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Noni Madueke, el aprendiz de Van Nistelrooy que ya es el 'killer' del momento
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El deportista a seguir

Noni Madueke, el aprendiz de Van Nistelrooy que ya es el 'killer' del momento

Un espacio en el que destacaremos a ese deportista con menos nombre, pero que lo tiene todo para ocupar grandes titulares y que queda eclipsado por las estrellas de (casi) siempre

Foto: Foto: Sergio Beleña.
Foto: Sergio Beleña.

Estos días lo estamos comprobando con el caso Mbappé: lo que más se paga en el fútbol es el gol. Puedes tener un equipo rocoso, que encaje poco y que juega de maravilla, pero —¡ay, amigo!—, como no tengas un 'killer', todo lo que hagas en el campo de poco valdrá. Para conseguir un goleador, tienes tres opciones: 'tirar' de talonario y traerte a una estrella; fichar a un buen canterano, enseñarle el oficio y conseguir 'gratis' a un goleador, o —en mi humilde opinión— la más difícil, encontrar un talento poco conocido a un precio más que razonable y convertirlo en una estrella mundial. Posiblemente, Monchi sea el mejor ejemplo de este último caso.

Pero, desde hace muchos años, hay un equipo que ficha delanteros desconocidos y los vende por millonadas: el PSV Eindhoven. De sus filas, salieron 'criados' para el primer nivel europeo grandes arietes como Memphis Depay, Dries Mertens, Mateja Kezman, Jan Vennegoor of Hesselink o Luuk de Jong, además de tres superestrellas: Romario, Ronaldo Nazario y Rudd van Nistelrooy, quien tiene mucho que ver en la historia que hoy contamos. Y es que, el que fuera jugador del Real Madrid y Málaga, entre otros, sabe lo difícil que es triunfar en el fútbol y lo importante que es tener la cabeza bien amueblada para poder llegar lejos en este mundo.

Foto: Anna Muzychuk. (Ilustración: Raquel Cano)

Eran los últimos días de abril del año 2000 y saltaba la noticia: el Manchester United anunciaba un acuerdo con el PSV para fichar a Van Nistelrooy, de 23 años, por lo que, entonces, era una cifra récord, 25 millones de euros... Pero había un problema. Solo unos meses antes, el ariete sufrió una pequeña lesión en su rodilla derecha en un amistoso contra el Silkeborg, por lo que los galenos 'devils' querían hacerle una artroscopia para ver el estado de la articulación. El jugador se negó por "cuestión de principios": tenían que confiar en el resto de pruebas, pues entendía que una intervención así le dejaría sin jugar la Euro que se disputaba, junto a Bélgica, en su país.

El United paró el fichaje... y llegó el drama: solo un día después, en un entrenamiento, Van Nistelrooy saltó a cabecear un balón y, al aterrizar, la rodilla cedió: rotura de los ligamentos cruzados. El traspaso se detuvo, pero el 'killer' se entrevistó con Alex Ferguson y le dejó claras sus intenciones: "Voy a recuperarme y vendréis de nuevo a por mí". Dicho y hecho, un año después de la lesión, el United le fichó por 17 millones de euros y su historia está escrita en letras de oro, al ser el primer jugador de la historia en ser máximo goleador en tres ligas (Eredivisie, Premier y LaLiga). Ahora, ha pulido una joya que está llamado a seguir sus pasos por Europa.

Curiosamente, Noni Madueke ha realizado el camino a la inversa. Nacido en Inglaterra hace 19 años, decidió dejar la cantera del Tottenham creyendo que su progresión se estaba estancando. Necesitaba seguir creciendo como futbolista, tener la confianza de sus entrenadores y, por qué no, algún día debutar en el primer equipo, algo que encontró en el PSV. Llegó directamente al filial del equipo holandés y, ¿saben quién era su entrenador? Efectivamente, Ruud van Nistelrooy. El neerlandés apostó por él, corrigió un par de elementos tácticos y le dio la alternativa... y el delantero británico solo necesitó media temporada para dar el salto al primer equipo.

Van Nistelrooy ubicó a Madueke como extremo derecho, a pesar de ser zurdo cerrado. La idea era aprovechar su despliegue físico desde la banda, haciendo diagonales hacia dentro al más puro estilo Arjen Robben, pero con trazas de Romelu Lukaku. Y el plan salió bien: con 18 goles y 16 asistencias en la primera parte de la temporada, demostró que el filial se le quedaba pequeño, lo que le valió para dar el salto al primer equipo con solo 17 años. Esa media temporada tan solo jugó cuatro partidos con el PSV, pero le valieron para confirmar que los 'boeren' tenían una estrella en ciernes. No se equivocaban lo más mínimo.

El pasado curso ya disputó 24 partidos en la Eredivisie, en los que anotó siete goles y dio seis asistencias. Jugador con mucha potencia, gran velocidad y tremendo disparo, empezó a demostrar que era un proyecto de futbolista muy interesante. Pero ha sido en el comienzo de esta temporada cuando ha llegado su eclosión: en los primeros nueve partidos de temporada, ya suma seis goles y dos asistencias, lo que le ha valido para que el PSV le blinde, subiendo su cláusula de rescisión a los 50 millones de euros. No en vano, tanto Tottenham —equipo en el que se formó—, Leicester y Wolverhampton ya han preguntado al conjunto neerlandés por la situación de Madueke.

Solo tiene 19 años, pero ahora mismo es uno de los goleadores más en forma del Viejo Continente y lo tiene todo para convertirse en el jugador de moda en los próximos meses. Roger Schmidt, técnico del PSV, se deshace en elogios hacia Madueke: "Es capaz de leer situaciones difíciles de interpretar, sabe llegar a las posiciones correctas y estar en el lugar ideal, además de ser muy potente y creativo". Internacional en todas las categorías inferiores con Inglaterra, Madueke apunta alto: está llamado a ser el 'killer' de moda. Van Nistelrooy sabía lo que hacía: a veces, los principios son el mejor asidero para conseguir grandes finales.

Estos días lo estamos comprobando con el caso Mbappé: lo que más se paga en el fútbol es el gol. Puedes tener un equipo rocoso, que encaje poco y que juega de maravilla, pero —¡ay, amigo!—, como no tengas un 'killer', todo lo que hagas en el campo de poco valdrá. Para conseguir un goleador, tienes tres opciones: 'tirar' de talonario y traerte a una estrella; fichar a un buen canterano, enseñarle el oficio y conseguir 'gratis' a un goleador, o —en mi humilde opinión— la más difícil, encontrar un talento poco conocido a un precio más que razonable y convertirlo en una estrella mundial. Posiblemente, Monchi sea el mejor ejemplo de este último caso.

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