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El 'bad boy' que iba para gran estrella y reventó a Francia en 2010 vuelve al fútbol gracias a Turquía
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COMO DIRECTOR GENERAL

El 'bad boy' que iba para gran estrella y reventó a Francia en 2010 vuelve al fútbol gracias a Turquía

El que fuera díscolo jugador francés, que llegó a pasar por la disciplina del Real Madrid, emprende una nueva aventura en el fútbol desde los despachos de un humilde club turco

Foto: Anelka celebra uno de sus goles al Bayern. (Ross Kinnaird/ALLSPORT/Getty)
Anelka celebra uno de sus goles al Bayern. (Ross Kinnaird/ALLSPORT/Getty)

Hay una anécdota que define a la perfección al personaje. Era la final de la Champions en 2007-08 y, tras un intenso partido, se llegó a los penaltis para definir al campeón. Desde el staff del Chelsea de Avram Grant, aleccionaron a sus jugadores: 'Tirarlos a vuestra derecha, Van der Sar casi siempre se lanza al otro lado'. Ballack, Belletti, Lampard, Cole, el palo de Terry y Kalou apuntaron en esa dirección. Solo se falló un lanzamiento: el que Nicolás Anelka decidió tirar a su izquierda.

Lo que podría ser una simple casualidad es, en realidad, el perfecto epítome que explica la carrera del delantero francés. Era una estrella que lo tenía todo para triunfar, pero su desconexión con la realidad por su carácter díscolo, le llevó a tomar ciertas decisiones que evitaron que se convirtiera en leyenda. Allí donde jugó dejó muchas luces, pero también sombras, como aquel problema con Raymond Doménech en el Mundial de 2010 para firmar el mayor ridículo histórico de los bleus.

Foto: Lucas Silva se lamenta de una ocasión fallada ante el Villarreal. (EFE/Ballesteros)

El conjunto galo llegaba de ser subcampeón en 2006 como uno de los grandes candidatos al título. Sin embargo, las cosas no salieron bien: Doménech, tipo particular al punto de hacer las alineaciones con el horóscopo, no encontró apoyos dentro del equipo, lo que provocó un clima de gran tensión tras el empate inicial ante Uruguay. En el segundo partido, los franceses necesitaban ganar imperiosamente... pero en el descanso del choque ante México reventaría la selección.

En la charla técnica, el seleccionador le pidió a Anelka que fuera más incisivo en la presión, algo que recriminó el futbolista al considerar que se le estaba echando encima un peso que no le correspondía. Lo que era una corrección inocente se convirtió en un cruce de reproches, insultos y gritos que acabó con el delantero fuera del equipo y con la selección más dividida que nunca. Ese partido acabó en derrota (0-2), igual que el último ante Sudáfrica (1-2), provocando una crisis dentro del país.

A nivel de clubes, Anelka fue un jugador llamado a triunfar que se quedó a las puertas de éxitos mayores. Tras brillar en el Arsenal, el Real Madrid se lanzó a por su fichaje como una inversión de futuro, pero nada más lejos de la realidad. Su falta de gol y sus problemas con la plantilla y Vicente del Bosque acabaron con su negativa a entrenar. Tras casi dos meses de castigo, volvió a jugar y fue básico en la Champions de esa temporada, 1999-20, aunque tuvo que marcharse.

PSG, Liverpool, Manchester City, Fenerbahçe, Bolton, Shanghái Shenhua, Juventus, WBA o Mumbai City fueron otros de sus destinos, si bien su gran momento llegó en el Chelsea. Fue el único club en el que hizo carrera, con cinco temporadas en sus filas, donde fue un jugador titular y con mucho gol. Pero su complicado carácter y su dificultad para asumir órdenes de los diferentes entrenadores que tuvo le impidieron ser un jugador que entrara en la leyenda del fútbol.

Retirado en 2015, Anelka siempre tuvo claro que quería seguir ligado al mundo del balón. Eso sí, tardó seis años en convertirse en director deportivo del Hyéres de la cuarta división francesa... donde su sueño pronto se esfumó. La llegada de la pandemia de covid provocó que se marchara del equipo a los tres meses sin haber jugado un solo partido. Ahora, un par de cursos más tarde, vuelve a los despachos, esta vez como director general del Ümraniyespor de la segunda turca.

Su equipo marcha duodécimo, después de conseguir 23 puntos en las 19 jornadas que ha disputado. El objetivo de Anelka no es otro más que conseguir hacer del Ümraniyespor un equipo de SuperLiga turca y demostrar que, en los despachos, puede ser una persona importante en el fútbol mundial. Una nueva prueba en la carrera de un ya exfutbolista que sueña con triunfar de nuevo. O, al menos, de seguir disfrutando, a su manera, del balón desde otra perspectiva.

Hay una anécdota que define a la perfección al personaje. Era la final de la Champions en 2007-08 y, tras un intenso partido, se llegó a los penaltis para definir al campeón. Desde el staff del Chelsea de Avram Grant, aleccionaron a sus jugadores: 'Tirarlos a vuestra derecha, Van der Sar casi siempre se lanza al otro lado'. Ballack, Belletti, Lampard, Cole, el palo de Terry y Kalou apuntaron en esa dirección. Solo se falló un lanzamiento: el que Nicolás Anelka decidió tirar a su izquierda.

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