El día que Gil Marín entró a gritos en el Santiago Bernabéu para recuperar a Koke

Sobre el césped nadie duda de la rivalidad que mantienen Real Madrid y Atlético, recuperada tras la final de Copa del pasado mes de mayo y que puso fin a la sequía atlética. Simeone recuperó el orgullo de un equipo que se sentía inferior y cuyo único rasgo que denotaba soberbia y gen competitivo era cuando la entidad madridista acudía a por un jugador que vestía de rojiblanco. Solo se revolvían ante situaciones límites y con la afrenta del secuestro de un jugador por medio, como bien pudo ser la de Koke, hoy estrella del equipo de Simeone, pero en su día cuestionado como potencialmente jugador del primer equipo rojiblanco.

Hoy las cosas han cambiado de manera radical. Koke ya es un jugador hecho. Una realidad más que un proyecto. En el gran derbi del Santiago Bernabéu tiene plaza segura sobre el terreno. Ya nadie duda de él. Ya sabe lo que es estar a las órdenes de Del Bosque y a día de hoy cuenta con serias opciones de estar presente en el Mundial de Brasil.

Aquella tensión vivida en los últimos años ha llevado a dejar en fría la relación que mantienen Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo con Florentino Pérez. Mantienen la compostura pero nada más. Si pueden se ignoran. Hace poco más de un año firmaron la 'paz del paraguas' con una comida de por medio en el conocido restaurante, pero los dirigentes madridistas se sintieron traicionados a los pocos días, volviendo a poner en solfa cualquier tipo de acercamiento. Lo sucedido con el Kun y la guerra de los derechos audiovisuales estaba todavía muy fresca en la memoria.

Uno de esos episodios mantenidos entre los dos primeros clubes de la capital de España tuvo a Koke como gran protagonista. El hoy internacional con Del Bosque no tenía nada claro su futuro en el Atlético. Es más, el centrocampista llegó a escuchar una propuesta que le hizo el Real Madrid. Estaba convencido de que en el Calderón no se lo apreciaba. García Pitarch, entonces Director Deportivo, no lo veía claro y dudaba si ofrecer un contrato profesional o no junto a Keko y algún que otro canterano más.

El adiós parecía anunciado. Mes de abril de 2009. Koke se llegó a ver de blanco, pero la situación cambió cuando la historia llegó a oídos de Miguel Ángel Gil, que no dudó en atravesar Madrid, subir por La Castellana y entrar poco menos que sin llamar en la zona noble del Bernabéu, ocupada entonces por Vicente Boluda. El Consejero Delegado frenó el cambio de acera de su jugador y lo hizo a gritos, olvidándose de la diplomacia. Se sentía con toda la razón para hacerlo, pero los dirigentes madridistas alucinaron con ello. Tanto, que echaron abajo la operación de lo que era una promesa de 17 años. Curiosamente hay dos jugadores formados en el Atlético que hoy figuran en la plantilla del Castilla como son Pulido y Cabrera.

Un año antes, el Atlético pescó en la cantera madridista, pero lo hizo en el momento en el que el Real Madrid dio la carta de libertad a varios jugadores, entre ellos a Manquillo, lateral que amenaza la titularidad de Juanfran. Era Cadete y los dirigentes madridistas en 2008 decidieron dar la baja a su hermano (hoy lateral en el filial del Rayo), a lo que el padre contestó que vale, pero que se llevaba a sus dos hijos. Dicho y hecho. El Real Madrid perdió a un lateral por el que el pasado verano pensaron pagar por él los seis millones de euros que figuraban en su cláusula de rescisión.

Volviendo a Koke, el Atlético sabe que tiene un valor al alza en su plantilla. Un jugador potencialmente vendible en un tiempo a cambio de bastantes millones. De hecho este verano estuvo muy cerca de convertise en jugador del Arsenal en esa política de los dirigentes del Atlético de normalizar la situación económica a cambio de traspasos de jugadores. Creyeron que no era el momento, que el centrocampista valdrá más en una o dos temporadas y rechazaron la propuesta presentada por el club que dirige ArseneWenger.