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Luis Enrique evita reírse del Madrid y se centra en el último viaje del año en Liga
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Luis Enrique evita reírse del Madrid y se centra en el último viaje del año en Liga

Luis Enrique no se suma al jolgorio con la situación del Madrid porque piensa en un Valencia en horas bajas y con nuevo entrenador, Gary Neville, aunque será Voro el que se siente en el banquillo

Foto: Luis Enrique no quiso comentar la situación del Real Madrid (Quique García/Efe)
Luis Enrique no quiso comentar la situación del Real Madrid (Quique García/Efe)

Se viven días felices en el barcelonismo. El equipo funciona, el tridente se adora, quedan a comer juntos en armonía, todo son buenas noticias, reina el buen humor y hasta Gerard Piqué se permite partirse de risa en el Twitter de la situación del Real Madrid porque le parece muy divertido. Luego ya sale Luis Enrique y el tono es otro. Durante los 14 minutos que compareció ayer ante los medios de comunicación no hubo forma de que valorara la pifia blanca con la alineación indebida de Cheryshev. Y no fue porque los periodistas no lo intentaran. De las veinte preguntas, seis tenían que ver con el Madrid, pero el técnico azulgrana no quiso hacer leña del árbol caído.

Luis Enrique se limitó a decir que su opinión no era interesante y evitó entrar al trapo. No le guarda ningún cariño al club blanco, más bien al contrario, pero optó por mantenerse alejado del ruido de sables. Él está en lo suyo, que es el partido ante el Valencia, la última salida complicada que le queda al FC Barcelona este año. Tras volver de Japón después de disputar el Mundial de Clubes recibirá al Deportivo y al Betis en el Camp Nou, así que el viaje a Mestalla está marcado en rojo en el calendario azulgrana. Ganar significa dar un paso importante porque, aunque todavía queda mucho campeonato por delante, el Barça ya ha jugado en esta primera vuelta en San Mamés, el Vicente Calderón, Balaídos, el Sánchez Pizjuán y el Santiago Bernabéu. Cayó en Vigo y Sevilla, pero es líder con cuatro puntos de ventaja sobre el Atlético y seis sobre el Real Madrid.

Sin poder inscribir a los fichados Arda Turan y Aleix Vidal, con la lesión de Messi y viniendo de un triplete con el peligro de tener "la tripa llena", como lo definió en su día Pep Guardiola, resulta que el Barça ha pasado por los campos más complicados y no solamente es el líder a estas alturas, sino que atraviesa su mejor momento en cuanto a juego. Así que no, Luis Enrique no quiere sumarse al jolgorio general con la situación del Madrid, porque solo está pensando en un Valencia que les recibe en horas bajas, con nuevo entrenador, Gary Neville -aunque será todavía Voro el que se siente en el banquillo-, y del que no se fía a pesar de parecer tenerlo todo de cara.

Leo Messi, que descansó en el partido de Copa frente al Villanovense, regresa de nuevo a la convocatoria y será titular junto a sus compinches Neymar y Luis Suárez. Las únicas bajas del conjunto catalán son las de Sergi Roberto y Mathieu, ambos lesionados. Al Barça además se le da especialmente bien Mestalla. En sus últimas ocho visitas ha puntuado siempre, con un balance total de cinco victorias y tres empates, y aún está fresco el sufridísimo triunfo de la pasada temporada, con un gol de Sergio Busquets en el descuento. No se esperan sorpresas en la alineación del conjunto azulgrana porque no es momento de dar descansos ni de distraerse con los follones en casas ajenas, sino de lograr los tres puntos en el último viaje del año en Liga.

Mientras, al Valencia le llega el compromiso ante un equipo pletórico en el peor momento. Ayer se confirmó la baja de Orban, la octava de la plantilla, a lo que hay que sumar las sanciones de Javi Fuego y Cancelo por lo que Voro no ha tenido otra que tirar del filial convocando a cuatro canteranos para el encuentro. A priori, la lucha se presenta desigual.

Se viven días felices en el barcelonismo. El equipo funciona, el tridente se adora, quedan a comer juntos en armonía, todo son buenas noticias, reina el buen humor y hasta Gerard Piqué se permite partirse de risa en el Twitter de la situación del Real Madrid porque le parece muy divertido. Luego ya sale Luis Enrique y el tono es otro. Durante los 14 minutos que compareció ayer ante los medios de comunicación no hubo forma de que valorara la pifia blanca con la alineación indebida de Cheryshev. Y no fue porque los periodistas no lo intentaran. De las veinte preguntas, seis tenían que ver con el Madrid, pero el técnico azulgrana no quiso hacer leña del árbol caído.

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