Martino indica que no está "preocupado" con Messi a pesar de su estado de forma

No anda fino Leo Messi desde el pasado mes de abril. En los cuartos de final de Champions, en el Parque de los Príncipes ante el PSG, el argentino rompía el partido con un gol y se rompía al llegar al vestuario. Otra vez el maldito bíceps femoral, que no ha parado de darle la lata desde aquella noche europea. Desde entonces no ha vuelto a disfrutar de continuidad. Pese a la lesión, delicada siempre cuando es muscular, máxime en un jugador con un amplio historial de lesiones, el 10 del Barcelona no ha tenido la recuperación adecuada y sigue en busca de su mejor versión. No ha disfrutado de pausa a la hora de recuperarse y sigue penando la falta de una recuperación adecuada.

A pesar de ello, el 'Tata' Martino confía plenamente en el jugador, de quien cree que se encuentra bien:"No me preocupa que Leo Messihaga o no haga goles porque su aporte siempre es de suma importancia. Ante el Real Madrid trabajó fenomenal para el equipo. Su presencia es muy alentadora dentro del campo", aseguró en la rueda de prensa previa al partido ante el Celta de Vigo. Para el técnico argentino, su compatriota es básico en el equipo y, aunque no lleguen los goles, su participación desatasca el fútbol del Barcelona.

Tras educar a su musculatura con Guardiola primero y Vilanova después, los fantasmas de sus inicios vuelven a rondar por la figura del rosarino, convertido ya en figura rutilante del firmamento deportivo. Resultan inquietantes las numerosas ausencias en los últimos seis meses. Durante las cuatro temporadas con Guardiola en el banquillo, sólo se perdió cuatro partidos (dos en la 2009-2010 y 2010-2011). Con Vilanova fue igual de habitual en las alineaciones, al faltar sólo a tres encuentros. Las ausencias en el final de la temporada pasada y el principio de esta recuerdan a los números de Rijkaard. Con el holandés como jefe del banquillo, se perdió 15 choques en la 2005-2006, 18 en la 2006-2007 y 15 en la 2007-2008.

Ya nadie esconde el poder de Messi en el Barcelona, encumbrado a figura sin parangón desde Johan Cruyff. Ocurre que en medio del ruido mediático que despierta su figura, algunas personas cercanas en el día a día nohan tenido a bien recordarle la necesidad de recuperarse correctamente para poder competir con garantías. Sí lo han hecho, y con insistencia, personas de su círculo más íntimo.En esas se encuentra ahora Tata Martino, amigo de la familia Messi y quizá la figura más idónea para consensuar una dosificación que le permita llegar con gasolina al tramo final de temporada. El Barcelona, justo de fuerzas en el tramo final del pasado año, se agarró a su figura para remontar una precipitada eliminación en cuartos de Liga de Campeones. No estaba recuperado de su lesión en el partido de ida. Arriesgó. No descansó y naufragó de forma estrepitosa en Múnich, junto a su equipo, desfigurado tras una bofetada que aún escuece en el Camp Nou. Tras la debacle en Alemania, no disputó un solo minuto en el encuentro de vuelta. Terminaba la temporada abandonando el césped del Vicente Calderón, nuevamente lastimado en su bíceps femoral. Nada se jugaba ya entonces el Barcelona, conquistado el fútbol español con una nueva Liga.

Con apenas casi tres meses de competición completados, ya lleva dos lesiones de mayor o menor gravedad. Tras pasar un verano poco recomendable, más pendiente de bolos y actos promocionales que de una correcta recuperación, volvían a saltar las alarmas en el club. Se retiraba al descanso de la ida de la Supercopa de España ante el Atlético de Madrid. Y otra vez más el pasado 28 de septiembre ante el Almería, nuevamente a cuestas con el bíceps femoral de la pierna derecha. Tras volver el pasado martes ante el Milan en San Siro, pasó de puntillas por uno de los clásicos más descafeinados en mucho tiempo. No ayudó, bien es cierto, la disposición de Martino, que le devolvió a mandar a la banda derecha. Entre la disyuntiva de elegir entre Cesc e Iniesta, el técnico optó por la medida más política y dispuso a los cuatro centrocampistas (Xavi, Busquets, Iniesta y Cesc) junto al argentino. Desnaturalizado, fuera de foco, el misterio de Messi sigue latente. No se sabe si se encuentra ya curado o aspira a lograrlo sobre el césped.