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Satisfacción atlética al comprobar que tenían razón en la planificación de la temporada
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SIGUE EN LA POMADA SIN BAJÓN FÍSICO

Satisfacción atlética al comprobar que tenían razón en la planificación de la temporada

Se sigue trabajando meticulosamente. El cuerpo técnico del Atlético se ha convertido en un reloj que acompasa a la perfección el alto ritmo de su plantilla

Foto: Simeone observa a sus jugadores en un entrenamientos de la semana pasada.
Simeone observa a sus jugadores en un entrenamientos de la semana pasada.

Siguen trabajando meticulosamente, obsesivamente. El cuerpo técnico del Atlético se ha convertido en un reloj que acompasa a la perfección el alto ritmo de sus jugadores. El proyecto sigue avanzando de la mano de un Simeone que se siente pleno, satisfecho con los excelentes resultados que está dando la labor diaria. Resultados que son permanentes y que permiten seguir aspirando a la Liga y a la Champions a falta de ocho semanas para el cierre del curso. Una realidad que muchos analistas y expertos no confiaban presenciar.

Las dudas siempre han sido claras, ¿hasta cuándo podrá aguantar el Atlético? Reconoció el Cholo en varias ocasiones que el jugar tan de seguido acaba haciendo mella. Pero el enfoque del argentino es el opuesto al que podría entenderse. No es que jugar dos partidos todas las semanas acabe agotando las piernas de los jugadores ante la suma de minutos y la falta de descanso. Es que, para el técnico atlético, la acumulación de encuentros impide a sus hombres entrenar fuerte. “Somos un grupo que necesita trabajar, y cuando no jugamos, trabajamos más y estamos mejor preparados”, afirmaba en una entrevista la semana pasada.

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Y con pequeños detalles conceptuales como ese, se marca claramente la diferencia de filosofía entre el Atlético y sus dos rivales por la Liga, Real Madrid y Barcelona, a la vez que se igualan las prestaciones de los tres en lo que a puntos en la tabla se refiere. Aplicando los baremos de estudio que se hace de las plantillas de los dos Gigantes de España, los rojiblancos deberían estar muertos a estas alturas de la temporada. Pero Simeone, junto con el experimentado preparador Óscar Ortega, sabían que el camino para llegar donde están hoy era otro, concretamente el opuesto: “Trabajar al máximo, y el que reviente, que se eche a un lado que ya entra otro”. Y no han cambiado el plan ni en los peores momentos.

A falta de un gran fondo de armario que impida un habitual sistema de rotaciones en todos los puestos, en el Atlético se ha elevado al máximo la lucha sana por un puesto, desde el primer día y sin excepción. No hay privilegios, los titulares no pueden relajarse jamás, precisamente por eso acaban jugando más o menos los mismos, mientras que los que tienen menos minutos siguen involucrados hambrientos de oportunidades. Esto último es quizá a lo que más valor da Simeone. Y con esta receta tampoco se ha decidido desechar ninguna competición, se ha ido a por las tres, cayendo en Copa en semifinales ante el Madrid y estando aún muy vivos en Liga y Champions.

Era mucho más de esperar un reventón en forma de caída estrepitosa en el rendimiento físico y en los resultados, que abrir el periódico la última semana de marzo y ver al Atlético comandando la tabla

El nivel de competencia interna y el altísimo ritmo de entrenamiento es la llave para que el jugador alcance su máximo nivel durante el máximo tiempo posible. El Confidencial ha venido contando con detalle en diversas informaciones y análisis que ese es el pensamiento que rige al actual Atlético, llevado al extremo por Simeone.

Durante meses era difícil no pensar, desde puertas para fuera, que tal forma de trabajo era excesiva y pudiera estar sobrepasada por el entusiasmo. Era inevitable que muchos creyeran que la realidad del fútbol iba a demostrar que los técnicos rojiblancos estaban forzando demasiado la máquina. Era mucho más de esperar un reventón en forma de caída estrepitosa en el rendimiento físico y en los resultados, que abrir el periódico la última semana de marzo y ver al Atlético comandando la tabla.

Guilavogui, Óliver o Villa 'sufrieron'ese ritmo

Aquí hemos explicado a través de esta fórmula de trabajo casi radical diversos factores que han ocurrido en el curso. Todo una promesa del fútbol francés como Guilavogui quedó en evidencia, demostrando que estaba muy pero que muy verde. A Óliver le ha curtido, indudablemente, pero ha sido necesaria una cesión para que, teniendo minutos, su cuerpo se acostumbre a la élite y sus piernas entiendan en todo su esplendor lo que es la calidad física que le requiere Simeone, no sólo la técnica, que le sobra al extremeño. Y Villa, por ejemplo, hace a diario una concisa labor de cuidado de su estado y mentalización en pos de no perder comba a un grupo que trabaja como casi ningún equipo del mundo, y al que, como dejes que se aleje, lo mismo no vuelves a subirte.

placeholder Gabi, tras marcarle al Betis.

Celebrando todo esto se destapó la alegría en el AVE que trajo al equipo el domingo desde Sevilla hasta la capital. Al recuperar el liderato gracias a la victoria del Barça en el Clásico, se afianzó aún más la certeza de que se están haciendo bien las cosas. La historia tan manida del ‘partido a partido’ es principalmente una manera de concienciar a todos de que, si se trabaja correctamente, siempre se depende de uno.

Incluso si todo se torciera de aquí al final, esta temporada ya ha llenado de razones a la plantilla y entrenadores del Atlético para saber que el trabajo y planificación son inmejorables. Esa satisfacción ya la llevan, y ha servido para que todo lo bueno esté ahí, a la vuelta de la esquina.

Siguen trabajando meticulosamente, obsesivamente. El cuerpo técnico del Atlético se ha convertido en un reloj que acompasa a la perfección el alto ritmo de sus jugadores. El proyecto sigue avanzando de la mano de un Simeone que se siente pleno, satisfecho con los excelentes resultados que está dando la labor diaria. Resultados que son permanentes y que permiten seguir aspirando a la Liga y a la Champions a falta de ocho semanas para el cierre del curso. Una realidad que muchos analistas y expertos no confiaban presenciar.

Diego Simeone Liderazgo
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