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Azpilicueta, el capitán sin brazalete al que (por fin) le llegó su oportunidad con España
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Es el dueño del lateral derecho

Azpilicueta, el capitán sin brazalete al que (por fin) le llegó su oportunidad con España

El líder del Chelsea vino a la Eurocopa con el título de la Champions como credencial. Tras un inicio desde el banquillo, se ha convertido en indiscutible para Luis Enrique

Foto: Azpilicueta celebra el pase de España a cuartos de final. (Reuters)
Azpilicueta celebra el pase de España a cuartos de final. (Reuters)

Con una sonrisa inamovible en el rostro, César Azpilicueta se presentó a la concentración de la Selección española hace un mes sin mayor exigencia que su vuelta al grupo. El navarro llegaba con una Champions League debajo del brazo, la que levantó como capitán del Chelsea. Tras una temporada con altos y bajos con Frank Lampard como técnico ‘blue’, Thomas Tuchel lo consideró un elemento clave para su defensa tras asumir los mandos del conjunto londinense. A pesar de su gran momento de forma, Azpilicueta no tenía el billete asegurado para la Eurocopa. Luis Enrique había confiado en él en convocatorias pasadas, pero no era un fijo de su zaga. Las dudas respecto a Sergio Ramos o la aparición de Nacho Fernández ponían en jaque su viaje para el torneo. Finalmente, el técnico asturiano apostó por él… Pero su lateral derecho era Marcos Llorente. Una vez más, su protagonismo de la Roja se alejaba.

Foto: Luis Enrique, tras ganar a Suiza y clasificar España para las semifinales. (EFE)

Lejos de la vanidad de otros futbolistas, Azpilicueta volvía a sonreír. El premio era estar en la Eurocopa —sus últimos minutos con España se remontan a finales del 2018—, deslizando que conocía a la perfección su rol en el grupo: buscaba aportar desde su experiencia y estar preparado si Luis Enrique decidía darle la alternativa. Esta tardaría tan solo dos partidos en llegar. La opción de Marcos Llorente en el carril —algo utilizado como un parche por las bajas en el caso del Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone— se fue diluyendo frente a Suecia y Polonia. El madrileño cumplía de lateral, gracias a sus pulmones y su eficacia en casi cualquier puesto del campo, pero su rendimiento estaba muy alejado de ese centrocampista llegador que ha enamorado a tantos durante la temporada.

placeholder Azpilicueta, durante una rueda de prensa. (EFE)
Azpilicueta, durante una rueda de prensa. (EFE)

La trayectoria futbolística del capitán del Chelsea ha estado siempre sujeta a las críticas. Demasiado bajito para ser central (1,78 metros es su altura) y demasiado lento para ser lateral en el fútbol moderno solían ser los argumentos a utilizar contra Azpilicueta, quien se forjó una carrera en la física Premier League hace casi una década, cuando fichó por el equipo de Londres en el 2012. La Selección era una tarea aún más complicada. Al igual que sucedió a jugadores del centro del campo como Santi Cazorla, contemporáneo de Xavi Hernández o Andrés Iniesta en los mejores años de su carrera, Azpilicueta veía a futbolistas como Sergio Ramos o Gerard Piqué monopolizar la zaga de España. No alzó la voz, asumió un rol secundario cuando se le llamaba o respetaba la decisión de los seleccionadores nacionales cuando se quedaba fuera de la convocatoria.

Oriol Romeu, otro español que acabó haciendo carrera en la Premier League hasta convertirse en icono en el Southampton, coincidió con Azpilicueta cuando este desembarcó en Londres: "Cualquier entrenador querría un jugador como él, o varios. Ya lo dijo Mourinho. Si tiene que ser central, lateral, interior o lo que sea, lo es". "Creo que la frase la dijeron para Puyol, pero me encaja perfecto con Azpi porque me recuerda mucho a él: donde otros no meten la pierna, él va con la cabeza. A mí me sorprendió de él la capacidad de constancia y de trabajo... De no permitirse un día de descanso", apunta el que fuera jugador de La Masía sobre su compatriota.

Un líder sobre el césped

La ausencia de Sergio Ramos marcaría una de las convocatorias más polémicas de toda la historia de la Selección. Luis Enrique se amparó en el estado de forma del entonces capitán del Real Madrid para tomar la decisión —apenas tuvo protagonismo Ramos en el último tramo de la temporada por sus continuos problemas físicos—, pero las dudas sobre cómo afectaría la suplencia al camero y el liderazgo del vestuario también influyeron. En este estilo de autor implantado por el técnico asturiano reside gran parte del éxito, que ha llevado al grupo a formar parte de los cuatro mejores equipos de la Eurocopa, los jóvenes han dado un paso importante hacia delante.

