Abramovich cierra el grifo al Chelsea y no gastará más

El magnate ruso Roman Abramovic va a dejar de poner dinero de su bolsillo para el Chelsea. Adiós a los traspasos multimillonarios y a las altas fichas de los jugadores. Los 368 millones de euros que se ha desembolsado -desinteresadamente- Roman Abramovich desde que llegó al club londinense no han logrado los resultados esperados y el ruso no ve compensación en esa inversión, según anuncia la página web del diario británico The Sun.

A partir de ahora, los ‘blues’ sólo podrán gastar el dinero que ellos mismos generen, sin inyecciones adicionales. El Chelsea será un equipo normal. Así se lo comunicó la semana pasada a los directores Peter Kenyon y Eugene Tenenbaum y al presidente Bruce Buck, en una reunión para hablar sobre el futuro del club donde no estaba presente el actual técnico, José Mourinho. No obstante, Abramovich seguirá siendo el dueño del club. A partir de ahora, quiere que sea informado sólo de asuntos muy importantes. Sustituirá su tiempo de amor al Chelsea por el de su nueva novia, Daria Zhukova.

Con esta nueva situación, jugadores como Terry o Lampard que terminan su contrato el año que viene y pretendidos por media Europa, tienen más fácil que nunca abandonar la capital inglesa al contar con una ficha tan alta. Ellos no tienen pensado rebajarla. Lampard cobra 174.000 euros a la semana.

Shevchenko, fichado por 125 millones de euros, quiere regresar a Milán

En los dos primeros meses que Abramovich estuvo en el equipo azul se gastó más de 100 millones de euros. Rompió el mercado con fichajes multimillonarios como los Hernán Crespo por 26 millones y medio. El delantero estuvo dos años para ser traspasado por un valor mucho inferior. Crespo ha ganado dos ligas desde entonces, una con el Milán y otra con el Inter. Todavía el Chelsea está pagando por el argentino. Adrian Mutu y Asier Del Horno fueron fichados por 18 millones de euros cada uno y han sido vendidos por un millón de euros. Otras operaciones millonarias han sido las de Verón, Kezman, Makelele o la reciente de Shevchenko, de 125 millones de euros al club al que el jugador quiere regresar, el AC Milán.

Para esta temporada próxima ha fichado a tres jugadores: Claudio Pizarro, del Bayern de Munich, viene gratis; al igual que Steve Sidwell del Reading. Sólo han pagado por el brasileño Alex, del PSV Eindhoven la módica cantidad de un dólar.

La ‘táctica’ del talonario ha fallado -afortunadamente para el fútbol- y el proyecto de lograr títulos tan grandes como la Copa de Europa ha sido imposible. En sus cuatro años en el Chelsea ha ganado dos ligas, dos copas de la liga, una Copa FA y una copa ‘Community Shield’. La lógica y el buen saber de fútbol se han impuesto al dinero. El Sevilla puede dar fe de ello.

Piterman no llegó a ser un Abramovich

En España, el caso más similar ha sido el de Dimitri Piterman, el estadounidense de origen ucraniano compró el Racing de Santander en 2003 y se pensó que haría la misma revolución que Abramovich. En este caso, su bolsillo no sufrió tanto y lo único que hizo fue jugar a ser entrenador (fue el único presidente-entrenador de la historia del fútbol español). Piterman ahora es el presidente del equipo vitoriano del Alavés. Ha hecho cosas tan incrédulas como destituir tres veces en una misma temporada al mismo técnico, Chuchi Cos.