Lo que quiere el Barça con el fichaje de Ilkay Gündogan y el problema que no puede evitar

El Barcelona se encuentra en pleno proceso de reconstrucción, pero su situación es realmente complicada. Las deudas económicas continúan siendo un gravísimo problema para el conjunto culé, que una temporada más se ve obligado a moverse en el filo de la navaja que su maltrecho monedero le permite. A día de hoy, incluso siguen existiendo dudas de que pueda competir en Europa la próxima campaña por el caso Negreira y, por eso, las negociaciones se antojan aún más difíciles.

Desde hace varios cursos, el trabajo del Barça es claro: aliviar los sueldos más altos, reforzarse a coste cero y generar ingresos para minimizar la grave deuda económica que sufre. El cambio comenzó cuando consiguió deshacerse de los altísimos emolumentos de jugadores como Leo Messi o Gerard Piqué, además de rebajar otros sueldos. Pero no fue suficiente y, por esa razón, las palancas se convirtieron en parte indivisible del día a día del conjunto azulgrana.

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Kike Marín

Se han puesto las primeras piedras para solventar los problemas económicos, pero aún queda un largo camino por delante. Por ello, temporada tras temporadas, el club culé tiene que seguir haciendo ajustes que les permitan seguir siendo competitivos sin endeudarse aún más. Esa situación es la que, precisamente, ha provocado que dos mitos del equipo como Sergio Busquets o Jordi Alba no sigan la próxima temporada. Y parece que no serán los únicos.

Mucho se especula con la posibilidad de que jugadores como Raphinha, Franck Kessié o Ansu Fati se marchen este verano, sin descartar que Frenkie de Jong, uno de los jugadores con mejor cartel y también con uno de los sueldos más altos, pueda también cambiar de aires. Pero, mientras se cierran las salidas, también se trabaja en las incorporaciones, Iñigo Martínez parece que ya está hecho y, ahora, un segundo jugador parece que podría estar al caer: Ilkay Gündogan.

El centrocampista alemán, reciente campeón de Europa con el Manchester City, es uno de los grandes deseos azulgranas desde hace varias temporadas, pero ahora parece más cerca que nunca. De hecho, algunos medios aseguran que el germano ya le ha dado el sí al conjunto culé y que, incluso, podría pasar el reconocimiento médico en breve. Un gran fichaje para el Barcelona, pero que no arreglaría un problema que no parece tener fácil solución.

La misión imposible de suplir a Busquets

La marcha de Busquets genera un agujero en el medio del campo culé. El internacional español es uno de los mejores especialistas defensivos del fútbol mundial, donde solo Casemiro o Rodri Hernández han demostrado estar a su altura y, ahora, su baja no será fácil de suplir. Nadie va a descubrir ahora las bondades de Gündogan, pero en un equipo donde De Jong, Pedri o Gavi son titulares indiscutibles, quizá el perfil del alemán no es el que más necesita el Barça.

El fichaje de Gündogan ofrecería calidad, experiencia y, sobre todo, un juego de control y toque que se ajusta como anillo al dedo al estilo Barça. Sin embargo, el problema es que obligaría a un centrocampista, que incluso podría ser el propio alemán, a desempeñar funciones defensivas a las que están menos acostumbrados. Un déficit que podría no ser cubierto con la llegada del germano y que provocaría que Xavi tuviera que buscar en el mercado o hacer un invento.

La solución más sencilla es incorporar a un jugador que cumpla las características, pero los problemas económicos del Barça le impiden tener cintura. Por ello, las opciones pasan por reconvertir a un centrocampista o, por qué no, tirar de un invento con nombre propio: Éric García. El 24 es un futbolista que destaca por su toque y salida de balón, pero como central muestra graves carencias. Veinte metros por delante en el campo, podría encontrar su verdadera posición.

El caso de Éric García podría ser similar al de Hugo Guillamón en el Valencia, un jugador que sufría como central pero que en la medular muestra su mejor versión. Sea como fuere, el problema para el Barcelona es que la llegada de Gündogan copia el perfil de jugadores que ya tiene en plantilla, pero no soluciona el hueco que deja Busquets. El alemán sería un gran fichaje para el Barcelona, pero no serviría para acabar con el problema culé con el especialista defensivo.