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Adiós al croata con acento de Pino Montano: Rakitic se despide del Sevilla para irse a Arabia
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ERA UNO DE LOS CAPITANES

Adiós al croata con acento de Pino Montano: Rakitic se despide del Sevilla para irse a Arabia

Aterrizó en 2011 en Sevilla. Allí se enamoró de su actual mujer y de la ciudad, con la que entabló una simbiosis especial, hasta el punto de hablar castellano como si fuera sevillano

Foto: Rakitic fue clave en la consecución de la séptima Europa League. (Reuters/Marcelo del Pozo)
Rakitic fue clave en la consecución de la séptima Europa League. (Reuters/Marcelo del Pozo)

Siempre ha sido una disyuntiva curiosa descifrar qué fue antes, el huevo o la gallina. En el caso de Ivan Rakitic, habría que preguntarle qué fue antes, si su amor por la ciudad o por su mujer, Raquel, a la que conoció en su primera noche en Sevilla. Ahora, tras dos etapas y dos Europa League por medio, el croata abandona Andalucía para marcharse a Arabia Saudí no sin cierto desencanto.

Nunca antes hubo una adaptación así de un balcánico a España, ni siquiera Davor Suker. Su acento al hablar castellano denota que es un sevillano más. Uno de Pino Montano, el barrio de su esposa, concretamente. A veces se antojaba difícil recordar que era extranjero, hipótesis que no se hubiera refutado de no tener ese pelo rubio.

Rakitic tuvo una oferta de un equipo europeo en su primera noche en Sevilla, la previa a firmar su contrato. Él ya les había dado la palabra y, además, tenía planes en la ciudad a pesar de conocer a poca gente: se iba a casar con la camarera que los había atendido en el bar de hotel. Hay decisiones que marcan una vida. Desde entonces, ha sido un sevillano más.

Las tradiciones le costó entenderlas. En su primera Nochevieja sólo llevaba cuatro meses con su mujer y no conocía a sus suegros, pero aceptó pasarla con su familia política. Entrenaba en Año Nuevo y no le había dado tiempo de irse a casa. Desconocía que en España se tomaban las uvas y estuvo cerca de atragantarse. Menos mal. Hubiera sido un trauma para la ciudad.

placeholder Rakitic fue campeón de la Europa League en 2014. (Reuters/Dylan Martínez)
Rakitic fue campeón de la Europa League en 2014. (Reuters/Dylan Martínez)

Su papel en el Sevilla

No comprendió cómo se vive la Semana Santa en Sevilla hasta que se quedó encerrado dos horas en su coche mientras pasaban las cofradías por las diferentes zonas de la ciudad. En cuanto a las sevillanas, no las domina, pero tuvo que bailar una en su boda. Quizá fuera su bautismo de fuego en la ciudad, aunque viviera en ella desde hacía cuatro años.

Su llegada se produjo en una época de transición del Sevilla. En su segunda temporada llegó Unai Emery, uno de los entrenadores más queridos en el club. Ganó tres Europa League, la primera bajo el liderazgo de Rakitic. El rubio con acento de Pino Montano fue vital aquel año y despertó el interés de media Europa.

El Sevilla siempre se ha caracterizado por ser un club vendedor, así que no tuvo más que ponerse a negociar. El Barcelona fue el que más apostó por Rakitic, por eso tocó trasladarse a la Ciudad Condal, aunque su mujer estuviera enamorada de su ciudad. Era una oportunidad de oro para la carrera del croata, que reemplazó a Xavi Hernández en el recordado tridente del centro del campo que formó junto a Iniesta y Busquets.

placeholder Rakitic recoge la Europa League junto a Navas. (EFE/José Manuel Vidal)
Rakitic recoge la Europa League junto a Navas. (EFE/José Manuel Vidal)

La dura realidad del club

Rakitic tuvo el privilegio de marcar en una final de Champions y ganar la Copa de Europa, la última por ahora de la historia culé. Sin embargo, tras la debacle de Lisboa, llegó el momento de retornar a Sevilla. El proyecto era inmejorable tras el regreso un año antes de Monchi, que volvió a construir un equipo que ganó la sexta Europa League.

Esta etapa, sin embargo, ha sido más accidentada, aunque haya disputado la Champions durante cuatro temporadas seguidas. La dinámica del club cambió y tanto el año pasado como este se ha peleado por el descenso. La Europa League lograda con Mendilibar, en realidad, ha sido un espejismo porque nada había cambiado por más que otro título llegara a las vitrinas.

El croata, con una de las fichas más altas de la plantilla, ha dado un paso al lado dada su pérdida de protagonismo con Quique Sánchez Flores. El Sevilla necesita refuerzos y para ello tiene que liberar masa salarial. Se marcha el mejor extranjero que jamás haya pasado por el club. Con permiso de otros como Suker o Kanouté. Y de su esposa, que, en realidad, lo considera un sevillano más. Ella y todo el Sánchez-Pizjuán.

Siempre ha sido una disyuntiva curiosa descifrar qué fue antes, el huevo o la gallina. En el caso de Ivan Rakitic, habría que preguntarle qué fue antes, si su amor por la ciudad o por su mujer, Raquel, a la que conoció en su primera noche en Sevilla. Ahora, tras dos etapas y dos Europa League por medio, el croata abandona Andalucía para marcharse a Arabia Saudí no sin cierto desencanto.

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