Aznar evita el paseo ante los aficionados y entra al Bernabéu por la puerta de atrás

Se hablaba de un clásico descafeinado, por lo poco que había en juego, pero el palco del Bernabéu encierra mucho atractivo, mucho honor en concreto para hacer mención al apellido de la zona en cuestión. Exfutbolistas como Amancio, o el seleccionador francés Didier Deschamps (supongo que Varane será fijo para el ex del Valencia), periodistas en activo pero con el sábado libre como Antonio Jiménez, José Ramón de la Morena o Julio César Iglesias, pero lo que más llamó la atención fue la presencia en el palco del presidente de Iberia, Antonio Vázquez, y el de Bristish Airways, Martin Broughton, que a su vez es el máximo dirigente del Liverpool.

Sorprende que uno y otro se dejen ver en un partido de fútbol con los tiempos tan convulsos que atraviesan las compañías por culpa del proceso de compra que está llevando a cabo la inglesa sobre la española y que culminará con un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que causará 3.000 despidos de trabajadores en Iberia. Ambos llegaron juntos al palco del Bernabéu, acompañados de algunos de sus familiares. La próxima semana se anuncia una huelga en Iberia que causará la cancelación de 1.000 vuelos de la compañía española. Muy preocupados no se les veía.

A quien le afecta el qué dirán es a José María Aznar. El expresidente del Gobierno regresó al palco de sus amores futbolísticos, más de una vez ha sido relacionado con su posible aspiración a ser presidente del club madridista, pero lo que ya no hace es el habitual paseo que antes hacía para entrar al palco de honor. En esta ocasión, Aznar eligió la segunda entrada, la discreta, la que le deja dentro del estadio sin bajarse del coche. 

El presidente de la FAES no quería que el aficionado, que el ciudadano de pie, le pudiera reprochar nada de lo que está sucediendo en su partido. Y más cuando a su lado llegaba Ana Botella, alcaldesa de Madrid, señalada por otros asuntos que nada tienen que ver con el funcionamiento del PP. Mejor entrar de incógnito que ser reconocidos y censurados ante la que está cayendo por Génova.

Los habituales Borja Prado, presidente de Endesa, Juan Palacios, presidente de Viceroy, y Fernando Martín, presidente de Martinsa y dueño del sillón presidencial blanco, se sumaron en esta ocasión Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL y exvicepresidente y aspirante a jefe del Real Madrid. También se dejó ver Michavilla, exministro del PP y actual Consejero de Estado, y Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid. Los que no cantaron gol alguno, se supone, fueron los tres miembros del Tricicle, que durante estos días actúa en Madrid.