Nuno lleva a la ruina al Valencia y Peter Lim lo permite (por el momento)
La afición del Valencia clama contra el portugués. Le señala como responsable principal de la crítica situación de un equipo que no cree en su entrenador. Peter Lim, el dueño del club, tiene la palabra...
Insostenible. La situación del Valencia se tensa más y más sin que el dueño de la empresa reaccione. Los partidos se suceden uno detrás de otro y el hundimiento del equipo es imparable. Todos los dedos acusadores señalan directamente -desde todas partes- al entrenador como responsable de la caída al vacío de un equipo diseñado para alcanzar, o al menos luchar por ello, grandes metas y que en estos momentos se encuentra en fase de descomposición. Nuno Espírito Santo lleva a la ruina al equipo, mientras Peter Lim se resiste a ejecutar a su entrenador y amigo.
“Este proyecto quiere estar en breve entre los mejores de Europa”, dijo Nuno justo unos minutos después de que su equipo firmara ante el Zenit, en San Petesburgo, otro deplorable partido. Sorprendentes manifestaciones a modo de conclusión después de hacer la autocrítica justa -como siempre- mientras la afición del Valencia quemaba la red una vez más al ritmo de los populares '#NunoVeteYa' y '#LimTiraloYa'. Con el equipo en caída libre y sin frenos, el técnico se muestra incapaz de revertir la dramática situación. Sólo unos espectaculares resultados en los próximos partidos apaciguarían las aguas. Si la dinámica no varía, la presión de la masa social acabará dictando sentencia.
El equipo aterrizó en la madrugada después de un largo viaje desde tierras rusas. El horario de llegada jugó a favor del equipo y, sobre todo, de Nuno, porque en otras circunstancias más de un aficionado se hubiera presentado en Manises para manifestar su profundo malestar. Muchos seguidores tenían planeado hacerlo hace el día que el Valencia jugó en Vigo contra el Celta, pero el convincente y contundente triunfo logrado (1-5) calmó las aguas. Una calma que quedó quebrada nuevamente días después. El Valencia se quedó al borde de la eliminación de la Champions con su derrota en San Petesburgo, lo que agitó más todavía a la decepcionada e indignada afición.
'Estilo Mourinho'
El entrenador portugués entró en el Valencia con una prepotencia y unos modos altaneros que recordaron a la peor versión de Mourinho, según se desliza desde el interior del vestuario. Nuno Espírito Santo nunca ha sido un tipo querido en el club -vestuario y alrededores- por su arrogancia y su poco tacto en el trato con todo aquel que le rodea. Su altiva personalidad le ha convertido en un personaje nada apreciado, sentimiento que se ha ido acrecentando con el paso del tiempo. Más de uno, muchos, cuentan los minutos para verlo lejos de Valencia.
Peor es la faceta meramente futbolística. Los jugadores no creen en Nuno, ni como persona -la mayoría- y mucho menos como entrenador. Las directrices del técnico son censuradas en privado por los dueños del balón, que no aciertan a comprender muchas instrucciones del portugués. Cuestiones tácticas son discutidas abiertamente por el plantel, que no ve a Nuno preparado para cambiar la situación con pizarra en mano. '¿Y no hay solución?', se le preguntó a Parejo, capitán del equipo, en San Petesburgo, contestando lo siguiente: “No lo sé... Pienso que hay que seguir trabajando porque no nos queda otra”.
Mientras, la preocupación es máxima en la cúpula directiva. Empezando por Peter Lim, el propietario, pasando por Jorge Mendes, el agente que lo maneja todo en el club, y acabando por Lay Hoon Chan, la superada presidenta que desde el palco no sabe qué hacer y que se expone a que en cualquier momento se convierta en la diana de las iras de la afición. Con partido en el Sánchez Pizjuán este próximo domingo, la posterior visita del Barcelona a Mestalla se presenta como un partido de máxima presión para Nuno. Mendes busca una solución por orden de Lim, pero por el momento Nuno se mantiene en el cargo. Por algo es su cliente...
Insostenible. La situación del Valencia se tensa más y más sin que el dueño de la empresa reaccione. Los partidos se suceden uno detrás de otro y el hundimiento del equipo es imparable. Todos los dedos acusadores señalan directamente -desde todas partes- al entrenador como responsable de la caída al vacío de un equipo diseñado para alcanzar, o al menos luchar por ello, grandes metas y que en estos momentos se encuentra en fase de descomposición. Nuno Espírito Santo lleva a la ruina al equipo, mientras Peter Lim se resiste a ejecutar a su entrenador y amigo.