El Sevilla, en la cuerda floja: sólo el año que descendieron tuvieron peores números

El mundo entero se encuentra inmerso en los preparativos navideños para encarar unos días en los que el objetivo, generalmente, es celebrar aunque en Nervión no tienen demasiados motivos para pensar en festejos. El Sevilla está en caída libre y su paracaídas, de momento, no parece que vaya a abrirse. La Real Sociedad puso la puntilla al conjunto sevillista en la última jornada liguera del año ganando por dos goles a uno. En el Sánchez Pizjuán están deseando pasar página esperando y deseando que en 2013 el rumbo del equipo cambie. Tienen razones para ello ya que el Betis, su eterno rival, está por encima de ellos a una distancia de 9 puntos y ocupando un puesto europeo… el principal objetivo que se había fijado el equipo de Nervión que, además, acumula la peor puntuación de los últimos diez años.

El Sevilla siempre ha podido presumir uno de los grandes de la Liga porque era capaz de plantar cara a equipos como Barcelona y Real Madrid pero el Sánchez Pizjuán tiene una herida a causa de la cual el equipo se muere poco a poco. El problema radica en el interior del propio club ya que la directiva cree que el conjunto sevillista está en el buen camino negándose a asumir una realidad de la que son conscientes todos menos el propio protagonista. Admitir que se han equivocado supondría repetir la misma escena que se ha vivido ya otras tres veces en las últimas cuatro temporadas.

 

Aunque Del Nido y compañía se nieguen a quitarse la venda de los ojos, los números no mienten: 5 victorias, 4 empates y 8 derrotas que suman un total de 19 puntos de los 51 que se podrían haber conseguido. Son los peores números del Sevilla en los últimos diez años y estas marcas sólo fueron superadas el año en el que el conjunto de Nervión perdió la categoría (2000/2001). La guinda la ponen las ocho expulsiones: los jugadores sevillistas son los que más veces han abandonado el terreno de juego antes de tiempo en la presente temporada. Por si todo esto fuera poco, el eterno rival, el Betis, les saca nueve puntos y aparece en la tabla en los puestos de Europa League… el principal objetivo que se marcó en Nervión a principio de esta campaña: alcanzar los puestos de Champions o Europa League.

Un conjunto desconectado

La paciencia de la afición se está acabando y Del Nido ya ha visto como el Sánchez Pizjuán se volvía hacia el palco para mostrar su malestar. El presidente del Sevilla y Monchi, consejero y subdirector general deportivo, no piensan dar un paso atrás en las decisiones tomadas hasta ahora. A pesar de no cumplir los requisitos mínimos que se fijaron, ambos confiaron en Míchel y le renovaron. Aunque el técnico madrileño no está firmando su mejor actuación desde el banquillo, tiene el apoyo del club y no es el único culpable de que las aguas estén tan revueltas a su paso por Sevilla. El equipo carece de un cerebro creador en el centro del campo, falta tensión en la zaga y el ataque vive de la inspiración de Reyes (cuando no es sustituido en plena ebullición) y de los impulsos de jugadores como Navas o Negredo porque no existe una ofensiva elaborada. El Sevilla está lejos de ser un equipo en el que todos sus jugadores están conectados entre ellos. Con la Copa como única esperanza, muchos en el Sánchez Pizjuán esperan hacer borrón y cuenta nueva cuando arranquen la última hoja del calendario de 2012.