Joao Félix consigue su 'vendetta' ante el Cholo con una exhibición frente a un Atlético sin pólvora

El Barcelona logró una trabajada victoria ante el Atlético de Madrid (1-0), en un partido donde el marcador fue demasiado corto para lo mostrado sobre el césped. Antes del encuentro, el nombre de Joao Félix estaba marcado en rojo por el morbo de enfrentarse a sus todavía compañeros y de verse las caras con el Cholo Simeone, el técnico que le sentenció. Pues bien, el portugués fue el amo y señor del choque, marcó el gol de la victoria y lo celebró por todo lo alto.

El partido comenzó con un ritmo realmente alto, con el Barcelona dominando todas las facetas del juego y el Atlético metiendo el miedo en el cuerpo a través de sus contraataques. De hecho, solo habían transcurrido un par de segundos cuando primero Raphinha y luego Robert Lewandowski no embocaron dos claras ocasiones. La respuesta rojiblanca no se hizo esperar y tuvo que ser Araújo quien salvara en la línea un disparo de Nahuel Molina que se colaba tras superar a Iñaki Peña.

Sería de nuevo el delantero polaco, en dos ocasiones, y el brasileño, quienes gozaron de tres claras ocasiones antes de superar el minuto diez. Especialmente claras fueron las dos de Lewandowski: la primera, tras un centro del propio Raphinha que, con todo a favor, mandó fuera de manera inexplicable; la segunda, tras un extraordinario servicio desde la banda derecha de Jules Koundé que, en acrobática posición, marró cuando lo más fácil era mandarla a la jaula.

El Atlético se estiró y trató de mostrar colmillo de cara a la portería de Peña en un par de acciones de Griezmann con bastante peligro, pero sin acierto. Desde la banda, Xavi pedía más ritmo en el movimiento de balón y sus jugadores no tardaron en hacerle caso. Tanto que, en el minuto 28, el Barça se iba a adelantar en el marcador. Y sí, efectivamente, el jugador denostado por el Atlético pero que aún pertenece a sus filas, iba a ser determinante: Joao Félix.

En un mal balance defensivo, Raphinha superaba jugadores con facilidad, hasta filtrarle un buen balón al portugués. Con una elegante pisada, se deshizo de un endeble Nahuel para plantarse cara a cara con Jan Oblak a quien, con una sutil vaselina, superaba para poner por delante a su equipo. Joao Félix celebró su gol por todo lo alto, recordando lo mal que lo pasó en el Atlético y cómo salió hasta dos veces por la puerta de atrás. Simeone, cariacontecido, observaba en la distancia.

El Atlético trató de recortar distancias de la mano de Griezmann, pero Frenkie de Jong le negó el gol tras un buen cruce dentro del área. A partir de ahí y hasta el descanso, los rojiblancos desaparecieron y el Barça pudo aumentar su ventaja de no ser por un paradón de Oblak de nuevo a un inspirado Joao Félix. El luso era un contante dolor de cabeza para la defensa colchonera, incapaz de frenar sus apariciones, por todo el campo y con muchísimo peligro.

Un Joao a muy alto nivel

La segunda parte comenzó con un guion similar, aunque con un Atlético que presionaba un par de metros más arriba. Lo que el Cholo buscaba era que su equipo recuperara en campo contrario y se lanzara a la contra, algo que consiguió un par de veces, pero sin excesivo peligro. Quien sí lo llevaba era Joao Félix en cada balón que tocaba, donde se veía a un jugador extramotivado: regateaba, finalizaba, ganaba duelos y regateaba. Estaba firmando un partido brillante.

Y en uno de esos robos estuvo cerca de llegar el segundo gol, cuando al borde de la hora del partido una buena combinación entre Pedri y Raphinha acabó con el balón al palo del brasileño. La respuesta fue inmediata y la tuvo Álvaro Morata en sus pies, tras un fallo de comunicación entre Iñaki Peña y Araújo que acabó con un balón claro a puerta vacía para el internacional español que fue incapaz de resolver. El Atlético se estiraba y buscaba el empate a base de picotazos.

De hecho, Joao Félix notó su esfuerzo sobre el césped, cuando en el minuto 78 fue sustituido, completamente agotado, por el gran trabajo realizado en el campo. La ausencia del portugués fue un alivio para la defensa rojiblanca, que por fin tenía un respiro en todo el partido. Tanto que estuvo a punto de empatar el partido. Otro ex, aunque en este caso con la camiseta contraria, Memphis Depay, lanzó una perfecta falta que entre Iñaki Peña y el larguero evitaron que se colara.

El partido cambió tras la salida del campo del portugués y el Atlético se lanzó a por el ataque, si bien las ocasiones a balón parado eran su mejor arma. Pese a ello, los rojiblancos, con la pólvora mojada, no consiguieron el gol del empate y el Barça se llevó una importante victoria en su lucha por la Liga. Joao Félix firmó su particular vendetta en uno de sus mejores partidos como azulgrana, dando una lección de fútbol que no será fácil de olvidar para Simeone.