se siente querido y respetado, pero igual su idea cambia por lo escrito y dicho tras el partido de Salvador de Bahía. Queda Mundial y partidos para dar la vuelta a la situación, pero el palo recibido ante Holanda lleva a pensar que se podrían estar escribiendo las últimas páginas del capitán en la Selección. Cambie o no, Iker volvió a llevar la voz cantante en el avión de vuelta a Curitiba, junto a Xavi. Los dos capitanes hablaron al grupo yanalizaron los errores y todo lo que había sucedido en el partido ante Holanda.

En la comparecencia de este sábado, Vicente del Bosque habló de Casillas pero no quiso compararlo con las críticas de hace cuatro años con respecto a Busquets. "Ya no quiero reencarnarme en nadie más. En ese momento era un recién llegado. Cuando llegué de la rueda de prensa, estaba hablando con todos en el vestuario, autoinculpándose de algunas cosas y analizando los fallos. Había silencio, respeto, Actuó de capitán. Fue un discurso útil, majo, intentando encontrar soluciones. Muy próximo a todos". Seleccionador y capitán hablaron antes del inicio del entrenamientodurante quince minutosya en Curitiba.

En el Real Madrid siguen a la espera. Las citadas lágrimas de la Décima son interpretadas por muchos como las del adiós al equipo que le ha dado cobijo en las dos últimas décadas y media. La reunión con Florentino Pérez de hace tres semanas no fue definitiva ni mucho menos. El Real Madrid no le abre las puertas. Tampoco las cierra, pero siempre y cuando haya dinero de por medio. Casillas quería saber qué pensaban los dirigentes del club, pero su respuesta no convenció al portero, que sigue sin tomar decisión alguna, lo que ha dado pie a más especulaciones sin que todavía hayan terminado. Ni lo harán mientras Casillas siga luciendo el escudo madridista en el pecho. Las inició Mourinho y la llama sigue viva.