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Isco vuelve a reclamar su titularidad en el Madrid derribando la puerta de la Selección
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el madridista fue el mejor ante Bielorrusia

Isco vuelve a reclamar su titularidad en el Madrid derribando la puerta de la Selección

Brilló con luz propia en el partido ante Bielorrusia y sigue reivindicando su gran estado de forma. Un 'ponme a mí' para Ancelotti en medio del debate Bale-Isco en el Madrid

Foto: Isco trata de controlar el balón durante su gran actuación ante Bielorrusia
Isco trata de controlar el balón durante su gran actuación ante Bielorrusia

Poco a poco, en medio de una transición que se espera sea lo más dulce posible, España intenta recuperar la sonrisa con goles y buen fútbol. Una seña de identidad que ha definido el juego del combinado nacional desde que Luis Aragonés modelara y arrancara el ciclo más glorioso del fútbol español allá por 2008. Ante Bielorrusia, oponente timorato con más voluntad que talento en sus filas, el Nuevo Colombino fue testigo de una noche plácida donde hubo toque, pocos reproches y, sobre todo, un resultado idóneo para levantar el mentón y seguir aplacando la rabieta tras la dolorosa eliminación en el Mundial de Brasil. Un partido que quedó encarrilado en apenas 20 minutos gracias al influjo de Isco Alarcón, el hombre más destacado en el primer partido desde 2005 donde no estuvieron presentes cinco de los integrantes de la mejor ‘Roja’ de la historia: Xavi, Xabi Alonso, Cesc, Iniesta y Silva.

Los vítores que le dedicó en varias ocasiones el ilusionado público que se dio cita en la grada de la capital onubense no fueron fruto de la casualidad. Hubo motivos más que de sobra para hacerlo. En la que era su quinta aparición con la absoluta, el malagueño asumió con insultante madurez su papel de titular. No defraudó y desde el pitido inicial puso de relieve el fantástico momento de forma que está viviendo. Una buena racha que le ha llevado a ser aclamado allá donde pisa. Su talento, ese duende que dicen los amantes del flamenco, desata la locura y deja a los aficionados y rivales con la boca abierta. Un olé perenne que aderezó con su primer gol con la Selección. Andréi Zigmantovich, seleccionador en funciones de Bielorrusia mientras la federación dedice qué hacer con su banquillo, no tuvo otra opción que rendirse ante el nivel mostrado por el oponente. "España juega tan rápido que parece que lo grabas y juegan pasándolo deprisa. Es el fútbol con más rapidez que nunca he visto. No hemos podido frenarlo. Luego se añade la calidad técnica y su forma de pensar", comentó.

A su infinito repertorio de pases y controles extraterrestres, el Benalmádena añadió un disparo sublime desde el balcón del área que barrió las telarañas de la portería defendida por un Zhevnov que sólo pudo mirar con asombro la inalcanzable trayectoria descrita por el esférico. Corría el minuto 18 y España abría la lata. Del Bosque no se inmutó. Cosa que sí hizo dos minutos después tras el zarpazo, duro y seco, de Sergio Busquets. El seleccionador español apretó los putos y se le escapó un canto de rabia que por lo general suele gestionar hacia sus adentros. El dominio y la verticalidad corrían a cargo de una España que tras el tropiezo ante Eslovaquia ha sumado dos triunfos, ante Luxemburgo y Bielorrusia, que le dejan con nueve puntos, a tres de los eslovacos, y seis partidos por disputarse. El próximo, que pondrá el broche a la primera vuelta, será el 27 de marzo ante Ucrania.

Claro que después del gustoso recital del jugador del Real Madrid, vino Del Bosque para templar la euforia con unas declaraciones como poco desconcertantes. "Isco ha jugado muy bien pero en ciertos momentos se ha enredado en ese fútbol demasiado fino, él como todos los demás", respondió el técnico cuando fue preguntado por el juego que desplegó el malagueño. Una enredadera que él propio técnico se ha encargado en defender a capa y escapa como una de las señas de identidad de nuestra querida España. "Hemos jugado bien, hemos dominado el partido y conseguido los dos primeros goles en media hora. Nos ha dado cierta tranquilidad pero también nos ha perjudicado para jugar demasiado fino, un juego de artista que no nos fue bien en momentos", proseguía, ofreciendo una versión difusa y alejada de lo que cualquier aficionado pudo ver sobre el verde.

