La otra ola del covid-19: así ataca la infección al corazón de los deportistas

La imagen del Kun Agüero tendido en el césped del Camp Nou durante el partido contra el Deportivo Alavés hizo saltar las alarmas en octubre. Antes, en verano, Christian Eriksen ya se había desplomado durante el Dinamarca-Finlandia en plena Eurocopa por un paro cardíaco. Luego le siguieron el delantero del Sheriff de Tirastopol, Adama Traoré, postrado sobre el suelo en su choque contra el Real Madrid de noviembre, mientras que Víctor Lindelof (Manchester United) y el polaco Piotr Zielinski del Nápoles vivieron episodios similares en diciembre. El lateral izquierdo del Bayern de Múnich, Alphonso Davies, en enero ha sido el último caso más mediático y... aún no ha podido volver a jugar. Todos empezaron llevándose las manos al pecho a pesar de no haber sufrido ningún golpe previo y acabaron reclamando ayuda a los doctores tras sentir pinchazos en el corazón, falta de aire y un ritmo cardíaco fuera de lo habitual.

Estas son algunas de las consecuencias que habría podido dejar el covid-19 entre los deportistas jóvenes, físicamente preparados y de alto rendimiento en diferentes disciplinas. No todos los casos citados se pueden relacionar directamente con el virus por el momento, como las dolencias del Kun Agüero o Eriksen. Así lo descartó el cardiólogo personal del argentino: "Lo más probable es que la pequeña cicatriz encontrada es producida por un virus que ha sufrido en algún momento de su vida y nunca fue detectado, pero no tiene nada que ver con el covid-19 ni con la propia vacuna". El propio Agüero, sin embargo, afirmó en canal de Twitch que desconocía qué le había podido pasar.

Sin embargo, Zielinski y Davies sí que habían pasado el virus. El jugador del Bayern de Múnich, así como los sudamericanos Lucas Barrios, Paulo Díaz, Leo Ponzio y Edwin Cardona desarrollaron un cuadro de miocarditis (la inflamación del músculo cardíaco) tras superar la infección, lo que puso freno a su actividad física momentáneamente. Lo mismo que le sucedió a Pierre-Emerick Aubameyang (Barça) y Mario Lemina (Niza) durante la pasada Copa África disputada en enero. "Se decía que los jugadores estaban más protegidos por tener un mejor estado físico, y no es así. Los clubes tienen que monitorear al jugador, como en mi caso, y que vuelva a jugar cuando esté al 100%", declaraba Lucas Barrios tras conocer su delicado estado de salud.

El Responsable de la Unidad de Arritmias del Hospital La Luz Quironsalud de Madrid, Juan Benezet, explica que la miocarditis y la pericaditis "son procesos inflamatorios generalmente benignos, habituales en gente joven, generalmente secundarios a infecciones víricas y que cursan frecuentemente asintomáticas. Si bien es cierto que en otras muchas ocasiones producen molestias torácicas, sensación de ahogo y palpitaciones. En determinadas ocasiones se hacen recurrentes con episodios repetidos en el tiempo y en raras ocasiones producen un cuadro inflamatorio severo que afecta a la función ventricular y que puede generar complicaciones graves, por todo ello todo paciente diagnosticado de miocarditis o pericarditis requiere una valoración y seguimiento cardiológico".

En este sentido, el miembro de la Junta de Gobierno de la Sociedad Española de Medicina del Deporte y catedrático internacional de Medicina del Deporte de la UCAM, Pedro Manonelles afirma que "son dos entidades clínicas que afectan al corazón y que, en principio, son serias y deben tener consideración de graves hasta que se controlen y que pueden ser letales en algunos casos".

El impacto en el corazón

"La causa de esa situación es evidente. El virus SARS-CoV2, conocido como Covid-19 produce afectación multisistémica y afecta a toda la musculatura. La fatiga, en deportistas y en otras personas que han padecido la infección afecta a la musculatura del aparato locomotor y, también, a la musculatura respiratoria que es otra importante causa de fatiga respiratoria", cuenta Pedro Manonelles. Este último sería el caso del centrocampista del Bayern de Múnich, Joshua Kimmich, que tuvo que parar la práctica deportiva en diciembre por "filtraciones en los pulmones".

"Algo parecido cabe decir del corazón. Hay que tener en cuenta que el corazón también es un músculo y desde el principio de la pandemia se sabe que existe afectación cardiaca. Nosotros ya hicimos un amplio comunicado al respecto alertando sobre esto en mayo de 2020. El equipo de Manonelles no fue el único. El British Journal of Sports Medicine ya alertó del riesgo para el sistema cardiovascular tras superar el virus hace prácticamente dos años y denunció un preocupante incremento de afecciones cardíacas en deportistas de alto rendimiento que habían pasado la infección.

Por su parte, Araceli Boraita, exjefa de Cardiología en la Agencia Estatal Antidopaje (AEPSAD) y coordinadora del Grupo de Trabajo de Cardiología del Deporte de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), comentó en el pasado a este periódico que "los casos presentaban un mismo patrón: deportistas jóvenes y sanos cuyos síntomas cardíacos aparecían entre dos y cuatro semanas después de retomar los entrenamientos al acabar la cuarentena. Daba igual, de hecho, que hubiesen padecido síntomas leves, fuertes o casi inexistentes". Un hecho que le hizo prohibir la vuelta a los entrenamientos de los deportistas hasta un mes después de dar negativo. Esta recomendación de cese de actividad se cumple en los Centros de Alto Rendimiento, dependientes del CSD, y en los lugares en donde les han pedido consejo, no así en el resto.

La presión por ganar perjudica a los deportistas

Preguntado por si se monitoriza como se debe a los deportistas por parte de sus clubes, Manonelles contesta que "me extrañaría, supongo que no siempre se cumple, pero esto deberían responderlo los deportistas o sus responsables". El catedrático apunta que "muchísimos clubes no tienen médico por lo que resulta muy difícil, por no decir imposible, que a nivel global se haga un control adecuado de los deportistas afectados. Quiero especificar que a nosotros nos preocupa la salud de todos los deportistas porque los problemas de salud no discriminan a deportistas aficionados, de competición y profesionales. Se entiende que los últimos tienen mayor protección y cuidados, pero todos son deportistas".

La presión por obtener resultados inmediatos, ganar partidos, luchar por títulos y clasificar para rondas eliminatorias que suponen una inyección económica bestial para los clubes podría hacer que adelantaran procesos de recuperación. Juan Benazet recuerda que "después de una afectación cardiaca tipo miocarditis o pericarditis es fundamental el reposo para una correcta recuperación del proceso inflamatorio. De no ser así corremos el riesgo de una convalecencia más prolongada y además el riesgo de cronificación del proceso inflamatorio y recurrencias periódicas de los síntomas".

En el caso de las vacunas, instituciones sanitarias como la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) consideran los problemas cardíacos "de aparición muy baja y generalmente de buena evolución". Asimismo, una publicación del Colegio de Cardiólogos de los EE.UU de enero de 2022 asegura que "la miocarditis es una complicación rara tras la vacunación contra la COVID-19 que tiene un riesgo mucho menor si lo comparamos con el riesgo asociado con la infección por COVID-19". Aunque se han visto casos tras la vacunación, solo se conoce un caso grave de un brote broncopulmonar de carácter viral en el fútbol justo después de vacunarse, el del futbolista del Sassuolo italiano, Pedro Obiang, que deberá estar de baja seis meses.