La Supercopa de Europa de Cardiff tendrá solamente color español al ganar el Sevilla

Cinco finales europeas ha disputado el Sevilla en toda su historia y tan sólo ha salido con la medalla de plata en una de ellas. Fue en la Supercopa de Europa de 2007, poco después del fallecimiento de Antonio Puerta. El Milan le ganó por 3-1 después de que Renato adelantase al club hispalense y mirase al cielo para dedicárselo al compañero fallecido. Un año antes, el Sevilla sí se llevó el trofeo a Nervión tras golear al Barcelona en la final por 3-0.

Esa fue la primera vez que dos equipos del mismo país se disputaban la Supercopa de Europa. Jamás en todas las otras 31 ediciones había habido a la vez un campeón de la Copa de Europa y otro de la Copa de la UEFA de la misma liga. Ese fue el camino que abrieron hispalenses y culés y que nadie desde 2006 ha podido imitar. Hasta ahora.

La Supercopa de Europa del 12 de agosto la volverán a disputar dos conjuntos españoles, en otro triunfo histórico de nuestro fútbol sobre el resto de los europeos. Atlético de Madrid y Real Madrid jugarán por ser el mejor equipo del continente en Lisboa el próximo 24 de mayo, y del ganador saldrá el rival del Sevilla en el Cardiff City Stadium. Otra fiesta del balompié patrio.

No es la primera vez que esta condición de finalistas compatriotas la inician los equipos españoles. Hasta que en la temporada 1999-00, Real Madrid y Valencia jugaron la final de la Champions League, nunca dos equipos de la misma nación lo habían hecho. Aquel partido sí supuso un antes y un después en la máxima competición continental, puesto que desde entonces se ha reeditado la final ‘nacional’ en otras tres ocasiones. Los segundos fueron los italianos, con el triunfo en penaltis del Milan sobre la Juventus. También en la tanda fatídica se llevó el título el Manchester United ante el Chelsea. Y el curso pasado, fueron los alemanes Bayern Múnich y Borussia Dortmund los que coparon la final, con triunfo muniqués.

Polémicos 8.000 asientos vacíos

Para una final europea, las peticiones de entradas de ambas aficiones son ingentes. El problema surge cuando la UEFA apenas da la mitad de las localidades del estadio en cuestión a los clubes participantes, y se reserva el resto para ‘compromisos’. Pues bien, de esos ‘compromisos’, la organización europea se quedó sin colocar hasta 8.000 localidades. El Juventus Stadium de Turín tiene una capacidad total de 41.000 espectadores y el Sevilla-Benfica sólo lo presenciaron en el estadio bianconero algo más de 33.000 personas.

Tantos asientos vacíos deslucieron un espectáculo futbolístico enorme, en uno de los mejores escenarios posibles del planeta. Mirar a la grada y ver huecos del blanco de las butacas era bochornoso, sobre todo al pensar que cientos de seguidores sevillistas o benfiquistas se quedaron en sus casas por la imposibilidad de conseguir entradas. La final de la Champions League se disputará en el Estádio da Luz de Lisboa, con capacidad para 65.647. Veremos cuántos de esos se quedan sin llenar por los ‘compromisos’.