Los "cuidados" de Villa tienen que dar sus frutos en noches como la del sábado

Es difícil encontrar un futbolista que supere la treintena y siga explotando sus virtudes físicas para destacar en la élite. En la madurez deportiva, los grandes jugadores dominan el oficio de tal manera que pueden seguir siendo decisivos desde la técnica y la correcta interpretación del juego. El caso de David Villa dentro del Atlético de Madrid es un claro ejemplo de esto.

El máximo goleador en la historia de la selección española aterrizó este verano en el proyecto rojiblanco, un tren que marcha a toda velocidad liderado por la ‘locomotora Simeone’ y que se caracteriza por su alta exigencia, que no encuentra excepciones y no espera nunca a nadie. Si bien, el argentino no es tan ciego como para comparar de igual a igual a Villa y a Óliver, o a Guilavogui y a Tiago, por ejemplo.

“Tiene que correr como todo el mundo”, avisaban en el club los técnicos atléticos tras la flamante contratación del Guaje. Y esa exigencia “no se negocia”, como le gusta explicar al Cholo. Pero los 32 años de Villa y su grave lesión de hace dos temporadas le permiten un margen al que sus compañeros jamás accederán. Se trata de una especial paciencia, unos cuidados personalizados para que el peso del delantero acabe notándose en las noches decisivas. En partidos como el del sábado.

Muchos analistas han comentado la dificultad de Villa para aguantar el alto ritmo de entrenamientos impuesto por el ‘profe’ Ortega. Para no perder comba, el asturiano se prepara a conciencia, y a diario es de los últimos, si no el último, en abandonar las instalaciones de Majadahonda. El asturiano se cuida al máximo a diario, realizando cualquier tipo actividad complementaria para estar en las mejores condiciones posibles.

Los números demuestran que Simeone le viene dosificando a menudo. Ha jugado 24 de los 29 partidos oficiales de esta temporada con el Atlético, donde solo ha sufrido una incómoda pero menor lesión en el tobillo. De esos 24 choques, 21 salió de titular y tres desde el banquillo, pero en 14 ocasiones que salió de inicio acabó siendo sustituido, alguna vez incluso en el descanso, como en Oporto. Es decir, sólo ha disputado los 90 minutos en siete encuentros.

“Necesitamos la mejor versión de Villa y para ello tiene que encontrarse con el gol”, admitió el entrenador colchonero tras el primero de los dos dobletes anotados por el Guaje, ante el Betis en octubre. Esa mejor versión todavía no se ha mostrado del todo si observamos que le cuesta marcar de seguido. Acumula 10 goles, ocho en Liga, uno en Copa y otro en la Supercopa ante el Barcelona, que fue con el que se estrenó de rojiblanco. Lleva sin marcar en Liga desde el 23 de noviembre, y su último tanto fue el 7 de diciembre en Copa, hace cinco partidos. Eso sí, de los delanteros de la plantilla es el que más asistencia ha dado, tres.

Lejos del rendimiento de Costa

Aunasí, está lejos del rendimiento del hombre más en forma del equipo, Diego Costa, que además es el paradigma del estilo de este Atlético de Simeone. El hispano-brasileño cuenta con 23 tantos en 25 partidos, pero es que además, otro hombre de confianza del Cholo como es Raúl García acaba de adelantar a Villa en la tabla de goleadores de la plantilla colchonera. El navarro abrió la lata en Valencia este martes con su undécimo tanto en 22 partidos, aunque sólo en 13 de ellos fue titular. Análisis aparte merece Adrián, con sólo dos dianas y a quien pese a su reciente renovación, muchos en el club siguen esperando que vuelva a rendir como en los primeros meses de Simeone en 2012.

El ataque rojiblanco tendrá una prueba de fuego este sábado, y Villa, por el peso que tiene su trayectoria, debe empezar a demostrar que todos los cuidados que está teniendo sirven para ser decisivo en las importantes noches que a partir de ahora afrontará el Atlético de Madrid. Esa exigencia sí que es sólo para él.