El Barça pasa del Madrid y Luis Enrique dice que "el que dude no tiene ni idea"

Supuso una suerte para el FC Barcelonadespués del duelo de la marcha de Pep Guardiola, del golpe tremendo por la muerte de Tito Vilanova y de la temporada de transición sin ton ni son del Tata Martino que después llegara Luis Enrique. Porque vive aparte y actúa ajeno a todo, a lo suyo, como si nada afectara a su coraza y, a veces, parece que de verdad es así. Y el técnico no cambia sus costumbres, su rutina, por nada ni nadie. Así que, como ya desde jugador no le gustaban las concentraciones, ayer decidió seguir a lo suyo: Entrenamiento por la mañana, viaje por la tarde y rueda de prensa en Madrid en el hotel de previa al encuentro de Champions mientras el Real Madrid comenzaba su partido a escasos metros de donde el Barça se alojaba. Como si no le importara lo más mínimo, como si no fuera con él. Y, en realidad, no le iba. Porque lo suyo es el partido ante el Atlético de esta noche.

Después del inesperado arrebato emocional del técnico tras la derrota en Anoeta, la segunda consecutiva en Liga en una semana tras el clásico después de seis meses de bonanza y 39 partidos invicto en todas las competiciones, la respuesta del Barça está en duda. Reina el desconcierto y algunos analistas acuden a datos como si Messi corre más o menos, como si eso fuera suficiente para explicar el juego de un equipo que lleva tiempo sin estar acostumbrado a fallar y que ha emitido señales preocupantes en sus últimos enfrentamientos.

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El Barça no tiene este miércolesen el Vicente Calderón ‘sólo’ una eliminatoria de Champions, por importante que sea. Tiene un examen. Nadie les quitará lo que ya han ganado -cinco títulos en el último año- la cuestión es si está en condiciones de seguir al ritmo fabuloso y voraz frente al ejército de Cholo Simeone, con su campaña ‘Nunca dejes de creer’ empapelando medio Madrid. En la fe de los rojiblancos no hay ni una grieta, no existen fisuras, mientras que los culés dudan, titubean, esperando, confiando, en que Messi se sacuda la melancolía, Neymar encare y Luis Suárez la meta.

El entusiasmo con el que encaraba el culé el tramo final de la temporada, con el triplete a la vista, se ha topado con la realidad del bache que sacude ahora al equipo. No hay pistas por parte de Luis Enrique sobre el mal que les aqueja, solo los síntomas que se ven sobre la hierba y la defensa cerrada acerca de la competitividad y los quilates de la plantilla, pero el aficionado común azulgrana necesita ver para creer; primero ellos. El Barcelona, en fin, tiene que convencer hoy otra vez.

La buena noticia para el Barça es que Piqué, pese a las molestias en su cadera, puede jugar. Y, sobre todo, que Luis Suárez está listo después de cumplir su partido de sanción en Liga y ser el protagonista en la ida con sus dos goles. Porque si el partido se complica, quedará la bala del pistolero, mientras que el Atlético no podrá contar con Fernando Torres.

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“Este equipo está hecho para este tipo de partidos”, proclamó Luis Enrique al tiempo, y a poca distancia, de que comenzara el choque en el Santiago Bernabéu, como si no existiera. Porque el ayer ya pasó, el Madrid no es rival ahora, y hoy sólo existe para él y el Barcelona el partido contra el Atlético. “El que dude es que no tiene ni idea”, zanjó.