Un triunfo que habla maravillas de las capacidades mostradas por la ‘Roja’ cuando juega dentro de nuestras fronteras. De los últimos 33 partidos oficiales disputados en casa, España ha salido victoriosa en todos, con un balance de 84 goles a favor por sólo 10 en contra. El protagonista de la velada, por su parte, mostraba su satisfacción por la labor desempeñada. "Me están saliendo las cosas bien y estoy aprovechando las oportunidades pero voy pasito a pasito". Isco debe ser el foco que guía los destinos de un equipo en plena renovación que en su última convocatoria contaba en sus filas con 12 jugadores con apenas 8 internacionalidades. Gracias a su buen hacer en el Real Madrid, a sus 22 años, es el momento de dar el salto hacia delante que viene demostrando en su club durante la inoportuna lesión de Bale. "En el Madrid y en la selección están los mejores del mundo, es difícil tener un hueco indiscutible, pero es nuestra labor, dar lo mejor de nosotros y ponérselo difícil al míster". Ancelotti tiene argumentos de sobra para seguir dudando entre el 4-4-3 con la ‘BBC’ en la línea de ataque y el 4-4-2 con Isco por detrás de Cristiano y Benzema. Dos estilos con ostensibles matices diferencias que, en vista de los resultados, han ofrecido inmejorables réditos a los merengues.

No lo tuvo fácil, pero su actitud ha cambiado y ahora está de dulce. "Cuando un jugador no juega tiene dos opciones: estancarse y pasar de todo o trabajar, que es lo que yo he hecho", opinaba Isco tras el partido ante Bielorrusia. Su debut con la Selección llegó en febrero de 2013, en un partido amistoso ante Uruguay. Siempre alternando la absoluta con la sub-21, de la que fue uno de los buques insignia de la fértil generación del ’92, en octubre de 2013 Del Bosque le llamó para el partido ante Georgia, valedero para el Mundial de Brasil. Pero llegó el día de la lista de 23 elegidos para viajar a Curitiba y su nombre no figuraba entre ellos. Su falta de continuidad en los esquemas de Ancelotti le costó cara. Pero el pasado mes de septiembre, coincidiendo con un nuevo curso, Del Bosque le convocó para el amistoso ante Francia y el primer partido de clasificación para la Eurocopa de 2016 ante Macedonia. En los dos gozó de minutos. Un crecimiento progresivo que irá a más en los próximos meses.

Transición dulce y madridista

Si en la tercera jornada de la fase de clasificación a la Eurocopa 2016 fueron Juan Bernat y Rodrigo Moreno los que debutaron con España, en la cuarta volvieron a ser dos novedades de Del Bosque los que disputaron sus primeros minutos con los mayores. Hablamos de Callejón y Morata. El actual pichichi de la Serie A salto al campo en el minuto 69 para sustituir a Santi Cazorla, otro que fue despedido con el público en pie en señal de recuerdo por sus años en el Recreativo y el mejor del partido para Del Bosque. Al final del encuentro, expresó su alegría en los micrófonos de TVE y aseguró que la zamarra rojigualda ya tenía encargado un marco y reservado un espacio privilegiado en el salón de su casa.

Por su parte, Álvaro Morata, que se estrenó con el 10 a la espalda, número que habitualmente porta Cesc Fábregas, sustituyó en el minuto 80 a su amigo Isco. Pese al poco tiempo de acción, el actual delantero de la Juventus dejó un par de derroches de instinto dignos de mención. Aunque la intensidad había bajado por parte de ambos contendientes, estuvo muy activo y trató de buscar con ahínco un gol que le fue esquivo. Con los dos canteranos del Real Madrid, equipo que ha aportado 23 jugadores (4 jugando en Concha Espina y 19 tras hacer las maletas) a la Selección en lo que va de siglo, ya son 51 los jugadores que han salido a la palestra con Del Bosque en el banquillo, 23 de ellos delanteros. Una prolífica remesa de delanteros en la que dejaron de estar incluidos Torres y Llorente. Menos aún Negredo o Soldado. Parece que todos ellos son parte del pasado para un Vicente Del Bosque que insiste en que nadie tiene cerradas a cal y canto las puertas de la Selección. Tampoco Mata, que sigue sin entender por qué no entra en los planes del seleccionador desde la funesta eliminación del Mundial.

Poco a poco, en medio de una transición que se espera sea lo más dulce posible, España intenta recuperar la sonrisa con goles y buen fútbol. Una seña de identidad que ha definido el juego del combinado nacional desde que Luis Aragonés modelara y arrancara el ciclo más glorioso del fútbol español allá por 2008. Ante Bielorrusia, oponente timorato con más voluntad que talento en sus filas, el Nuevo Colombino fue testigo de una noche plácida donde hubo toque, pocos reproches y, sobre todo, un resultado idóneo para levantar el mentón y seguir aplacando la rabieta tras la dolorosa eliminación en el Mundial de Brasil. Un partido que quedó encarrilado en apenas 20 minutos gracias al influjo de Isco Alarcón, el hombre más destacado en el primer partido desde 2005 donde no estuvieron presentes cinco de los integrantes de la mejor ‘Roja’ de la historia: Xavi, Xabi Alonso, Cesc, Iniesta y Silva.

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