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Se retira Donovan, el impulsor del 'soccer' en EEUU al que ni Beckham hizo sombra
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esta Será su última temporada en activo

Se retira Donovan, el impulsor del 'soccer' en EEUU al que ni Beckham hizo sombra

El máximo goleador histórico de la selección 'yankee' pondrá fin a su carrera al término de esta campaña tras ser el líder del 'soccer' en el país del 'football'

Foto: Landon Donovan es la máxima estrella del fútbol en Estados Unidos (Reuters).
Landon Donovan es la máxima estrella del fútbol en Estados Unidos (Reuters).

En el país del football, del baloncesto y del baseball, el fútbol nunca ha tenido la trascendencia mediática ni el tirón entre el común aficionado. Estados Unidos nunca ha acogido el soccer como algo propio, sino como un deporte menor que se jugaba en Europa y que no entendían por qué tenía tanta importancia en el resto del globo terráqueo. ¿Cómo ver un deporte en el que es posible que no pase nada? Se preguntaban algunos. No en vano, el resto de sus deportes tienen marcadores generalmente por encima de las dos cifras, cuando no llegan a tres, como en el caso del baloncesto. Pero cuando parecía imposible que funcionase, un hombre ejerció de paladín de una causa perdida: Landon Donovan.

Nadie como él ha representado mejor el crecimiento del fútbol en un país que no lo acepta bien, o al menos peor de lo que estamos acostumbrados en Europa. El jugador nacido en Ontario, pero en la Ontario estadounidense, convivió en Los Ángeles Galaxy con grandes nombres del fútbol mundial, pero ninguno de ellos fue tan querido para el público angelino y para el resto del país como Donovan. Ni siquiera David Beckham, con el que compartió vestuario durante cinco temporadas. El inglés llegó a Estados Unidos para reflotar el valor del soccer allí y aun así, el jugador más grande la Major Soccer League seguía siendo Donovan.

La leyenda de Donovan comenzó hace una quincena de años. El chaval veía el fútbol de forma muy diferente al resto de americanos, le gustaba jugar con los pies, tenía un control absoluto de la pelota y renunciaba al juego físico tradicional estadounidense. Además, a pesar de no ser un ‘9’ puro, hacía goles con mucha facilidad. Jugó con su país el Mundial sub-17 de 1999 y fue nombrado Balón de Oro del torneo. Claro, un talento así no pasó desapercibido en Europa, a pesar de la escasa presencia norteamericana en el viejo continente. Apareció entonces el Bayer Leverkusen y se lo llevó a Alemania.

Nunca se sintió a gusto Donovan en el país germano, o puede que fuera demasiado joven para abandonar su casa, su hogar, para vivir en otro trozo de tierra tan lejano, más allá del Gran Charco. Jugó varios partidos en el filial del club de la Aspirina, pero no funcionó demasiado bien. Entonces, en 2001, Donovan firmó un contrato insólito con los San José Earthquakes de cuatro temporadas. Esa extraña duración de la cesión dejaba claro dos cosas: una, que en el Bayer Leverkusen tenían muy poca fe en su estrella americana aunque había un halo de esperanza por el que no lo soltaban del todo; dos, en Estados Unidos sí creían en él y lo esperaban con los brazos abiertos.

En su casa, la vida fue mejor, mucho mejor. Los títulos se han ido sucediendo y desde casi su primer día, el californiano se ganó el corazón de la afición americana. De hecho, hasta el año 2013, Donovan ha estado en el partido de las estrellas del All Star de la MLS de forma ininterrumpida. Ni siquiera sus vueltas a Europa le han impedido estar entre los mejores de su país continuadamente. Volvió a Leverkusen cuando terminó su relación con los Earthquakes, pero tanto el club como el jugador observaron que lo mejor era volver a Estados Unidos y al poco tiempo se confirmó su fichaje por Los Ángeles Galaxy. Donovan podía haber triunfado en Europa, pero quiso ser el más grande en América.

Aun a pesar de su amor por su país y sus magníficas actuaciones, nunca renunció por completo a jugar en algún grande de nuestro continente. Su experiencia en Alemania, sin embargo, acabó por no ser demasiado positiva cuando fichó por el Bayern Múnich en 2009. Siete partidos jugó con los bávaros, pero en ningún momento se ganó el puesto en un equipo que dirigía Jürgen Klinsmann, su gran valedor en aquel instante, y el verdugo de la carrera de Donovan con la selección. Sin embargo, sí logró triunfar en el Everton. Sólo vistió la camiseta azul de los toffees en 2 ocasiones, pero el sabor que dejó en Goodison Park fue magnífico.

Pero ha sido en el Team USA donde ha marcado un antes y un después que quién sabe si será igualado o superado en los años venideros. Parecía imposible que alguien mejorara los números del anterior grande de Estados Unidos, Cobie Jones, pero de repente un niño de 18 años comenzó a jugar con los mayores para hacerse el más grande. Donovan no llegó a las 164 participaciones de Jones, pero sí le superó en la faceta goleadora, con sus 57 goles. Desde el primero hasta el último, su rival favorito siempre ha sido el enemigo por excelencia, México, al que superó hasta en cuatro ocasiones en la Copa Oro de la CONCACAF. Fue, por ello, doloroso para Donovan no poder decir adiós a la selección en Brasil. Klinsmann no confió en él y Estados Unidos sólo pudo llegar a octavos de final.

En el país del football, del baloncesto y del baseball, el fútbol nunca ha tenido la trascendencia mediática ni el tirón entre el común aficionado. Estados Unidos nunca ha acogido el soccer como algo propio, sino como un deporte menor que se jugaba en Europa y que no entendían por qué tenía tanta importancia en el resto del globo terráqueo. ¿Cómo ver un deporte en el que es posible que no pase nada? Se preguntaban algunos. No en vano, el resto de sus deportes tienen marcadores generalmente por encima de las dos cifras, cuando no llegan a tres, como en el caso del baloncesto. Pero cuando parecía imposible que funcionase, un hombre ejerció de paladín de una causa perdida: Landon Donovan.

Jesús Velasco
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