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El mundo árabe estalla contra el Barça por celebrar el Día contra la LGTBfobia
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Juego de equilibrios en el club

El mundo árabe estalla contra el Barça por celebrar el Día contra la LGTBfobia

La masa social de aficionados árabes del club azulgrana rechaza los mensajes de apoyo a la comunidad LGTB y amenaza con desvincularse del club en Twitter

Foto: El Barça posa durante la Supercopa de España disputada en Riyad. (Reuters/Admed Yosri)
El Barça posa durante la Supercopa de España disputada en Riyad. (Reuters/Admed Yosri)

No es fácil para los intereses económicos de un club encontrar el equilibrio perfecto entre "luchar por la erradicación de todas las actitudes machistas, homófobas y racistas en el ámbito social y del deporte" tal y como recogen los estatutos del Barça y contentar a los sectores más radicales entre su afición árabe. Después de que el Barça ya recibiese un aluvión de críticas el pasado mes de octubre cuando apoyó al primer jugador homosexual en hacer pública su condición sexual, Josh Cavallo, ahora vuelve a situarse en la diana árabe al celebrar el Día Internacional contra la LGTBfobia en el deporte.

Foto: Joan Laporta, durante una rueda de prensa. (EFE/Alejandro García)

"Ya me invitaron a desvincularme del club cuando se fue Leo Messi, no quiero estar en un equipo que apoya estas cosas", amenaza un seguidor en Twitter. "Pero por qué apoyas este movimiento? Está prohibido por Dios. ¿Cuánto dinero han pagado a Joan Laporta por estar con ellos? Que Dios nos salve", responde otro aficionado. "Es el único club que apoya la inmoralidad. Son infieles y pido perdón a Dios por esto. Nuestro señor hará que se hundan". Estos son algunos de los comentarios más suaves con los que se ha podido despertar cualquier azulgrana que haya visitado la página en árabe del club.

No es la primera vez que algo así sucede. En el pasado mes de octubre, el club salió en defensa de Josh Cavallo, el primer jugador en hacer pública su condición homosexual. El tweet se publicó simultáneamente en todos sus perfiles: catalán, español e inglés. Sin embargo, en el caso del árabe, la publicación se realizó cuatro horas después, sabedores de lo que podría suceder. El Barça, por aquel entonces, había decidido jugar en diciembre 'la Copa Maradona', un homenaje al eterno '10' que despertó el recelo de los aficionados, ya que no había ni rastro del club europeo que más marcó la carrera del astro argentino, el Nápoles.

placeholder Philippe Coutinho conduce una pelota durante el encuentro. (EFE/STR)
Philippe Coutinho conduce una pelota durante el encuentro. (EFE/STR)

La celebración de este partido conmemorativo reportó a las arcas azulgranas unos dos millones de euros según informó 'Mundo Deportivo'. Un pequeño impulso para una economía con graves problemas de liquidez por entonces y que se mantiene a flote a través de endeudarse más con los créditos aportados por Goldman Sachs. El Barça, que había reformado sus Estatutos en la Asamblea de Socios Compromisarios para incluir "la protección y promoción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos" hacía tan solo unas pocas semanas antes, jugó el encuentro en Arabia Saudí, un país cuyas leyes impuestas por la agencia de seguridad del régimen cataloga el feminismo, el ateísmo y la homosexualidad de "ideas extremistas" y que impone la prisión y la flagelación como castigo.

"El club se tiene que comprometer en la defensa de los derechos humanos. Vivimos en un mundo con muchas desigualdades y con gente sufriendo racismo, homofobia o género. Es un orgullo que el Barça dé este paso hacia adelante y nos posicione como un club pionero en la defensa de los derechos humanos", declaró la propia vicepresidente del Barça, Elena Fort, en la Asamblea. A pesar de ello, el club jugó ese partido y la misma Elena Fort no viajó a Arabia Saudí.

La razón la dio en el programa de la Cadena Ser, 'Què t'hi Jugues': "El partido me genera una contradicción personal muy importante. Es una realidad que en estos momentos hemos de salvar al Barça, respirar y hacer cosas que no nos parecen bien. Cuando me enteré de que se iba a celebrar, envíe un WhatsApp quejándome, pero me dijeron que, desgraciadamente, se tenía que jugar", aclaró la integrante de la directiva azulgrana. Ahora y después de jugar la Supercopa de España en Arabia Saudí junto a Real Madrid, Atlético de Madrid y Athletic Club parece que el Barça puede permitirse enfadar al mundo árabe.

No es fácil para los intereses económicos de un club encontrar el equilibrio perfecto entre "luchar por la erradicación de todas las actitudes machistas, homófobas y racistas en el ámbito social y del deporte" tal y como recogen los estatutos del Barça y contentar a los sectores más radicales entre su afición árabe. Después de que el Barça ya recibiese un aluvión de críticas el pasado mes de octubre cuando apoyó al primer jugador homosexual en hacer pública su condición sexual, Josh Cavallo, ahora vuelve a situarse en la diana árabe al celebrar el Día Internacional contra la LGTBfobia en el deporte.

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