Llorente, el 'gigante' de la revolución roja

Algunos prefieren llamarle el 'gigante' de la selección y no es para menos. Fernando Llorente se caracteriza por su 1,95 metros de estatura y por su carácter de luchador en cada partido. En el encuentro ante Portugal no fue menos y el delantero del Athletic demostró por qué ha viajado hasta Sudáfrica este verano.

Era un 19 de noviembre de 2008 y un tal Fernando Llorente, jugador del Athletic de Bilbao, debutaba como internacional ante Chile. En aquella ocasión era un amistoso y el partido se saldaba con un 3-0 favorable a España. Desde aquel momento el navarro, se convertiría en uno de los habituales de las listas de Del Bosque.

Su oportunidad le llegó en la Copa Confederaciones del pasado verano en Sudáfrica. Allí Llorente firmó su segundo gol como internacional ante los anfitriones sudafricanos, el primero había sido frente a Inglaterra en un amistoso, y Fernando se reafirmó como uno de los fijos.

En los partidos amistosos de preparación para el Mundial, Del Bosque aprovechó para probar las posibles combinaciones de España de cara a la cita que daría comienzo el 11 de junio. Llorente tuvo sus minutos ante Arabia Saudí y Corea del Sur y no desaprovechó la oportunidad de demostrar su valía, saldó su participación con un gol ante los árabes y con la tranquilidad de saber que cuando sale, cumple.

Del Bosque decidió retirar del terreno de juego a Fernando Torres en el minuto 58, ya que el 'Niño' no tenía su día. Todavía no es el jugador que deslumbra en Liverpool y el seleccionador necesitaba frescura ahí arriba. Villa todavía no había aparecido para inaugurar el marcador y el electrónico reflejaba un empate a cero. Así no se pasaba a cuartos.

Lo cierto es que fue entrar Llorente y el partido dio un giro de 180 grados. El delantero navarro ya la estaba montando cuando apenas llevaba un par de minutos sobre el terreno de juego. Ramos la colgaba al área para que Llorente rematase en plancha con la testa y el portero luso, Eduardo, se viera con dificultades de atrapar el esférico.

Desde ese momento, ver jugar a España fue un placer en lo futbolístico. El 'gigante' de la Roja no marcó por poco, pero cumplió con creces. Presionó durante todo el tiempo que estuvo en el campo, saltó, bajó el balón y para más inri le rompieron la camiseta.

La entrada del navarro dio al equipo otro aire, el aire necesario para que una combinación perfecta entre Iniesta, Xavi y Villa pusiera el 1-0 en el marcador y diera a España el pase a cuartos de final. El equipo estuvo sensacional y Llorente también. Claro que se sufrió, como siempre, pero es que si no, no sería España. Por el momento, estamos en cuartos.