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El "sentimiento de pertenencia", clave del éxito en el Atlético de Simeone
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El "sentimiento de pertenencia", clave del éxito en el Atlético de Simeone

Sin el ansiado mediapunta, Simeone ha logrado arrancar de Caminero y la directiva la renovación de gran parte de su plantel desde que llegó al banquillo

Foto: Los jugadores celebran uno de los goles en la victoria ante el Zenit (Efe).
Los jugadores celebran uno de los goles en la victoria ante el Zenit (Efe).

Cerrado el mercado de fichajes, Simeone lamentó la ausencia de ese jugador que les pudiera dar un salto de calidad en el medio campo. Sólo tenía una petición expresa para reforzar el plantel rojiblanco: Diego Ribas. El brasileño, al que rescató el técnico para el fútbol en la media temporada que pasaron juntos, se había convertido en la única petición expresa. Entendía el técnico argentino que la plantilla, para estar a la altura de los desafíos que se le presentaban, con la Champions como gran atractivo tanto en lo deportivo como en lo económico, necesitaba ampliar su registro. Sabía no obstante que la economía del club podía impedir su llegada. Minucioso al detalle como es, había trazado un plan alternativo de no venir el brasileño. Este pasaba por renovar a gran parte del grupo que le ha hecho triunfar en estos dos últimos cursos.

No es partidario Simeone de realizar grandes revoluciones de plantilla, máxime no obstante cuando un grupo funciona de forma tan entregada como este Atlético que empezó a madurar cuando llegó en diciembre de 2011 y que tantos réditos deportivos ha dado en los últimos dos años. Desde la llegada del argentino al banquillo del Manzanares once han sido los jugadores que han ampliado su contrato. En 2012, renovaban Gabi (hasta 2016) y Mario Suárez y Filipe Luis (ambos hasta 2017). Tras su renovación en marzo de este año hasta 2017, se sucedían las renovaciones de su ‘guerreros’. Miranda (hasta 2016) era el primero en ampliar su contrato. Al brasileño, se unían al comienzo de este mes Koke, Óliver y Manquillo (los tres canteranos hasta 2018). También se sumaba durante este verano uno de los jugadores que simboliza lo que quiere el Cholo de su equipo. Tras flirtear con el Liverpool, Diego Costa ampliaba su contrato hasta 2018. Esta terna de renovaciones la cerraban este mes de septiembre Juanfran y Arda, ambos hasta 2017. “Que un jugador renueve es saludable siempre es saludable para el club. Para tener una identidad de juego, para tener una identidad de nombres. Y eso lo estamos logrando”, declaraba Simeone la semana pasada.

En esa cultura del esfuerzo que inculca a sus jugadores, también incide en el sentimiento de pertenencia. Renovado Arda Turam, que en los últimos meses se especuló con su salida, el Atlético, a instancias de Simeone, mantiene al grupo que ha dotado a la entidad de una estabilidad deportiva desconocida en la última década. “El club ha mantenido una línea de sostener la estructura que nos ha permitido ser competitivos. Eso se agradece. La alegría de saber que va a haber jugadores que sienten pertenencia al club y van a estar muchos años aquí siempre es saludable más allá del entrenador que esté”, reflexiona Simeone. La fórmula beneficia a jugadores y club. Los futbolistas, por una parte, se aseguran un contrato largo. El club, a su vez, mantiene la competitividad del grupo sin realizar un sobreesfuerzo económico. Pese a esa seguridad que ofrecen las renovaciones, la posibilidad de ofertas atractivas para cualquier jugador siempre amenazan al técnico.

Mantenida la columna vertebral del grupo, el argentino siempre declara que para mejorar la competencia interna es necesario que varíen varias piezas para renovar el aire del grupo. Tras la marcha de Falcao, llegaron Villa y Baptistao para reforzar el ataque. A la espera de que Adrián recupere el vuelo perdido, el asturiano y el brasileño han elevado las prestaciones del equipo en ataque. Sin la potencia del colombiano, el Guaje ofrece más visión entre líneas y apoyo en la creación ante la falta de un mediapunta que asuma dichas funciones. Baptistao, dentro del enigma que entraña como delantero, amplía el registro de atacantes que ofrecen el resto de arietes. Consolidado el grupo, Simeone dirige con ley marcial un plantel entregado a su fe que no para de crecer. Es el ‘efecto Simeone’.

Cerrado el mercado de fichajes, Simeone lamentó la ausencia de ese jugador que les pudiera dar un salto de calidad en el medio campo. Sólo tenía una petición expresa para reforzar el plantel rojiblanco: Diego Ribas. El brasileño, al que rescató el técnico para el fútbol en la media temporada que pasaron juntos, se había convertido en la única petición expresa. Entendía el técnico argentino que la plantilla, para estar a la altura de los desafíos que se le presentaban, con la Champions como gran atractivo tanto en lo deportivo como en lo económico, necesitaba ampliar su registro. Sabía no obstante que la economía del club podía impedir su llegada. Minucioso al detalle como es, había trazado un plan alternativo de no venir el brasileño. Este pasaba por renovar a gran parte del grupo que le ha hecho triunfar en estos dos últimos cursos.

Diego Simeone
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