Todd Boehly o cómo lucir un capricho multimillonario ante el campeón de Europa

Por mucho dinero que se haya despilfarrado tratando de tapar una primera temporada digna de guardar en un cajón y no analizarla nunca, al Chelsea le ha tocado bailar con la más fea en la única competición capaz de arreglar el fracaso de esta 2022/2023. Porque si la campaña de los blues puede definirse con un nombre, hay muy pocos sustantivos que se le acerquen con mayor exactitud. Y sólo tumbar al Real Madrid, siempre en estado de gracia en esta competición, acabaría con las muchas nubes negras que ya tiene el proyecto.

El adiós de Roman Abramovich como dueño del club puso fin a la época más esplendorosa del club. Un conjunto de media tabla de la Premier que alcanzó la gloria con dos orejonas, suficiente premio para aquel empresario ruso que creó el precedente de cambiarle por completo la cara a un equipo a base de millones desde el extranjero. Las llegadas de los Hernán Crespo, Verón, Makelélé o Damien Duff dieron un aviso en 2003 de lo que estaba por venir, y el Chelsea, ya asentado entre los grandes, obtuvo su premio con las Champions Leagues de 2011/2012 y 2021/2022. Esta última ya con Thomas Tuchel en el equipo.

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Jorge C. Parcero

En el tramo final de la temporada pasada todo cambió. El grupo inversor del estadounidense Todd Boehly, máximo accionista de Los Angeles Dodgers de la MLB, compró a Abramovich el Chelsea por más de 5.000 millones dispuesto a poner un escalón más arriba al conjunto londinense. Y, por el momento, la historia no ha podido ir peor. Pese a que lo mantuvo al haberse ganado un hueco en la historia del equipo, Tuchel fue el primero en ser fulminado por el nuevo dueño cuando apenas habían pasado tres meses de competición. Aunque había un amplio margen de maniobra para mejorar, no le tembló la mano para echar al alemán y pagar más de 20 millones de euros al Brighton por Graham Potter.

Con el técnico inglés la cosa no mejoró. El Chelsea no ha pasado de una mitad de tabla insuficiente, y el entrenador ha vuelto a ser cesado apenas días antes de jugarse la temporada contra el Real Madrid. El parche improvisado que decidió poner Boehly ha sido Frank Lampard, probablemente el mejor jugador de la historia del club y, curiosamente, sin ser uno de los sonoros fichajes que llegaron a base de talonario. Es, además, su segunda etapa en un banquillo en el que no le fue nada bien en la primera. Sólo una leyenda era capaz de apagar el fuego montado en Stamford Bridge... y él era de los pocos que estaban dispuestos a asumir semejante problema a mitad de temporada, claro. Lampard tiene a su disposición, eso sí, una colección de cromos mucho mejor de lo que dice el césped, y tiene la responsabilidad de que no salte por los aires un proyecto de Boehly al que le va a costar mucho meterse en la pelea tras este horrible primer año.

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El magnate estadounidense no escatimó a la hora de soltar la chequera, mostrando casi más que no tenía nada que envidiar al poderío económico de Abramovich que sentido a la hora de reforzar las necesidades que tenía el equipo. Prueba de ellos fueron sus casi 300 millones gastados en jugadores que parecen estar aún lejos de llegar a ser determinantes:

• Wesley Fofana - 80,4 millones de euros
• Marc Cucurella - 65,3 millones de euros
• Raheem Sterling - 56,2 millones de euros
• Kalidou Koulibaly - 38,00 millones de euros
• Carney Chukwuemeka - 18,00 millones de euros
• Pierre-Emerick Aubameyang - 12,00 millones de euros
• Gabriel Slonina - 9,1 millones de euros
• Denis Zakaria - 3 millones de euros por su cesión

Tras la horrible primera vuelta, el Chelsea no sólo no se privó de firmar más refuerzos, sino que se dejó aún más dinero que en verano en busca de dar un golpe en el mercado. Pero, pese a que hay varios jugadores que tienen muy buena pinta, estos de momento no están justificando el desembolso derrochado por ellos. En total fueron 330 millones en la ventana de invierno:

• Enzo Fernández - 121,00 millones de euros
• Mykhaylo Mudryk - 70,00 millones de euros
• Benoît Badiashile - 38,00 millones de euros
• Noni Madueke - 35,00 millones de euros
• Malo Gusto - 30,00 millones de euros
• Andrey Santos - 12,50 millones de euros
• David Datro Fofana - 12,00 millones de euros
• João Félix - 11,00 millones de euros por su cesión

La eliminatoria de cuartos frente al Real Madrid se presenta como decisiva, con el Chelsea partiendo con clara desventaja ante un equipo frente al que ya le temblaron las piernas cuando habían logrado la proeza de levantarle un 1-3 en su campo la pasada edición. A los blues les toca demostrar que los 600 millones invertidos no han caído en saco roto y que todo el derroche ha valido la pena. Puerta grande o enfermería ante el vigente campeón de Europa.