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El amargo recuerdo de aquel codazo de Tasotti: "Es una oportunidad para vengarnos"
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Semifinales de la Eurocopa contra Italia

El amargo recuerdo de aquel codazo de Tasotti: "Es una oportunidad para vengarnos"

Jorge Otero, exjugador del Celta, Valencia, Atlético de Madrid y Betis, fue titular el día del codazo de Tasotti al seleccionador y analiza el encuentro

Foto: Luis Enrique, sangrando tras el codazo de Tasotti. (EFE)
Luis Enrique, sangrando tras el codazo de Tasotti. (EFE)

España e Italia disputan hoy las semifinales de la Eurocopa (Wembley, 21:00). Ambas selecciones se han enfrentado en las tres últimas ediciones del torneo, pero cualquier aficionado al fútbol todavía recuerda el codazo de Tasotti a Luis Enrique. Han pasado 27 años desde aquella agresión. Fue en los cuartos de final del Mundial de 1994. Aquel día, el marcador reflejaba un empate a uno cuando Julio Salinas falló ante Pagliuca un mano a mano. En la jugada siguiente, Roberto Baggio marcó el 2-1 definitivo. Un minuto después, Jon Andoni Goikoetxea centró desde la derecha. Luis Enrique era el mejor colocado para cabecear, pero Tasotti le propinó un golpe que no solo le impidió rematar, sino que le rompió la nariz. Aquella jugada no fue sancionada. De nada sirvieron las protestas, con la nariz ensangrentada, del actual seleccionador.

Jorge Otero —exjugador de Valencia, Betis, Celta y Atlético de Madrid y de la Selección— fue titular el día del codazo. Atiende la llamada de El Confidencial para conversar sobre el partido y advierte: “No me hables de usted que no respondo a ninguna pregunta”, bromea. “Aunque el cuento no tuvo un final feliz, estoy encantado de recordar aquel día. Esta es otra oportunidad para vengarnos de aquello. Ahora son dos selecciones totalmente distintas a las del 94”.

Aquel codazo era el fiel reflejo de lo que le pasaba a España en las grandes citas: el mal fario siempre se cebaba con la Selección en cuartos. “Nos faltó un poco de suerte. Después de ver el partido muchas veces, creo que fuimos mejores que Italia. La primera parte estuvo más igualada, pero fuimos superiores en la segunda. Debimos ser más profundos, más agresivos en los últimos metros”.

El seleccionador de aquel equipo era Javier Clemente. La relación del vasco con la prensa era parecida a la de Luis Enrique. Estas son las semejanzas que observa Otero: “Ambos apuestan por la cohesión del grupo. Se hacen la cabeza visible para aguantar las críticas y todo lo que ocurre alrededor de la Selección. Clemente le daba tanta importancia al grupo que nos sentíamos como en un club”.

placeholder Azpilicueta disputa un balón en el último entrenamiento de la Selección en Las Rozas. (EFE)
Azpilicueta disputa un balón en el último entrenamiento de la Selección en Las Rozas. (EFE)

Semejanzas entre los entrenadores

Ambas convocatorias fueron cuestionadas. La de Clemente, por dejar fuera a La Quinta, y Luis Enrique, por no incluir a jugadores como Sergio Ramos, Iago Aspas o Jesús Navas. “No recuerdo una convocatoria de la Selección tan controvertido. A pesar de las críticas, el equipo ha ido de menos a más. Luis Enrique les ha metido el gen que tenía cuando era jugador”.

La Selección ha tenido errores defensivos durante la Eurocopa: el del partido frente a Suiza, el autogol de Unai Simón… Contra Italia, pueden pagar caro estos fallos. “Una de las claves va a ser cómo pueda defender España. Aunque los centrales aportan muchísimo con la salida de balón, les está costando defender los centros laterales. Les falta contundencia en ese aspecto. Deben aplicarse más defensivamente, porque Italia tiene jugadores determinantes en ataque”.

A Otero, que era lateral derecho, también le sorprendió la inclusión de Marcos Llorente en esa posición. “Es un jugador extraordinario, que puede jugar en cualquier posición. Hasta de portero. Sin embargo, en esa no tiene tanta llegada. Cuando jugaba ahí, España ganaba en el factor sorpresa”. El cambio por Azpilicueta le pareció oportuno. “Es más lateral que Llorente. Se maneja mejor en el cuerpo a cuerpo y en la marca. Pierdes versatilidad, porque Marcos genera mucho arriba”.

placeholder Luis Enrique dialoga con uno de sus ayudantes en el último entrenamiento. (EFE)
Luis Enrique dialoga con uno de sus ayudantes en el último entrenamiento. (EFE)

Italia era una de las bestias negras de España hasta que en 2008 se rompió el maleficio de los cuartos de final. “Aquel día les pagamos con su misma moneda”, sostiene Otero. La Selección tardó 44 años en avanzar hasta las semifinales de un gran torneo. “Siempre que llegábamos a cuartos contra Italia, parecía que era la bestia negra. Siempre hay equipos a los que cuesta más ganar. Yo siempre he pensado que cuando llevas perdiendo mucho tiempo con un equipo, estás más cerca de ganar”.

El equipo transalpino lleva 32 partidos sin conocer la derrota. Quiere aprovechar su buen momento para aumentar su palmarés. Aunque ha ganado cuatro Mundiales, solo cuentan con una Eurocopa. "Tienen a Insigne, a Chiesa, Jorginho es el cerebro del equipo… Su fuerte es el juego combinativo que atrae al rival y que es capaz de correr en esos espacios. España tiene siempre la línea muy arriba por la presión adelantada y deben tener cuidado".

Preguntado por un pronóstico, Otero se muestra optimista. “Creo que va a pasar España. Va a ser un partido ajustado y vamos a sufrir. Luis Enrique los puede motivar apelando a la poca confianza que había en la Selección”.

España e Italia disputan hoy las semifinales de la Eurocopa (Wembley, 21:00). Ambas selecciones se han enfrentado en las tres últimas ediciones del torneo, pero cualquier aficionado al fútbol todavía recuerda el codazo de Tasotti a Luis Enrique. Han pasado 27 años desde aquella agresión. Fue en los cuartos de final del Mundial de 1994. Aquel día, el marcador reflejaba un empate a uno cuando Julio Salinas falló ante Pagliuca un mano a mano. En la jugada siguiente, Roberto Baggio marcó el 2-1 definitivo. Un minuto después, Jon Andoni Goikoetxea centró desde la derecha. Luis Enrique era el mejor colocado para cabecear, pero Tasotti le propinó un golpe que no solo le impidió rematar, sino que le rompió la nariz. Aquella jugada no fue sancionada. De nada sirvieron las protestas, con la nariz ensangrentada, del actual seleccionador.

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