Pero la falta de experiencia al más alto nivel comenzó causando temor en las filas españolas, sobre todo tras el mal partido de la Selección frente a Polonia. Había talento, había calidad… Pero faltaban líderes. El navarro incluso asumió la responsabilidad de salir a rueda de prensa en los momentos más delicados de la concentración. En su primer partido desde el lateral derecho contra Eslovaquia, César Azpilicueta no llevó el brazalete de capitán (este le pertenecía, lógicamente, a un recuperado Sergi Busquets), pero demostró que el liderazgo va más allá de lo que repose en tu brazo.

placeholder Azpilicueta celebra su gol frente a Croacia. (Reuters)
Azpilicueta celebra su gol frente a Croacia. (Reuters)

El navarro fue otra vez titular frente a Croacia, siendo fundamental en tareas ofensivas al marcar el gol que ponía por delante a España después de comenzar perdiendo (celebrando su primer tanto con la camiseta de la Roja). Lo hizo cuando más nerviosismo existía ante la falta de gol española con un certero cabezazo tras una jugada que él mismo había comenzado. Allí dio una lección de inteligencia táctica a la hora de elegir cuándo incorporarse al ataque o cuándo mantener la posición, completando los 120 minutos de partido, algo que repetiría frente a Suiza. Aunque en el último tramo de la temporada con el Chelsea se había acostumbrado a jugar de tercer central en una línea de cinco, Azpilicueta reconquistó un lateral que no ha soltado desde entonces, totalmente establecido como titular en el torneo.

El navarro apoyó a su compañero Marcos Llorente, “es un grandísimo jugador”, al ser cuestionado por los micrófonos de Telecinco sobre su competencia, la que catalogó como “sana”. "Puede aportar en muchísimas posiciones. Ambos trabajamos por ayudar al equipo. Cuando a él le tocó jugar, intenté apoyar y sumar en lo que pudiese y, cuando me ha tocado a mí, Llorente ha hecho lo mismo", insistió Azpilicueta, mostrándose optimista respecto al partido de esta noche: “Nosotros tenemos mucha ambición e ilusión, queremos más. Sabemos que va a ser un gran rival que lleva una gran trayectoria, pero vamos a seguir luchando por esta Eurocopa. Hemos vivido palos duros y vamos con todo”.

placeholder Azpilicueta celebra junto a Unai Simón el triunfo en los penaltis frente a Suiza. (EFE)
Azpilicueta celebra junto a Unai Simón el triunfo en los penaltis frente a Suiza. (EFE)

Frente a Italia, Azpilicueta se encontrará con unos viejos conocidos del vestuario del Chelsea, Jorginho y Emerson Palmieri. Junto a los ingleses Reece James, Chilwell, Mount y al danés Andreas Christensen, son los únicos jugadores del torneo que aspiran a levantar la Eurocopa tras haber hecho lo propio con la Champions… Y así convertirse en los verdaderos reyes de Europa. No tendrá una bonita pareja de baile a la hora de marcar, emparejándose con Lorenzo Insigne, el jugador ofensivo de mayor talento y verticalidad del conjunto de Roberto Mancini. Otra dura prueba de cara a llegar a la ansiada final.

Con una sonrisa inamovible en el rostro, César Azpilicueta se presentó a la concentración de la Selección española hace un mes sin mayor exigencia que su vuelta al grupo. El navarro llegaba con una Champions League debajo del brazo, la que levantó como capitán del Chelsea. Tras una temporada con altos y bajos con Frank Lampard como técnico ‘blue’, Thomas Tuchel lo consideró un elemento clave para su defensa tras asumir los mandos del conjunto londinense. A pesar de su gran momento de forma, Azpilicueta no tenía el billete asegurado para la Eurocopa. Luis Enrique había confiado en él en convocatorias pasadas, pero no era un fijo de su zaga. Las dudas respecto a Sergio Ramos o la aparición de Nacho Fernández ponían en jaque su viaje para el torneo. Finalmente, el técnico asturiano apostó por él… Pero su lateral derecho era Marcos Llorente. Una vez más, su protagonismo de la Roja se alejaba.

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