El Barça castiga las dudas del Sevilla y deja a Lopetegui contra las cuerdas (0-3)

El Sevilla de Julen Lopetegui atraviesa el peor momento desde que el técnico vasco aterrizase en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Con un solo punto de nueve posibles en LaLiga y con el inminente debut en Champions, nada menos que contra el Manchester City, recibir al Barça podría ser puerta grande o enfermería. Y un poco más y el Sevilla acaba ingresado en la UCI. El 0-3 del Barça, con los goles obra de Raphinha, Lewandowski y Eric García, dejan tocado de muerte a un equipo que se deshizo a partir del primer gol azulgrana y que demostró tener muy pocos recursos en ambas áreas para poder mirarle a los ojos a transatlánticos europeos.

El Sevilla empezó cargado de energía y llevando el peso del juego. Desde la presión alta, el conjunto andaluz maniató al Barça y tuvo la primera, pero una gran intervención de Marc-André ter Stegen y la aparición salvadora de Ronald Araújo en el último momento evitaron el gol de Rakitic tras el pase filtrado de Isco. El Sevilla, como ya había hecho en anteriores partidos de este curso, tuvo ocasiones para avanzarse... pero no la determinación suficiente. Sin puño de hierro y arriesgando mucho al dejar a Ousmane Dembélé, Raphinha y Robert Lewandowski arriba frente a una defensa de prácticamente tres hombres, el Sevilla buscó el gol con ahínco.

Otra vez se le resistía el primero a los locales. El gol de Erik Lamela fue anulado por fuera de juego. Isco la mandó a las nubes solo ante el portero alemán, aunque estaba en fuera de juego, y el disparo potente de Acuña se marchó fuera. En-Nesyri tendría una nueva oportunidad corriendo a la espalda de Eric García y Araújo, pero la mano de ter Stegen impidió el 1-0. Y ahí se acabó el Sevilla. Momento en el que el Barça, gracias a una recuperación de Gavi, la conducción de Dembélé y una maravillosa definición que acabó empujando Raphinha, se adelantó en el marcador.

El Sevilla, muy frágil

El primer golpe ya fue suficiente para noquear a un Sevilla tocado de muerte en lo anímico. Los locales se quedaron sin respuesta y en el Barça todo era confianza, velocidad, verticalidad y pólvora para volar un estadio por completo. Raphinha acarició la escuadra con un golpeo demoledor y el Pizjuán ya se temió lo peor. Luego llegó el turno de Dembélé, que se emborrachó de balón. Lewandowski, sin embargo, no perdonaría un caramelo de Koundé para fusilar a Bono. Al descanso, lo mejor para el Sevilla era el resultado, puesto que el Barça podría haber aumentado la diferencia si el cabezazo de Koundé va entre los tres palos.

La segunda parte empezó con caras nuevas. Lopetegui incorporó a Carmona y Delaney por Gudelj y Jordán. Lamela tuvo una buena oportunidad para recortar distancias y cuando menos se lo esperaba, una acción a balón parado donde Koundé la sirvió en bandeja de plata a Eric García, fue el tercer manotazo en la cara. Contestó rápido el Sevilla en una jugada en la que el propio Eric García pecó de falta de contundencia en el área, pero el Sevilla no castigó la acción. Tuvo que salir Eric García, lesionado, para que entrase Sergio Roberto y Dolberg se incorporó en el lugar de En-Nesyri.

Xavi Hernández vio el partido tan decidido que hizo un triple cambio: salieron Pedri, Balde y Dembélé y entraron De Jong, Jordi Alba y Ferran Torres. El Barça disfrutaba sobre el campo y el Sevilla solo gozaba de la vuelta de un Suso que llevaba prácticamente un año fuera de los terrenos de juego. Lewandowski quería un doblete y así hubiese sido de no aparecer Bono con sus manos salvadoras en diversas ocasiones. En el Sevilla, solo el Papu Gómez, que entró por un desaparecido Isco, enseñó rebeldía.

El Barça tocó a su antojo y rozó el cuarto en los minutos finales. Primero Ferran Torres y luego Frenkie de Jong, con un latigazo desde la frontal, probaron fortuna sin encontrarse con el gol. El Barça tiene una plantilla redonda, compensada, con nuevos líderes, muchísima dinamita en el último tercio y recursos suficientes como para pelear por todos los títulos en juego. Ese es el objetivo que tienen por delante los de Xavi Hernández. El Sevilla, por su parte, tiene un rompecabezas difícil de resolver sin acudir al mercado de fichajes.