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¿A qué jugador del Real Madrid se refería Míchel cuando dijo que les habían pintado la cara?
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el alemán, en su máximo rendimiento

¿A qué jugador del Real Madrid se refería Míchel cuando dijo que les habían pintado la cara?

La superioridad de Kroos en el manejo del juego y el equilibrio que da al equipo provoca que el Madrid amortigüe el golpe de jugar sin centrales. El Girona sufrió su exhibición táctica

Foto: Kroos durante el partido entre el Madrid y el Girona. (Reuters/Isabel Infantes)
Kroos durante el partido entre el Madrid y el Girona. (Reuters/Isabel Infantes)

La sensación de impotencia que sufrió Míchel viendo desde un palco del Bernabéu que el Girona era incapaz de hacerle daño al Real Madrid le llevó a reconocer que les habían pintado la cara. La sinceridad dejó en evidencia la enorme diferencia que hay entre un equipo que sabe cómo competir y otro que, según el entrenador, tira la toalla y reconoce que no está para pelear la Liga con el Real Madrid. Míchel hizo un ejercicio de realismo para referirse a Kroos, sin dar su nombre, como el jugador clave que se cargó su planteamiento y jugó a su máximo rendimiento.

Gracias a Kroos, a su buena vejez y cómo domina los partidos desde una posición retrasada, el Real Madrid no notó que jugaba sin centrales. No hace falta marcar goles para que un jugador se lleve el reconocimiento ni poner cara de velocidad o tener gestos épicos para llamar la atención y llevarse los aplausos. Kroos envejece bien, parece mejor y más bueno con el paso de las temporadas. En esta iba a perder protagonismo con la apuesta de un centro del campo más joven y físico. El alemán está pletórico e iluminado en la fase en la que llegan los puertos de alta de montaña de la temporada.

No es por aguar la fiesta, pero el partido de Carvajal y Tchouaméni como centrales contra el Girona, fue más fácil con el peso que cogió Kroos en la posición de pivote. El Real Madrid no sufrió atrás. Disfrutó corriendo a campo abierto con el equilibrio del alemán. El Real Madrid sabe cómo se juegan las finales y el Girona es un novato en estas lides. Lo reconoció y hasta pidió perdón Míchel. No dieron el nivel y no hay más que añadir. Fue un partido para aprender el oficio de afrontar días claves en los que es más importante ser prácticos que vistosos.

Las finales se ganan y no importa si las juegas bien o mal. El Real Madrid consiguió las dos cosas con un Kroos estelar. Los improvisados centrales de emergencia, se sintieron arropados por el oficio de un centrocampista que cose el juego y compacta el equipo. Tiene mucho mérito golear al segundo de la Liga, al equipo revelación y no sufrir en defensa. Acabar el partido sin recibir un gol y que Lunin haya tenido el partido más plácido desde que está en Madrid. Carvajal y Tchouaméni se sintieron arropados y, donde se intuía un descalabro de un lateral derecho y un pivote como improvisados centrales, hubo un repaso de un Madrid con el colmillo de Vinícius y el recital de Kroos por delante de los centrales.

placeholder Kroos ordena dónde colocar el pase y el juego en el partido contra el Girona. (AFP7)
Kroos ordena dónde colocar el pase y el juego en el partido contra el Girona. (AFP7)

La goleada reivindica a Toni Kroos, don Antonio, como le llaman en el vestuario. El alemán es el centro de operaciones del juego, el que se mete entre los centrales improvisados para dar equilibrio, sacar el balón y surtir de pases precisos y preciosos a los compañeros. La inteligencia táctica, velocidad mental y el pie de Kroos fortalecen las carencias defensivas de un equipo que compitió sin los cuatro centrales contra el Girona.

Su futuro, una incógnita

El alemán está en otro gran momento y nos tiene en ascuas con su futuro. A Kroos puede que le queden cuatro meses de fútbol si decide colgar las botas, algo que se le ha pasado por la cabeza, como le podemos ver regresando a la selección para disputar la Eurocopa y renovando una temporada más con el Madrid. También se le ha pasado por la cabeza.

Foto: Mbappé, en el partido de Copa contra el Brest. (Jean Catuffe/DPPI/AFP7)

Lo que tiene Kroos en la cabeza es imprevisible. En su futuro y su juego. Lo que haga con su futuro solo lo sabe él. Ni su madre (Birgit Kämmer) lo tiene claro, pero ha sido capaz de decir públicamente que no se retire: "Haría feliz a su entrenador, compañeros y su hijo".

El Real Madrid se ha encontrado con la fatalidad de perder a todos sus centrales por lesión en un partido clave como el Girona y ahora se le suma la baja de Bellingham por la lesión en un tobillo que le tendrá sin competir durante un mes. Tiene la bendición de tener a un jugador como Kroos, capacitado para manejar el juego del equipo desde la posición de pivote, que los centrales improvisados no naufraguen y hacer que sus compañeros parezcan aviones arriba.

La sensación de impotencia que sufrió Míchel viendo desde un palco del Bernabéu que el Girona era incapaz de hacerle daño al Real Madrid le llevó a reconocer que les habían pintado la cara. La sinceridad dejó en evidencia la enorme diferencia que hay entre un equipo que sabe cómo competir y otro que, según el entrenador, tira la toalla y reconoce que no está para pelear la Liga con el Real Madrid. Míchel hizo un ejercicio de realismo para referirse a Kroos, sin dar su nombre, como el jugador clave que se cargó su planteamiento y jugó a su máximo rendimiento.

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