Lillo ya ejerce como técnico del Millonarios para impulsar el nuevo proyecto

Retorna Juanma Lillo a un banquillo. Inédito desde que dejará el banquillo del Almería en noviembre de 2010, toma las riendas del Millonarios de Bogotá, uno de los equipos con mayor lustre del continente sudamericano, situado para la eternidad en el mapa futbolístico por la irrupción de Di Stéfano, antes de aterrizar el Madrid de Santiago Bernabéu. Firma el técnico de Tolosa por un año prorrogable a otro.

No llega sólo a Bogotá. De la mano del técnico llega José Portolés para encabezar un nuevo proyecto con sello español. Portolés, que llega para ocupar el cargo de director deportivo, firma por tres años. El objetivo del equipo colombiano es elevar el pulso deportivo, que se traduzca en títulos, y de esta manera ponerse a la altura del prestigio que mantiene la entidad en Sudamérica. Como ya informamos en El Confidencial, la idea del consejo, que hace unos días informaba de la salida del presidente, Felipe Gaitán, y de Hernán Torres, entrenador, es crear una cultura deportiva propia.

Lillo, que tras su salida del Almería ejerció de comentarista en diversas cadenas, tiene en sus manos una de las empresas con más lustre de su carrera. El Millonarios sigue gozando de gran cartel en sudamérica. La Liga, que comenzará el 26 de enero, ya está en la mente del técnico. Con el mercado de fichajes en su apogeo, la maquinaria de la entidad trabaja para crear un proyecto de campanillas.

Amigo íntimo de Pep Guardiola, Lillo no ha tenido fortuna a lo largo de su carrera. Tras comenzar en el Salamanca, convirtiéndose en el técnico más joven en debutar en Primera División, con sólo 29 años, su marca fue perdiendo brillo. No logró relanzar al Oviedo en la temporada 96-97, siendo destituido en abril. La siguiente temporada, era requerido por el Tenerife en febrero de 1998. Salvo al equipo, lo que le valió la renovación para la siguiente campaña. En la jornada 15 de la temporada 98-99, era destituido por la directiva tinerfeña, ocupando en esos momentos los puestos de descenso.

Fue en el Zaragoza donde su figura sufrió un importante revés. Llegaba al club maño en la temporada 2000-2001, sustituyendo al Txetu Rojo. El conjunto aragonés venía de firmar una gran temporada, tras acabar cuarto en el campeonato de Liga, aunque tuvo que conformarse con disputar la UEFA, tras lograr el Madrid su octava Champions League. Lillo caía a las primeras de cambio en la segunda competición continental ante el Wisla de Cracovia y era relevado como técnico en la cuarta jornada de Liga.

Tras el Zaragoza, tendría experiencias en Segunda División de la mano del Terrasa, o Real Sociedad. También entrenaría en México en México en 2005, aunque sus discretos resultados junto a una crítica al campeonato mexicano le granjearon duras críticas en el país.

No sería hasta la temporada 2009-2010 cuando volvería a un banquillo de Primera División. En diciembre de 2009 llegaba al Almería sustituyendo a Hugo Sánchez. Salvó al equipo almeriense, colocándolo en 13º posición. Tras encajar una sonora goleada ante el Barcelona por 0-8, era destituido. 3 años después, vuelve a tomar un proyecto de alturas.